lunes, 27 de abril de 2020

Derrumbes y depredación: el trasfondo de la bajante del río Paraná

Bajante histórica en la cuenca del Plata. El desprendimiento de suelo en la barranca del Club Mitre de la ciudad de Rosario y en la localidad santafesina de Puerto Gaboto encendieron las alertas sobre los efectos de la bajante. Ambientalistas afirman que la depredación en el humedal no se detiene a pesar de la cuarentena.

por Úrsula Vivas

El río Paraná registra su mayor bajante en los últimos 50 años y sus efectos empiezan a vislumbrarse. Sumado a las consecuencias de la cuarentena, este fenómeno extraordinario tiene un fuerte impacto productivo y ambiental, puesto que afecta la navegabilidad en los puertos del Gran Rosario; repercute en la conectividad entre las islas y otros territorios; altera la biodiversidad de nuestro humedal y produce desprendimientos de suelo.

Según registros hidrométricos del Instituto Nacional del Agua (INA) la última marca del Paraná, el 24 de abril a la altura de Rosario, fue de 47 centímetros. A su vez, desde el organismo pronostican que para el mes de mayo el descenso en caudal y altura continuará.

Los motivos

El caudal del río venía en descenso, pero desde el comienzo del aislamiento social, preventivo y obligatorio, el fenómeno se profundizó. Numerosos registros fotográficos mostraron imágenes más que atípicas del Paraná con enormes bancos de arena; en la costa, la basura que reposaba en el lecho del río vio la luz.

Especialistas afirman que los motivos de la bajante residen en la escasez de lluvias durante el último trimestre en toda la Cuenca del Plata, y afecta no sólo al Paraná sino a los ríos Iguazú, Uruguay y Paraguay.

El Centro de Investigación de Recursos Naturales, dependiente del INTA, señaló que el hecho es extraordinario no sólo por la baja en caudal y altura, sino por los meses de persistencia.

El ingeniero director de este organismo, Pablo Mercuri, explicó que las consecuencias se sentirán en el ecosistema costero de todo el Paraná, y afectará a la biodiversidad. “Muchas veces lo que ocurre después de estos procesos de bajantes prolongadas es la aparición de especies vegetales invasoras”, expresó.

Además, sostuvo que la bajante trae problemas en la navegabilidad y conectividad, afecta a la pesca comercial y artesanal de productores familiares e isleños, y altera las tomas de agua de ciudades ribereñas. A propósito de lo último, Aguas Santafesinas anticipó el reforzamiento de bombas suplementarias que “permitirán sumar una captación de un millón de litros por hora más para su potabilización y distribución”.

Desbarrancamientos

Un desprendimiento de tierra en el mítico Club Mitre de Rosario este sábado se llevó el 20 % de la capacidad del lugar y encendió las alertas del municipio que deberá diseñar los planes de contingencia necesarios para evitar otros episodios similares. En diálogo con el diario local El Ciudadano, el dueño del club Miguel Escudero explicó que el derrumbe se da por la bajante del río y señaló que “al bajar el nivel del agua hay un reacomodamiento del suelo”.

Otro hecho análogo se registró en la localidad santafesina de Puerto Gaboto, donde la barranca del paseo ribereño cedió en un tramo de aproximadamente 50 metros de extensión, y 10 metros de ancho; esto se suma al desbarrancamiento ocurrido el pasado 13 de abril cuando se desmoronaron unos 70 metros.

Lo sucedido en unos de los clubes más concurridos de la ciudad, como lo es el Club Mitre, podría haber sido una tragedia de no ser que el lugar se clausuró al detectar los trabajadores la fisura días antes, y que por la cuarentena no había personas concurriendo desde el comienzo de la misma. Sin embargo, queda saber aún cuáles son las medidas que tomó o tomará el municipio con Javkin a la cabeza, siendo que en la ciudad como en el Cordón del San Lorenzo ya se han caído porciones muy grandes de barranca y es urgente evitar un daño que pueda afectar la vida de las personas.

Impacto productivo

La bajante también afecta a los puertos del Gran Rosario en plena época de cosecha gruesa. La Bolsa de Comercio de Rosario emitió el viernes un comunicado donde afirma que el fenómeno representa un costo de US$ 244 millones para el complejo agroexportador, que exporta el 80% de la producción agropecuaria de nuestro país.

Esto implica enormes problemas logísticos, de transporte y de industrialización con un costo asociado de US$ 244 millones en el primer cuatrimestre de 2020, al resentir la navegación y carga máxima de los buques y barcazas en las terminales portuarias del Gran Rosario”, señalaron.

Los que más ganan hablan de pérdidas, pero nunca dejan de especular. En las últimas horas trascendieron las tensiones entre el sector agroexportador y los productores. El titular de la Cámara de la Industria Aceitera y del Centro de Exportadores de Cereales (Ciara-CEC), Gustavo Idígoras, señaló en declaraciones periodísticas que debido a una expectativa devaluatoria por parte de los productores hay una retención de soja por 9.000 millones de dólares. Según informó BAE Negocios desde las entidades agrarias respondieron que “van a necesitar vender más para cubrir costos”.


Una cuarentena a pura depredación”

Estas declaraciones emanaron de la organización ambientalista El Paraná No Se Toca, quienes vienen haciendo un seguimiento exhaustivo de prácticas depredatorias en el humedal del Paraná desde hace años.

La cuarentena debería colaborar con esta situación, pero lejos de ello, vemos aún, cazadores furtivos, pesca descontrolada, columnas de humo en el horizonte, y máquinas terraplenando el humedal”, expresaron desde sus redes sociales. Ante la falta de controles exhortaron a las autoridades provinciales y municipales a tomar cartas en el asunto.

Fuente:
Úrsula Vivas @ursulavivas, Derrumbes y depredación: el trasfondo de la bajante del río Paraná, 27 abril 2020, La Izquierda Diario. Consultado 27 abril 2020.

No hay comentarios:

Publicar un comentario