El
Ersep detectó falencias en 17 de las 52 prestadoras bajo su
jurisdicción de control. La principal falla es la presencia de
algas. En Córdoba capital hay quejas por el olor y el sabor.
La
potabilización del agua continúa siendo un problema para la
provincia. El Ente Regulador de Servicios Públicos de Córdoba
(Ersep) analizó el suministro de 52 plantas potabilizadoras bajo su
jurisdicción de control y detectó problemas en 17 de ellas.
Se
trata de un relevamiento rutinario que realiza este organismo de
control. En el primer semestre del año pasado, se detectaron
problemas en dos tercios de los servicios de agua potable, según
análisis realizados en enero y abril.
El
último análisis es de mayo de este año. Entre los prestadores con
problemas figuran las dos plantas que posee Aguas Cordobesas para
proveer este servicio a la ciudad de Córdoba.
En
ese sentido, la empresa dio a conocer ayer un comunicado en el que
reconoce problemas en el olor y sabor del agua producida desde la
planta potabilizadora Suquía en los últimos días debido al ingreso
de algas. Según el comunicado, “las algas son removidas
exitosamente en el proceso de potabilización”. Sin embargo, muchos
vecinos se quejaron de que el agua presentaba un sabor desagradable.
La
empresa garantizó “las condiciones de potabilidad del agua para
consumo humano”.
Algas
y fitoplancton
La
presencia de algas es el problema más recurrente detectado por los
análisis del Ersep. En seis plantas observaron valores altos de
algas o fitoplancton. La normativa no estipula un límite numérico
para la presencia de algas.
En
algunas plantas potabilizadoras, el Ersep encontró valores anormales
de zooplancton, microorganismos que flotan en el agua y que se
alimentan de materia orgánica. Las algas pertenecen al fitoplancton,
ya que tienen la capacidad de hacer fotosíntesis.
La
presencia de algas provoca problemas de olor y de sabor (a tierra, a
moho), como el reconocido ayer por Aguas Cordobesas. Están asociadas
a una mala calidad de la fuente de provisión y a las altas
temperaturas.
Su
riesgo para la salud es muy bajo. Pero la presencia de algas y de
cloro puede producir trihalometanos, compuestos que sí son
peligrosos.
En
tanto, la turbiedad fue el problema organoléptico más detectado en
los análisis del Ersep y también está asociado a la presencia de
algas y bacterias. Estas últimas también se eliminan con la
cloración y la presencia de valores adecuados de cloro residual.
Sobre
este último parámetro químico, Ersep también detectó valores
fuera del rango exigido (0,2 a 0,5 miligramos por litro).
Si
la concentración es más baja puede favorecer el crecimiento de
bacterias, pero si es más alta el cloro le da mal sabor y olor al
agua.
Otro
problema detectado fue la presencia de la bacteria Pseudomonas,
microorganismos que representan un riesgo para la salud.
Prevención
y sanciones
El
Ersep actúa de manera preventiva y con sanciones. Por un lado,
intima a los prestadores para que realicen los ajustes necesarios
cada vez que se detecta una falla en la cloración.
También
a que realicen mejoras en el proceso de potabilización. Por ejemplo,
en el caso de que la presencia de algas persista, el Ersep intima al
prestador para que realice tareas de preoxidación.
Finalmente,
el organismo puede sancionar a los proveedores del servicio según la
gravedad de la falta.
Los
expertos señalan que producir agua potable será una tarea cada vez
más difícil. Se trata de un recurso escaso y dependiente del clima,
pero además las actividades humanas presionan cada vez más sobre
las fuentes.
Fuentes:
Un tercio de las localidades, con problemas en el agua potable, 23 julio 2019, La Voz del Interior. Consultado 23 julio 2019.
La obra de arte que ilustra esta entrada es "Refresh" de Richard Claremont.
No hay comentarios:
Publicar un comentario