PANAMÁ,
4 jun 2019 (IPS) - El transporte produce 25 por ciento de las
emisiones en América Latina y el Caribe. Mientras el aire de la
mayoría de las capitales de la región ha llegado a ser casi
irrespirable, el ciclismo ha capturado la imaginación de miles de
latinoamericanos.
Cuatro
de las principales urbes de la región han tomado medidas para
promover opciones de movilidad sostenible que reduzcan la
contaminación del aire y están fomentando el uso de la bicicleta
como una medida concreta para limpiar el aire.
Se
trata de cuatro iniciativas exitosas que están cambiando la manera
en que los latinoamericanos se mueven en sus vidas diarias.
Transformando
la movilidad de una megaciudad
En
2010, el servicio de bicicletas públicas Ecobici irrumpió en las
calles congestionadas de la Ciudad de México, una de las urbes con
mayor contaminación del aire en América Latina.
Ecobici
ofrece una alternativa de bajo costo para reducir el uso del vehículo
en la capital mexicana, por donde circulan unos 5 millones de autos.
En
la actualidad, 170.000 personas se han afiliado al sistema y se han
realizado 60 millones de viajes. Un 20 por ciento de los usuarios
dejaron de usar automóviles particulares o taxis, y ahora
privilegian la bici como su medio de transporte. Un 95 por ciento
cree que gracias a este sistema la movilidad urbana ha mejorado, de
acuerdo con una encuesta oficial.
Ecobici
inició operaciones con 85 cicloestaciones y 1.200 bicicletas. Ahora
cuenta con 480 estaciones y más de 6.800 unidades, de las cuales 340
tienen pedaleo asistido e incluyen pantallas táctiles con mapas en
tiempo real y cargadores USB.
El
servicio llega a 55 colonias (barrios) de la ciudad, en un área de
38 kilómetros cuadrados.
La
red de bicicletas públicas de Ciudad de México es la mayor de
América Latina y el Caribe, una región donde el automóvil ha sido
tradicionalmente un símbolo de prestigio, pero donde la bici va
ganando popularidad.
En
la región, un total de 12 ciudades tiene servicios públicos como
estos, según un estudio de 2015 del Banco Interamericano de
Desarrollo (BID).
El
sistema público y gratuito de bicicletas de Buenos Aires, también
llamado Ecobici, cuenta con 2.500 unidades repartidas en 200
estaciones, y BiciQuito, en la capital de Ecuador, ya tiene más de
1.000 bicicletas en 25 estaciones.
La
bici, parte del estilo de vida de Bogotá
El
ciclismo se ha convertido en parte de la vida de miles de habitantes
de Bogotá.
La
capital de Colombia tiene el esquema de ciclorrutas más grande de
América Latina, con 540 kilómetros de carriles exclusivos para
bicicletas. En 2015, al menos cinco por ciento de los viajes se
realizaban en bicicleta, según el BID.
Bogotá,
al igual que otras capitales de la región, fue diseñada para los
automóviles. Pero desde la década de 1970, las autoridades
entendieron la importancia de promover el uso de bicicletas y
comenzaron a construir los primeros carriles exclusivos. Hoy en día,
alrededor de 2 millones de personas utilizan estas ciclovías.
El
ciclismo es parte de un estilo de vida más saludable, especialmente
entre los niños. Un estudio reciente descubrió que los niños de
entre 6 y 10 años que usan los domingos las rutas recreativas de
Bogotá tienen, en promedio, seis minutos más de actividad física
vigorosa por día que los que no lo hacen.
Sin
embargo, debido a que algunos de los carriles para bicicletas están
abiertos solo los domingos, muchos critican el programa por enfocarse
más en la recreación que en el transporte sostenible.
Por
lo tanto, las autoridades de la ciudad han decidido dar un paso audaz
y abrir un proceso de consulta para construir una política sobre el
uso de las bicicletas.
La
alcaldía de Bogotá espera alcanzar los 580 kilómetros de carriles
exclusivos para ciclistas a fines de 2019 como parte de su plan para
convertir a Bogotá en la “capital mundial de la bicicleta”.
Ciencia
ciudadana contra la contaminación en Buenos Aires
Las
bicicletas también pueden ayudar a monitorear la calidad del aire.
En Buenos Aires, 30 ciclistas voluntarios están midiendo las
concentraciones de material particulado a través de sensores
instalados en sus bicis.
El
dispositivo, facilitado por la iniciativa Open Seneca de la
Universidad de Cambridge, permite precisar la ubicación de las
mediciones para determinar los lugares donde las personas están
expuestas a una mayor contaminación.
Uno
de los objetivos de del proyecto “es presentar un reporte con los
resultados al Congreso de la Nación para que legisle en materia de
polución del aire”, dijo Matías Acosta de la Universidad de
Cambridge, la institución que promueve la iniciativa con el apoyo de
las embajadas de Canadá y Gran Bretaña en Argentina, y la
Secretaría de Ambiente y Desarrollo Sustentable de la Nación.
Open
Seneca, un proyecto de ciencia ciudadana, aspira a que personas de
distintas partes del mundo desarrollen y usen estos sensores de bajo
costo para visibilizar el problema de la contaminación y ofrecer a
los gobiernos datos confiables que impulsen medidas concretas en
favor de un aire limpio.
“Hoy
estamos iniciando una nueva etapa. Han salido voluntarios con sus
bicicletas a monitorear la calidad del aire, de manera tal de que
podamos entre todos cuidar del ambiente y de la salud de la gente”,
dijo en mayo Sergio Bergman, secretario de Ambiente y Desarrollo
Sustentable.
La
información que recaben los ciclistas se incorporará a las
mediciones de la red automática de monitoreo atmosférico de Buenos
Aires. Los datos de esta red se publican diariamente en el sitio web
del Gobierno de la ciudad.
Costa
Rica: las bicicletas en el centro de una política nacional
Costa
Rica ofrecerá incentivos fiscales a las empresas que promuevan el
uso de bicicletas entre su personal. Así lo determinó una reciente
ley que regula el uso de bicicletas como parte de la estrategia para
descarbonizar el país antes de 2050.
Cada
vez más empresas cuentan con espacios exclusivos de estacionamiento,
duchas y vestuarios para sus empleados, entre otras instalaciones.
El
transporte genera más de 40 % de las emisiones de gases de efecto
invernadero en la nación centroamericana.
Para
reducir los contaminantes relacionados con el transporte, el gobierno
está apostando por una movilidad limpia, y la ley sobre el uso de
bicicletas es uno de los primeros pasos en esa dirección.
La
ley exige una mejor infraestructura para los ciclistas y educación
sobre seguridad vial, una materia que será obligatoria para todos
los estudiantes en escuelas públicas y privadas. El documento
también alienta y regula los sistemas municipales de bicicletas
compartidas.
Las
iniciativas públicas y privadas que promueven las bicicletas ya
están en auge en el país. BiciBus, una compañía que brinda
asesoría a quienes desean reemplazar sus autos con bicicletas, es
una de ellas. Otra es la insignia de Ciclo-Incluyente, que se otorga
a las empresas amigables con los ciclistas.
El
año pasado, un equipo apoyado por ambos grupos recorrió 917
kilómetros en bicicleta desde San José hasta Ciudad de Panamá para
crear conciencia sobre el papel de las bicicletas en la construcción
de sociedades más limpias y saludables.
Este
artículo fue originalmente publicado por ONU Medio Ambiente América Latina y el Caribe, con quien IPS-Inter Press Service tiene un
acuerdo especial para la difusión de sus materiales.
RV:
EG
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