PANAMÁ, 6 may 2019 (IPS) - El agua contaminada plantea riesgos significativos de diarrea, infecciones y malnutrición, que ocasionan 1,7 millones de muertes al año a nivel mundial, la mitad de ellas en niños.
Un
90 por ciento de estos fallecimientos ocurre en países en desarrollo
y principalmente a causa de la ingestión de patógenos fecales de
humanos o animales.
A
nivel global, el volumen de aguas residuales aumentará con el
crecimiento de la población. Y a medida que se expanda la economía
y los ingresos globales, el contenido de sustancias químicas
peligrosas, tóxicos y desechos asociados al estilo de vida moderno
también será mayor.
El
problema es particularmente grave en áreas densamente pobladas que
carecen de instalaciones de tratamiento.
Un
ejemplo es el río Ganges, en India. Este cuerpo de agua abastece a
alrededor de 500 millones de personas, lo que aproximadamente
equivale a la población de Canadá, Estados Unidos y Rusia juntos.
El
Ganges, además de proporcionar agua para cocinar, bañarse, irrigar
cultivos y mantener los medios de subsistencia, tiene para muchas
personas gran valor espiritual y cultural.
Un
estudio de enero de 2018 publicado en Water Research encontró que la
concentración de coliformes fecales en el agua está fuertemente
relacionada con la densidad de población aguas arriba, y que el río
recibe aproximadamente 100 veces más aguas residuales por habitante
en las poblaciones urbanas que en las rurales.
Según
la organización Ganga Action Parivar, las plantas de tratamiento de
aguas residuales en el Ganges son costosas y se pueden desbordar
fácilmente durante los monzones; 30 por ciento no estaba operativa
en 2013, y otras utilizaban menos de 60 por ciento de la capacidad
instalada.
Además,
no pueden tratar los desechos tóxicos de metales pesados, sustancias
farmacéuticas o productos de cuidado personal; suelen desactivarse
por cortes de energía y, con frecuencia, están inactivos debido a
los altos costos operativos y de mantenimiento.
El
caso del Ganges retrata los desafíos que enfrentan la mayoría de
los países en desarrollo. El proceso de tratamiento de aguas
residuales necesita un suministro de electricidad constante y
confiable, un servicio que muchos países en desarrollo no tienen.
Además,
se requiere invertir en la infraestructura para llevar a las plantas
de tratamiento las aguas que deberán ser tratadas. Ambas etapas son
cruciales para garantizar que los residuos contaminantes no lleguen
al medio ambiente.
“La
urgencia de invertir, no solo en alcantarillas, sino en el
tratamiento de las aguas residuales nunca ha sido mayor. Construir
más alcantarillas sin el respectivo tratamiento de aguas, empeorará
la contaminación de los ríos”, advierte Birguy Lamizana,
especialista en aguas residuales de la ONU Medio Ambiente.
Sin
dejar a nadie atrás
El
tratamiento eficaz de las aguas residuales es esencial para la buena
salud pública.
En
2010, las Naciones Unidas reconocieron “el derecho al agua potable
limpia y segura y al saneamiento como un derecho humano que es
esencial para el pleno disfrute de la vida y todos los derechos
humanos.
Más
de 80 por ciento de las aguas residuales del mundo se vierten en el
medio ambiente sin tratamiento, una cifra que alcanza 95 por ciento
en algunos países menos desarrollados.
Hoy
día, solo 26 por ciento de los servicios urbanos y 34 por ciento de
los servicios rurales de saneamiento y aguas residuales previenen
efectivamente el contacto humano con las excretas en toda la cadena
de saneamiento y, por tanto, pueden considerarse seguros.
La
buena salud y el bienestar están contempladas en el Objetivo de Desarrollo Sostenible 3, que incluye estas metas:
Para 2030, poner fin a las epidemias del SIDA, la tuberculosis, la malaria y las enfermedades tropicales desatendidas y combatir la hepatitis, las enfermedades transmitidas por el agua y otras enfermedades transmisibles.
Para 2030, reducir sustancialmente el número de muertes y enfermedades producidas por productos químicos peligrosos y la contaminación del aire, el agua y el suelo
ONU
Medio Ambiente está colaborando con aliados para prevenir la
degradación y la contaminación causada por las aguas residuales, a
través del Programa de acción mundial para la protección del medio
marino frente a las actividades realizadas en tierra.
La
Iniciativa Global de Aguas Residuales, apoyada por ONU Medio
Ambiente, también trabaja para que las personas transiten de un
enfoque de eliminación de residuos y hacia un enfoque de
recuperación de recursos.
Otra
rama de la labor de ONU Medio Ambiente en este sector se centra en
África, donde tiene lugar el Proyecto de Gestión de Aguas
Residuales y Saneamiento, con el apoyo del Banco Africano de
Desarrollo.
Este
artículo fue originalmente publicado por ONU Medio Ambiente América
Latina y el Caribe, con quien IPS-Inter Press Service tiene un
acuerdo especial para la difusión de sus materiales.
RV:EG
Fuente:
Mejorar tratamiento de aguas residuales, crucial para salud, 6 mayo 2019, Inter Press Service.
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