El Gobierno japonés baraja varias opciones para purificar el agua contaminada que actualmente almacena la planta.
OKUMA (JAPÓN),
11 Mar. (Reuters/EP) - Un millón de toneladas de agua contaminada
deberán ser almacenadas, posiblemente durante años, en la planta
nuclear de Fukushima, lo que supone un nuevo obstáculo para la
limpieza de las instalaciones cuando se cumple el octavo aniversario
de la catástrofe en la ciudad japonesa.
El año pasado,
la compañía Tokyo Electric Power (Tepco) reconoció que el sistema
que debía purificar el agua contaminada había fallado a la hora de
eliminar las partículas radiactivas.
Esto supone que
la mayor parte del agua, que actualmente está almacenada en 1.000
tanques alrededor de la planta, tendrá que volver a ser procesada
antes de ser devuelta al océano, en lo que es el escenario más
probable ahora mismo.
Este proceso
podría llevar cerca de dos años, además de acarrear el desvío de
personal y recursos que actualmente se utilizan para desmantelar los
reactores dañados por el tsunami, una operación que según las
previsiones costará hasta 40 años finalizar.
No está claro
cómo afectará este nuevo retraso al desmantelamiento. El Gobierno
japonés calculó en 2016 que el coste total de este proceso, la
descontaminación de las áreas afectadas y las compensaciones
podrían llegar a los 21,5 billones de yenes (unos 170.000 millones
de euros), casi el 20 % del presupuesto anual del país.
Tepco ha
reconocido que se está quedando sin espacio para almacenar el agua.
Además, algunos expertos han advertido de que si hay otro terremoto
importante, los tanques podrían romperse provocando el vertido ál
océano de líquidos altamente radiactivos.
Los pescadores,
en su apuesta por recuperar la confianza de los consumidores, están
vehementemente en contra de verter el agua procesada, que la
Autoridad Nuclear Japonesa (NRA) ha calificado como mayormente
inofensiva.
"Esto
destruiría lo que hemos estado haciendo durante los últimos ocho
años", ha asegurado el líder de la Federación de Cooperativas
de Pescadores de Fukushima. Las capturas del año pasado apenas
llegaron al 15 % de los niveles anteriores a la crisis, principalmente
por la reticencia a consumir pescado procedente de estas aguas.
Un proceso que
lleva su tiempo
En la mayoría de
zonas de la planta nuclear ya no es necesario que los trabajadores
lleven máscaras ni que lleven trajes de protección contra la
radiación. Solamente los edificios del reactor y otras áreas
requieren este equipamiento especial.
Alrededor de la
planta hay tanques para llenar hasta 400 piscinas de tamaño
olímpico, donde unas máquinas llamadas ALPS han estado tratando el
agua contaminada.
Tepco ha
explicado que este sistema puede eliminar todos los radionucleidos
excepto el tritio, un isótopo del hidrógeno relativamente
inofensivo y que es muy difícil de separar del agua. Líquidos con
esta sustancia son vertidos al medio ambiente en otras áreas
nucleares en otras partes del planeta.
No obstante, un
periódico japonés cuestionó el año pasado la calidad de las aguas
procesadas con los ALPS, lo que llevó a Tepco a reconocer que había
estroncio 90 y otros elementos radiactivos en muchos de los tanques.
Tepco ha afirmado
que estos problemas han ocurrido porque algunos materiales
absorventes del equipamiento no se han sustituido con la frecuencia
adecuada.
La compañía se
ha comprometido a volver a purificar el agua si el Gobierno decide
que verterla al océano es la mejor solución. Según un equipo
gubernamental que realizó estudios en 2016, es la opción más
barata de las cinco analizadas, que incluyen la evaporación, el
entierro y mandarla al espacio.
El Gobierno y
Tepco están ahora estudiando la creación de otro panel de expertos,
pero no se ha fijado una fecha.
El director del
NRA, Toyoshi Fuketa, considera que verter el agua tras la dilución
es la única manera accesible de de lidiar con el problema. Además,
ha advertido de que posponer esta decisión indefinidamente podría
hacer fracasar el proyecto de desmantelamiento.
La historia
interminable
Otra de las
opciones es almacenar el agua durante décadas en tanques normalmente
destinados al petróleo. La idoneidad de estos recipientes ya ha sido
analizada, según ha explicado el ingeniero de la planta y miembro de
la Comisión de Ciudadanos sobre Energía Nuclear, Yasuro Kawai.
Esta comisión
propone almacenar el agua con tritio, que tiene una vida media de 12
años y medio, durante 123 años, tras los que sería una milésima
parte de lo radiactiva que era cuando se guardó en los tanques.
A pesar de que
los expertos han avisado de que los tanques serían vulnerables a
grandes terremotos, el ministro de Industria japonés, Hiroshige
Seko, ha asegurado que analizará esta opción.
"El
almacenamiento a largo plazo tiene un lado positivo, ya que la
radiación bajaría. Pero hay un riesgo de fuga", ha reconocido
a Reuters. "Es difícil mantener el agua indefinidamente, así
que el comité también analizará cómo deberíamos deshacernos de
ella", ha añadido.
Muchos habitantes
de la zona esperan que Tepco simplemente siga almacenando el agua. Si
es vertida al océano, "todo el mundo caería en una depresión",
ha afirmado el capitán de un pesquero local, Koichi Matsumoto.
Fuentes:
El agua amenaza la limpieza de Fukushima en el octavo aniversario de la catástrofe, 11/03/19, europa press.
La obra de arte que ilustra esta entrada es "Fuku", del artista Michael Proepper.
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