lunes, 13 de mayo de 2019

Campos inundados: el reclamo de siempre

Los cambios en el clima mundial no constituyen un fenómeno extraordinario, efímero u ocasional. Se conoce qué efectos producirán. Por ello, se impone la acción del Estado en todos sus niveles para diseñar un manejo integral de los excedentes hídricos y conseguir así que la producción agraria pueda continuar.

Productores rurales de la zona central de la provincia se manifestaron para reclamar por la situación que viven, producto de las inundaciones provocadas por las intensas precipitaciones de las últimas semanas y también por el retraso en las respuestas oficiales frente a este panorama, calificado como catastrófico en algunos sitios.

Los afectados pertenecen a la zona rural de Villa María, Silvio Pellico y Oliva, pero además fueron convocados de La Playosa, Carrilobo, Arroyo Algodón, Los Zorros, Oliva, James Craik y Colazo, entre otras localidades. Como se observa, se trata de una amplia región que hoy padece los efectos del agua acumulada y la carencia de obras que permitan un escurrimiento más rápido y una mayor protección de los suelos.

Algo similar ocurre en la vecina provincia de Santa Fe. El centro - norte se ha visto también seriamente perjudicado por las lluvias. Tanto es así que la Federación Agraria está haciendo gestiones ante las autoridades provinciales y nacionales con el objetivo de "abordar la grave situación de los pequeños y medianos productores agropecuarios del norte de Santa Fe". "Como es de público conocimiento, cientos de familias agropecuarias santafesinas ven peligrar tanto su producción como sus chacras", indicó la entidad en los pedidos enviados a los funcionarios provinciales y nacionales, por lo que piden reunirse para evaluar y tratar de avanzar con la asistencia que los productores precisan para paliar los efectos de dicha inclemencia climática.

Es verdad que lo que se está padeciendo en los campos de dos zonas muy cercanas a la nuestra se debe, en primer término, a las condiciones imperantes derivadas del cambio climático. Pero esto no es excusa para dejar librados a su suerte a miles de productores rurales. Por ello, la emergencia debe ser atendida de manera urgente. Además, es hora de que provincias y Nación conjuguen esfuerzos para diseñar inversiones que permitan el escurrimiento de las aguas y la mejora en la infraestructura vial secundaria y terciaria para devolver algo de normalidad a estas regiones.

Tantas veces se ha afirmado que la producción agropecuaria es esencial para el retorno del crecimiento económico en la Argentina. Sin embargo, el esfuerzo indoblegable del hombre de campo se, en determinadas zonas, debilitado y hasta derrumbado por cuestiones climáticas cuyas consecuencias deberían haberse previsto en los despachos oficiales. Y también por políticas erráticas que solo muestran voracidad fiscal pero que no devuelven lo aportado en las obras imprescindibles para evitar las inundaciones por ejemplo.

Los cambios en el clima mundial son evidentes. Pero ya no constituyen un fenómeno extraordinario, efímero u ocasional. Se conoce qué efectos producirán. Por ello, se impone la acción del Estado en todos sus niveles para diseñar un manejo integral de los excedentes hídricos y conseguir así que la producción agraria pueda continuar. De lo contrario y como derivación de esta pasividad oficial, la existencia de cientos de ciudades y pueblos del interior se verá seriamente amenazada.

Fuente:
Campos inundados: el reclamo de siempre, 9 mayo 2019, La Voz de San Justo.

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