SANTIAGO,
27 may 2019 (IPS) - Chile tiene hoy la mayor flota de autobuses
eléctricos de América Latina y el Caribe. A principios de este año,
200 unidades salieron a las calles de Santiago como parte de un plan
para reducir las emisiones y la contaminación del aire.
El
país se ha comprometido a tener un sistema de transporte público
completamente eléctrico para 2040.
“Para
enfrentar decididamente el cambio climático, la electromovilidad es
fundamental. Es un salto de calidad hacia un sistema de transporte
más limpio, eficiente y sustentable”, dice Carolina Schmidt,
ministra del Medio Ambiente de Chile y presidenta de la próxima
Conferencia sobre Cambio Climático de las Naciones Unidas (COP25).
Entre
el 2 y el 13 de diciembre, Chile será anfitrión de la COP25 y
liderará una de las negociaciones más difíciles de nuestro tiempo:
tratar de obtener compromisos nacionales de reducción de emisiones
más ambiciosos, con el fin de mantener el calentamiento global por
debajo del umbral de 1,5 grados centígrados.
El
transporte sostenible es fundamental para la acción climática, pero
también es clave para proteger la salud de los ciudadanos. Cada
autobús eléctrico puede evitar hasta 60 toneladas de emisiones de
carbono al año.
En
Chile, la contaminación del aire causa al menos 4.000 muertes
prematuras cada año, mientras que 10 millones de chilenos están
expuestos diariamente a niveles de partículas finas por encima de
los estándares de la Organización Mundial de la Salud (OMS), según
cifras oficiales.
Un
estudio realizado en 2017 por ONU Medio Ambiente estima que la
transición hacia una flota de autobuses y taxis completamente
eléctricos evitaría 1.379 muertes prematuras en Santiago para 2030.
A
nivel nacional, enfrentar la contaminación del aire generaría
beneficios de salud anuales por un valor de 8.000 millones de
dólares, según el Ministerio del Medio Ambiente de Chile.
La
movilidad eléctrica pública también está en auge en otras partes
de América Latina.
Guayaquil,
la ciudad más poblada de Ecuador, lanzó en marzo pasado una flota
de 20 autobuses eléctricos que transportarán a 10.500 usuarios por
día. En Colombia, la ciudad de Cali completará una flotilla de 125
unidades este año, mientras que Medellín ya compró 64 unidades.
Como
parte de un plan nacional de descarbonización, Costa Rica se
comprometió a tener autobuses y taxis 100 por ciento eléctricos
para 2050. Otras naciones también están implementando incentivos
para los clientes, como Perú, donde los vehículos eléctricos están
exentos del impuesto al consumo desde el año 2018.
ONU
Medio Ambiente, a través de su plataforma MOVE y con el apoyo del
proyecto Euroclima +, está ayudando a países como Argentina,
Colombia y Panamá con sus estrategias nacionales de movilidad
eléctrica.
Llegó
la hora de actuar
En
el pasado, la contaminación del aire ha paralizado a Santiago. En
1999, una de estas crisis envió a 3.500 niños al hospital
diariamente por un brote de influenza. En 2015, 1.300 empresas se
vieron obligadas a cerrar y 40 por ciento de los 1,7 millones de
automóviles de la ciudad fueron retirados de las calles debido a la
emergencia ambiental.
Desde
entonces, el país ha introducido nuevas políticas para combatir la
contaminación del aire y ha diseñado 10 planes regionales con
medidas para mejorar los sistemas de calefacción y cocción, y los
sistemas de tránsito masivo.
El
sector del transporte representa 24,5 por ciento de las emisiones de
gases de efecto invernadero en Chile, y es aquí donde la movilidad
eléctrica puede desempeñar un papel importante.
La
transformación nacional comenzó en Santiago, una de las ciudades
más contaminadas de América Latina, donde todos los días se
realizan 18 millones de viajes, de los cuales 30 por ciento ocurren
en transporte público.
De
acuerdo con la empresa china BYD, que fabricó los primeros 100
autobuses eléctricos de Chile, uno solo de estos buses puede evitar
el equivalente a las emisiones de 33 vehículos de gasolina.
Al
mismo tiempo, esta tecnología representa un costo menor. El
Ministerio de Transportes y Telecomunicaciones de Chile estima que
operar y mantener la nueva flota es 70 por ciento más barato que los
autobuses tradicionales que funcionan con diésel.
Como
parte de su Ruta Energética, Chile también se comprometió a
aumentar en 40 por ciento la proporción de vehículos eléctricos
privados.
Actualmente,
alrededor de 500 automóviles eléctricos particulares circulan en
las carreteras del país, y se espera que el número sea cada vez
mayor. En los primeros cuatro meses de este año fueron comprados 93
vehículos, casi cuatro veces más que en el mismo período de 2018.
Todavía
la cifra parece pequeña, sin embargo el sector cuenta con terreno
fértil para su crecimiento. Una encuesta realizada por la compañía
automotriz Nissan estima que 89 por ciento de los consumidores
chilenos están dispuestos a comprar un automóvil eléctrico.
Además,
a medida que el costo de las baterías siga disminuyendo, también lo
hará el valor de estos carros, con lo que se derrumbará una de las
principales barreras para comprarlos: su alto costo.
Según
Bloomberg NEF, en solo tres años los precios de los vehículos
eléctricos comenzarán a ser similares a los de los vehículos
tradicionales.
Llegado
ese momento, la calidad del aire en nuestras ciudades mejorará y
podremos evitar millones de muertes anualmente en todo el mundo.
Este
artículo fue originalmente publicado por ONU Medio Ambiente América Latina y el Caribe, con el que PS-Inter Press Service tiene un
acuerdo especial para la difusión de sus materiales.
RV:EG
Fuente:
Autobuses eléctricos abren camino a futuro más limpio en Chile, 27 mayo 2019, Inter Press Service.
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