Hace
15 años, el municipio de Villa Rumipal obtuvo la cesión de 150
hectáreas de tierras fiscales en la costa del Embalse (Calamuchita).
Firmó un convenio con una empresa privada para un “country”
sobre 20. El emprendimiento nunca se inició. Ahora, dicen que no
está descartado.
por
Carina Mongi
Un
tan ambicioso como controvertido proyecto de desarrollo urbanístico,
en las costas del lago de Embalse, quedó adormecido. Si alguna
polémica ya generaba cuando se anunció, por el uso de tierras
fiscales, un conflicto asoma ahora con despertarse por haberse
frustrado su realización.
El
proyecto “Puerto Riemann”, en Villa Rumipal, era fruto de un
acuerdo entre la Municipalidad y un inversor privado. No se concretó
y ahora los “socios” se acusan mutuamente.
Ante
la demora, que lleva 15 años, el empresario responsabiliza al
intendente de “inacción”. El municipio replica que el privado no
quiere sentarse a renegociar las condiciones, que deberían variar
tras una década y media.
¿Quedan
chances de que el proyecto que lleva el nombre del fundador del
pueblo se ejecute?
“Desde
que tuve la idea, en 2002, jamás me bajé del proyecto”, aclaró
desde Villa María el contador Pablo Mattoni, titular de la Compañía
de Emprendimientos y Desarrollos Inmobiliarios (Cedisa), la empresa
adjudicada.
La
iniciativa contemplaba construir un loteo privado tipo country, para
un centenar de casas, y un puerto para la práctica de deportes
náuticos, en 20 hectáreas que pertenecen al Estado nacional,
pegadas al mayor embalse de Córdoba. Por ser costas, son fiscales.
Mattoni
asegura que lleva invertidos unos 530 mil dólares en la compra de
tierras, honorarios de arquitectura e ingeniería y estructuración
legal.
Algo
de historia
La
iniciativa surgió en 2002 pero fue en 2003, ya con Gustavo Gantus
como intendente, que comenzó a tomar forma. El predio integraba una
porción mucho mayor, de 150 hectáreas de tierras fiscales cedidas
al municipio por el Organismo Nacional de Administración de Bienes
del Estado (Onabe), con el propósito específico de que sea una
reserva natural.
Luego,
con aval del ente nacional, la comuna devolvió 20 hectáreas para
que fueran recompradas y utilizadas con fines comerciales, con
inversión privada. Esa operatoria fue aprobada por el Concejo
Deliberante local y hubo una licitación de proyectos. La
villamariense Cedisa fue adjudicada.
La
empresa aportó el dinero para la recompra de los terrenos y se firmó
un boleto de compraventa en 2007.
La
escrituración debía llegar luego de la aprobación catastral de la
subdivisión de 20 hectáreas, respecto al terreno de 150. Por la
ubicación colindante al lago, la escrituración requería el visado
del plano de la Dirección Provincial de Agua y Saneamiento (Dipas),
hoy Secretaría de Recursos Hídricos. En ese punto el proceso se
frenó.
Mattoni
recordó que, pasado cierto tiempo, el municipio solicitó un “pronto
despacho” y luego inició un amparo por mora, con fallo favorable
del Tribunal Superior de Justicia, que ordenó a la Provincia que se
expidiera. El empresario se queja ahora de que el municipio nunca
accionó para que ese fallo se cumpliera y se pudiera escriturar.
“Desde
entonces envié cartas documento al intendente y otros trámites,
Pero por alguna razón la Municipalidad llegó a un punto después
del cual no impulsó más el proyecto. El intendente dejó de cumplir
con su obligación, que era instar a la Provincia a que aprobara un
plano de subdivisión y que cumpla el fallo judicial”, apuntó.
Advirtió, además, que el expediente “desapareció” del
organismo provincial.
Nada
nuevo pasó desde 2008. Mattoni sostiene que, de concretarse, el
proyecto disparará en cinco años una inversión de 40 millones de
dólares, por las obras de infraestructura, del puerto y de las 110
casas de alta gama previstas.
Qué
dice el municipio
Gustavo
Gantus es intendente de la localidad desde 2003 y acaba de ser
reelecto hasta 2023.
Julio
Gantus, su hermano y asesor letrado del municipio, aclaró que las
dilaciones son ajenas a la comuna y al adjudicatario. “El proyecto
está suspendido hasta tanto se cumplimenten actos de distintos
organismos”, señaló. Acotó que, por la demora, “se produjeron
muchas modificaciones a las necesidades del municipio” y que
debería revisarse el proyecto original.
El
abogado aseguró que la comuna hizo todo lo que tuvo a su alcance
para que el proceso se destrabara, sin resultados. Achacó al
empresario no sentarse a renegociar los “compromisos obligatorios
que están vencidos”.
“Nos
juntamos muchas veces, él siempre tenía su formalidad jurídica,
pero nosotros a cualquier modificación la queremos pasar por el
Concejo y con audiencia pública”, añadió.
Gantus
mostró el contrato de adjudicación que establecía que “la
vigencia y exigibilidad quedan sujetas a que el Onabe ceda, venda y
transfiera el inmueble”, así como que “si la transferencia no es
aprobada, el adjudicatario nada tendrá que reclamar a la
Municipalidad”.
Respecto
de las obligaciones, precisó que la empresa debía entregar al
municipio maquinarias y ejecutar pavimento en varias calles del
pueblo.
Gantus
consideró que el proyecto también era beneficioso para el
municipio, porque además de esos “pagos” habría inversiones y
mejoras en esa zona costera y, tras un tiempo, algunos bienes de ese
predio -como el puerto y el club house- quedarían para la comuna de
Villa Rumipal.
“En
ningún momento se lo intimó para dar de baja el proyecto; siempre
se habló de cómo encauzarlo, pero contemplando las necesidades
actuales. Dado el tiempo transcurrido, hay cosas que modificar y
otras que evaluar”, apuntó el abogado del municipio.
Por
ahora, las hectáreas en cuestión que el lago bañan siguen como
antes. No son un loteo, pero tampoco lucen como una verdadera reserva
natural pública.
Terrenos,
en ubicación privilegiada
Las
tierras están ubicadas en una zona privilegiada, de alto potencial
de explotación turística. Las 150 hectáreas cedidas por la Nación
al municipio de Villa Rumipal hace 15 años se extienden por el sur,
desde el límite con Villa del Dique hasta el sector de Villa del
Parque. El proyecto empresario involucra 20 de esas hectáreas.
En
reiteradas ocasiones, este diario consultó sobre el tema al área
Prensa del Ministerio de Servicios Públicos de la Provincia, del que
depende la Secretaría de Recursos Hídricos, pero no se obtuvo
información. Según el empresario Pablo Mattoni, ese expediente
habría desaparecido de las oficinas estatales.
El
proyecto de 2007 apuntaba, de manera central, a un desarrollo
inmobiliario ya que venderían parcelas para un barrio residencial.
También contemplaba la construcción de departamentos para alquilar
y de un club náutico con muelle, que tras 15 años de uso pasaría a
propiedad del municipio.
Por
la cesión de las tierras, la empresa se obligaba a hacerse cargo de
pavimentar varias cuadras en Villa Rumipal y de generar una serie de
mejoras en el balneario municipal y en colegios, además de la
entrega de maquinaria.
De
reactivarse el proyecto, una discusión será sobre qué se
reformularía del original.
Pero
otra volverá seguramente respecto de cuál debiera ser el destino de
tierras fiscales costeras.
Fuente:
Carina Mongi, Fuego cruzado por proyecto inmobiliario pegado al lago, 8 junio 2019, La Voz del Interior.
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