Una
fundación y un equipo de biólogos estudian la fauna del río
Tercero. Buscan el repoblamiento de dorados y otras mejoras en la
biodiversidad de esa cuenca.
por
Mariela Martínez
Un
trabajo silencioso de aficionados a la pesca comienza a alcanzar
algunos logros. Han realizado el primer relevamiento que avanza hacia
un diagnóstico, con base científica, sobre la variedad de peces que
aún conserva el río Ctalamochita (o Tercero). Conocerlo podrá
servir para preservar ese recurso o, mejor aún, recuperar lo
perdido.
Con
sus tributarios en las Sierras, el río caudaloso de Córdoba recorre
unos 300 kilómetros más, pasando por más de 20 localidades, hasta
entregar sus aguas (ya en Santa fe) al Carcarañá, que desemboca vía
Coronda en el río Paraná.
El
relevamiento de campo del último año, a cargo de los biólogos
cordobeses Jael Dominino y Miguel Casalinuovo, comprendió más de
100 kilómetros del cauce sobre suelo cordobés, desde el dique
Piedras Moras (en Almafuerte) hasta Bell Ville.
La
idea de conocer y preservar la fauna ictícola nació de la inquietud
original de la Agrupación de Pecadores con Mosca del Club Náutico
Río Tercero. Años atrás, se propusieron reintroducir el dorado,
que había desaparecido de este río. Como el proyecto ya ampliaba
los límites de esa afición deportiva, fueron por más: crearon la
Fundación Río Ctalamochita, con el objetivo de “recuperar la
biodiversidad” de este cauce.
Diego
Colussi, presidente de la fundación, apuntó que el estudio iniciado
cuenta con la declaración de interés legislativo a nivel provincial
y nacional.
Sobre
los primeros resultados, señaló que se han detectado 23 especies de
peces, 22 de ellas identificadas y una sometida ahora a estudios para
confirmarla.
Son
tres especies migratorias, 18 residentes y una exótica. El informe
de los biólogos las cita: tachuela, vieja del agua, bagres (blanco,
anguila, gris y sapo), sábalo, dientudo, dorado, tararira, cuatro
tipos de mojarra (cola roja, chata, fina), tres tipos de orillero
(morenita, madrecita), anguila, dos tipos de chanchita (palometa),
carpa y sabalito.
Esa
cantidad es muy inferior a la que se conoce que habita aguas abajo de
una represa construida para generar energía para una empresa
molinera, sobre el Carcarañá. Según sostienen, ese obstáculo
físico ha deteriorado la biodiversidad de peces en el río en
territorio cordobés.
Dorados,
de vuelta
Colussi
evaluó que las especies ahora identificadas son, en general, las
mismas que descubrían de a poco en los distintos relevamientos
“caseros” que hacían años atrás. Ahora, el plus es que cuentan
con rigor científico.
También
mencionó que en el último año se aprecia una mayor población de
dorados. Respecto a si tiene relación con las siembras realizadas
por el grupo hace más de un año, señaló que no tienen certeza de
si es la única causa posible o si puede sumarse también “una
creciente que desbordó la represa del Carcarañá”, obra que
implica un impedimento para el ascenso de peces aguas arriba y que
desvela a la fundación.
Estos
aficionados siempre realizaron tareas con fondos propios, según
apuntó Colussi. Algunas gestiones se han realizado ante la
Secretaria de Ambiente de Córdoba para obtener colaboración
económica, más allá de los avales que viene dando esa repartición
para los estudios trazados.
Obstáculos
Puntualizó
que cerca de los varios minidiques o azudes construidos sobre este
río, si se compara con distintos lugares de la cuenca, se observa
que “hay un mayor número de individuos, no de especies”.
Profundizó que “esos bloqueos físicos hacen que se amontonen
más”.
Colussi
acotó también que el primer informe no detectó ninguna situación
especial en torno de la zona industrial química de la ciudad de Río
Tercero. “En la zona de Los Potreros, aguas debajo de ese polo
industrial, encontramos una buena cantidad de especies y de
individuos, al momento del relevamiento. Y lo mismo se vio en el
balneario de Almafuerte, que está aguas arriba”.
Principal
barrera: una represa santafesina
El
primer informe realizado por la Fundación Río Ctalamochita arrojó
que la principal barrera para la repoblación de peces en el sector
cordobés del río Ctalamochita la constituye un bloqueo total del
cauce provocado por la represa de una empresa privada para generar
energía. Está en territorio santafesino y fue construida hace más
de un siglo.
Advierten
que su impacto es “muy grave” para la biodiversidad acuática y
que afecta, sobre todo, a dorados, surubíes y bogas que migran desde
el Paraná, para cumplimentar su ciclo de reproducción y
alimentación aguas arriba. Por ese obstáculo, “no pueden cumplir
su trayectoria”. De ese modo, esas especies dejaron de verse sobre
el Ctalamochita.
Según
reclaman, en ese punto “las turbinas matan a muchos de los peces
que migran río abajo, ocasionando un inmenso desequilibrio ecológico
en toda la cuenca”.
Sostuvieron
que hay estudios que indican que “aguas abajo de la represa habitan
más de 230 especies y aguas arribas sólo 27, con una densidad de
individuos muy por debajo de lo normal”.
Infieren
desde la fundación que sin esta barrera física se permitiría que
vuelvan a poblar el río Ctalamochita todas las especies y en mayor
cantidad, como hace un siglo atrás.
Según
señalaron, se vislumbra alguna voluntad política de atender esta
situación, pero aún no se registraron avances concretos. Hace un
año, por ejemplo, autoridades provinciales cordobesas y santafesinas
rubricaron una carta intención que plantea eliminar todo tipo de
barreras sobre este cauce.
En
el relevamiento también se especificó que, sobre Córdoba, hay
otras barreras físicas, pero de menor impacto, como los azudes sobre
el cauce en San Marcos y en Villa María.
Otra
historia es el dique Piedras Moras, un paso infranqueable. Pero el
planteo es que, al menos, hasta ese punto pueda ser liberado o
regulado el modo en que se facilita el movimiento de los peces.
Fuente:
Mariela Martínez, Relevan qué peces pudieron subsistir en el río Ctalamochita, 9 junio 2019, La Voz del Interior.
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