Hasta
el día de hoy, los santafesinos se indignan al recordar lo que
dijeron el intendente y el gobernador cuando la ciudad sufrió su
peor inundación.
por
Julio César Martini
La
historia de lo acontecido en Santa Fe durante la inundación de 2003
es muy conocida. El río Salado venció las precarias defensas del
oeste de la ciudad y el agua arrasó, sin piedad, gran parte de esta.
En ese triste contexto, hubo frases de los -en aquel entonces-
intendente y gobernador que quedaron en el recuerdo. No por ser
graciosas ni esperanzadoras, sino por lo nefasto. En ese sentido, el
pueblo santafesino tuvo memoria y, si bien no fueron juzgados
institucionalmente, sí sufrieron la condena social de toda la gente.
Quédense
tranquilos
La
intendencia de Marcelo Álvarez se extendió entre 1999 y 2003. No
tuvo una gestión especialmente mala, hasta el momento de la
inundación. Sí se trataba del último de una larga seguidilla de
intendentes peronistas (desde la dictadura hasta ese entonces, eran
la única fuerza política que gobernó la ciudad) y eran cada vez
más quienes bregaban por un cambio.
Todo
lo bueno que Álvarez pueda haber hecho en su Gobierno se vino a
pique cuando decidió hablar en los micrófonos de los medios locales
aquella mañana del 29 de abril. La rotura en el terraplén ya se
había producido y no paraba de llover. Los vecinos estaban,
lógicamente, muy preocupados porque sentían que se venía el agua.
Literalmente. El intendente no tuvo mejor idea que declarar lo
siguiente: “Al vecino que habla de la zona sur, le digo que no
tenemos problemas en la casabomba 1. Todo el barrio Centenario, la
villa del Centenario, Chalet, San Lorenzo, El Arenal, no va tener
ningún tipo de inconveniente. El suroeste de la ciudad no va a tener
problemas”. Le dijo a toda esa gente que se quede tranquila, que
no se iba a inundar. Pocas horas después, se inundaron. La mayor
cantidad de muertos por el paso del río se registró en esas zonas.
El
9 de abril de 2018, Álvarez falleció, producto de un severo
infarto.
A
mí nadie me avisó
Al
momento de la inundación, Carlos Reutemann se encontraba finalizando
su segundo mandato como gobernador. Cuando el agua ya arrasaba los
barrios santafesinos, él mismo se acercó hasta una escuela de
Barrio Roma a ayudar a la gente a colocar bolsas de arena en
portones. Trabajo que fue vano, ante el caudal que llegaba. Apurado
por los periodistas, el exmandatario tiró “a mí nadie me avisó
que esto podía suceder”.
Poco
tiempo después, todos nos enteramos de que, en realidad, el problema
no fue tanto que las defensas cedieron, sino que un tramo de más de
200 metros de estas nunca había sido concluido.
Respecto
a estar enterado o no, trascendió que la Universidad Nacional del
Litoral, hacía tiempo, había presentado un proyecto, producto de
serios trabajos de investigación, anunciando que esta tragedia podía
ocurrir.
Con
múltiples causas abiertas, al día de hoy, Reutemann no tiene
condenas como responsable de lo que le pasó a Santa Fe en 2003.
Fuente:
Julio César Martini, Inundación y palabras nefastas, 29 abril 2020, Ser Argentino. Consultado 29 abril 2020.
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