La segunda mesa
de debate del Foro Enciende la Tierra 2019, que organiza la Fundación
CajaCanarias, se celebró este jueves en Santa Cruz, donde charlaron
el cineasta alemán Werner Herzog y el físico estadounidense
Lawrence Krauss. El divulgador de Estados Unidos asegura que "los
gobiernos no van a tomar iniciativas sociales reales para paliar el
cambio climático".
por María
Fernanda Suárez
Werner Herzog,
conocido director de cine y padre del nuevo cine alemán, compartió
este jueves en Santa Cruz de Tenerife sus ideas sobre el posible
colapso de la vida, tal y como se ha conocido hasta ahora en la
Tierra, con el físico teórico y divulgador estadounidense Lawrence
Krauss.
Ante un auditorio
abarrotado de gente y con un gran cartel a sus espaldas que rezaba "A
ciegas ante el abismo", la moderadora y periodista Pilar García
Padilla dio comienzo al debate preguntando a los invitados cómo fue
su primera toma de contacto con la naturaleza y cuándo empezaron a
preocuparse por las consecuencias de la contaminación.
Herzog creció
rodeado de vida y se definió a sí mismo como "un hombre de
montaña". Durante su infancia y adolescencia, vivió con su
familia casi aislado de la modernidad, sin electricidad y en continuo
contacto con la naturaleza. Contó que fue su madre quien lo enseñó
a amarla y empezó a entender el daño tan grande que la humanidad le
estaba causando a sus 20 años, cuando vio por primera vez un
plástico abandonado en mitad de un barranco.
En cambio, Krauss
se crió en el ambiente urbano y sus padres no eran demasiado amantes
de ambientes rurales. Fue ya de adulto cuando empezó a viajar por
todo Estados Unidos y se enamoró de la madre tierra. "La
primera vez que estuve en las Montañas Rocosas sentí casi miedo de
su grandeza", contó.
Para el físico,
su preocupación por la naturaleza vino de lo que aprendió en los
libros y por lo poco sostenible que concebía la forma de vida humana
para el planeta. Se afianzó a su creencia de que "el ser humano
es un tumor maligno y es el enemigo número uno de la naturaleza".
Resaltó el
contraste que percibió en cuanto a la sostenibilidad de las ciudades
europeas frente al crecimiento desenfrenado que se vivía en
Norteamérica en los últimos años del siglo XX.
La religión del
consumismo y la amenaza nuclear
"El problema
es que somos demasiados", intervino Herzog, y combinó su
argumento con el impacto tan negativo que han tenido los hábitos de
consumo de la población mundial en los últimos 20 años.
Para él, el
consumismo es casi una religión actualmente y los ciudadanos no son
conscientes de la cantidad de desperdicios que generan. En este
sentido, cree firmemente que los cambios a escala individual son
mucho más efectivos que las medidas políticas que pueden tomar las
instituciones, en lo que coincidió con Krauss.
"Los
gobiernos no van a tomar iniciativas sociales reales para paliar el
cambio climático", afirmó el neoyorquino. Puso como ejemplo el
gran movimiento activista que hubo en su país contra la guerra de
Vietnam, que fue a raíz de esto cuando los políticos tomaron
medidas. También se mostró muy pesimista respecto a la actitud ante
el cambio climático, puesto que la gente no entiende que los daños
ya están hechos.
Además, le dio
mucha importancia a la divulgación de información respecto a esta
problemática para la concienciación real de la ciudadanía.
"¿Cuándo llegará el momento Sputnik en el cambio climático?".
Además, ambos
resaltaron la amenaza nuclear, la cual se fue olvidando con la
llegada del nuevo siglo, pero que cada vez cobra más fuerza. El
científico le quitó peso a países como Estados Unidos y Corea del
Norte, que poseen un nutrido arsenal de ese tipo de armamentos,
puesto que, igual que Herzog, considera que las negociaciones darán
sus frutos tarde o temprano.
Más bien puso el
énfasis en posibles conflictos nucleares inducidos entre países
como Pakistán e India. Se liberarán tantos residuos radiactivos y
tóxicos que las consecuencias se verán en todo el globo. "Hay
escenarios para los que ya no podemos estar preparados y ese es uno
de ellos", respondió el alemán.
Efectos más
inquietantes del cambio climático
Más allá de los
terribles efectos naturales, el cambio climático tendrá un efecto
terrible en el ámbito social. Krauss introdujo el concepto de
"refugiados climáticos", apelando a inminentes movimientos
migratorios que personas de países emergentes tendrán que hacer
para vivir en un ambiente sin contaminación. En su misión de salir
de la pobreza, usarán grandes cantidades de combustibles fósiles y
de energía contaminante. Por esto no entiende cómo Estados Unidos,
con el pánico que tiene a los inmigrantes, se niega a aceptar esta
realidad y no se una a iniciativas como el Acuerdo de París.
Herzog resaltó
la gran dependencia que hay de la electricidad e internet. Una
catástrofe natural que eliminara su suministro "supondría
volver a la prehistoria o la extinción inmediata de gran parte de la
población del planeta".
Solo las
poblaciones que más en contacto están con la naturaleza, como los
innuits o los amish, podrían sobrevivir, puesto que el resto de la
memoria colectiva no concibe la vida sin internet. A esto el físico
añadió el peligro que supone la interdependencia global sobre la
que está construido todo el sistema y la posibilidad de que dichas
estructuras se destruyan.
Fuente:
María Fernanda Suárez, Werner Herzog: "La catástrofe nuclear es uno de los escenarios para los que ya no podemos estar preparados", 29/03/19, eldiario.es. Consultado 02/04/19.
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