Stradivari
encontró la madera para sus famosos instrumentos musicales en el
“bosque de los violines” de Italia. 300 años después, el cambio
climático podría amenazar esta larga tradición.
por Angelo van Schaik
En el siglo XVII,
Antonio Stradivari viajó durante dos días desde su ciudad natal
hasta el bosque de Paneveggio, al norte de Italia, para encontrar la
madera perfecta para sus instrumentos musicales, que llegarían a ser
mundialmente famosos.
Premiado por su
calidad de sonido superior, un instrumento Stradivarius original, tal
y como se conocen a los instrumentos fabricados por él y por los
miembros de su familia, puede venderse hoy en día por millones de
dólares. Más de 300 años después de la muerte del lutier (alguien
que construye o repara instrumentos musicales de cuerda) más famoso
del mundo, los árboles de este vasto bosque de abetos rojos todavía
se utilizan para fabricar violines, violonchelos, contrabajos y
pianos de gran calidad.
Pero el famoso
"bosque de los violines”, tal y como se conoce popularmente a
este bosque, está sintiendo los efectos del cambio climático en
forma de un clima más extremo, según el guardabosques local Paolo
Kovacs, quien maniobra su jeep por un estrecho sendero montañoso en
el idílico Valle de Fiemme.
El pasado mes de
octubre, tormentas inusualmente violentas arrancaron de raíz más de
14 millones de árboles de la cordillera montañosa de los Dolomitas,
donde se encuentra el bosque de Paneveggio.
"Casi todos
son abetos rojos”, dice Kovacs, refiriéndose a la especie arbórea
que más abunda en estos bosques, también conocidos como falsos
abetos, ya que, estrictamente hablando, no pertenecen al género de
los abetos.
En esta zona,
solo un abeto de 25 metros de altura sobrevivió a la tormenta.
"Tiene unos 150 años”, dice Kovacs, señalando el árbol. "Es
un pequeño milagro que siga ahí. Tal vez estaba protegido por otros
árboles o tiene raíces inusualmente largas”, aclara.
Una larga
tradición
A más de 250
kilómetros, en un taller de la pequeña ciudad de Cremona, donde
vivía y trabajaba Stradivari, el maestro lutier Stefano Conia pasa
la uña de su pulgar por encima de los anillos de un trozo de madera.
Los anillos están notablemente cerca el uno del otro, todos
separados por medio centímetro de distancia y son casi idénticos.
"Escucha”,
dice. "Así es como debe ser. Este va a ser un gran violín”,
afirma.
Este hombre de 73
años conoce su oficio, lleva 45 años construyendo violines. Cuenta
que es esta uniformidad la que hace que el abeto rojo sea tan
adecuado para la fabricación de instrumentos musicales. Pero no
todos los abetos rojos lo son. Por cada árbol utilizado, se talan de
20 a 30 árboles inadecuados.
Conia es uno de
los 156 constructores de violines de esta ciudad, que se ha
convertido en la capital de los instrumentos musicales de alta
calidad. Su larga tradición artesanal y su proximidad a los bosques
atraen a personas de todo el mundo, deseosas de aprender el arte de
la construcción de violines. El mismo Conia es de Hungría.
Giorgio Grisales,
otro luthier con su propio taller, se mudó aquí desde Medellín,
Colombia, en la década de 1970, para seguir los pasos de Stradivari.
En un rincón del taller de Grisales, un joven japonés está
transformando un largo trozo de madera en lo que será el mástil de
un violonchelo.
Aunque algunos
temen que esta tradición centenaria se vea amenazada por el cambio
climático, Sandro Asinari, vicepresidente del gremio de
constructores de violines de Cremona, no está preocupado. Al menos
no sobre los daños causados por la tormenta de octubre.
"Los bosques
son enormes”, dice. "Sé que muchos árboles han sido dañados,
pero también sé que los silvicultores locales están trabajando
duro para salvar los árboles que se rompieron. El gremio ha
contratado a una empresa maderera local para que recoja los árboles
caídos y los corte en pedazos, a fin de que puedan ser utilizados en
la fabricación de instrumentos”, explica.
"Además,
están plantando nuevos árboles. Soy muy optimista”, añade
Asinari.
Mirando hacia el
futuro
Sin embargo,
según Kovacs plantar árboles no será una ayuda para los
fabricantes de instrumentos a corto plazo. Un abeto debe tener al
menos 150 años de edad para poder construir un violín con su
madera. Para un violonchelo o contrabajo, el árbol debe de ser aún
más viejo.
A Kovacs también
le preocupa el cambio climático y las condiciones meteorológicas
cambiantes. La tormenta que azotó a los Dolomitas en octubre fue tan
extraordinaria porque el viento normalmente viene del noreste de los
Alpes.
En este caso,
"vino del sureste, del mar Adriático. Hacía más calor de lo
normal, era más fuerte de lo normal y traía más lluvia de lo
normal”, explica Kovacs, y añade que el sistema meteorológico se
parecía a la forma en que se desarrollan los huracanes en el sur de
Estados Unidos.
El año pasado
fue el más caluroso en Italia desde que se iniciaron los registros
en 1800, siendo 1,5 grados centígrados más cálido que el promedio
entre 1961 y 1990. La temperatura media en el país aumentó 0,1
grados centígrados más que en el resto de Europa, aunque no está
claro por qué Italia se está calentando más rápido.
Los efectos se
sienten en todo el país, no solo en el bosque de los violines.
Aproximadamente en la misma época, las tormentas azotaron la
provincia norteña de Trento, mientras que más al sur, en Sicilia,
se produjeron fuertes lluvias e inundaciones que causaron la muerte
de diez personas.
"Creo que
tendremos que acostumbrarnos”, lamenta Kovacs. "La temperatura
atmosférica general está aumentando, por lo que el clima se vuelve
más extremo. Eso es lo que hemos experimentado aquí”, explica.
A pesar de la
aparente falta de preocupación de Asinari, el gremio está haciendo
planes para garantizar el futuro de su oficio ante el cambio
climático.
"Estamos
comprando áreas de los bosques para controlarlas mejor en el
futuro”, dice sobre el bosque estatal de Paneveggio. "Estamos
seguros de que nuestra tradición durará otros 400 años”,
concluye, optimista.
Deutsche Welle es
la emisora internacional de Alemania y produce periodismo
independiente en 30 idiomas. Síganos en Facebook | Twitter | YouTube
|
Fuente:
Angelo van Schaik, ¿Está el cambio climático amenazando el famoso “bosque de los violines” de Italia?, 26/02/19, Deutsche Welle.
No hay comentarios:
Publicar un comentario