Las grandes
potencias, responsables de la contaminación. El 76 por ciento
de las emisiones globales de dióxido de carbono es generado por los
países del G-20. El ranking está encabezado por China y Estados
Unidos. Los expertos advirtieron que puede haber “impactos
catastróficos”.
Las grandes
potencias económicas del mundo comandan el G-20 y son también los
máximos responsables del cambio climático, el aumento de la
temperatura global y los consiguientes desastres ambientales. El 76
por ciento de las emisiones del dióxido de carbono (principal factor
del ascenso de la temperatura) proviene de los países del G20.
Encabezan el ranking de contaminación China, Estados Unidos, la
Unión Europea, India, Rusia, Japón y Alemania. El Grupo
Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC)
advirtió que habrá “impactos catastróficos” si la temperatura
sigue en aumento.
El cambio
climático es producto del aumento de la temperatura por la acción
humana e implica cambios drásticos en el ambiente (inundaciones,
sequías, derretimiento de glaciares, desplazamientos, muertes). La
causa principal es la emisión de gases de efecto invernadero,
principalmente el dióxido de carbono (CO2). La quema de combustibles
fósiles (gas, petróleo, carbón) está entre los principales
causantes.
El Centro de
Investigación Conjunta de la Unión Europea cuenta con la “Base de
Datos de Emisiones para la Investigación Global”. Registra
información de gases de efecto invernadero desde 1970. Según su
último registro (2015) de dióxido de carbono (CO2) los mayores
contaminantes son China (29,36 por ciento del total), Estados Unidos
(14,27), India (6,77), Rusia (4,85), Japón (3,45), Alemania (2,14),
Corea del Sur (1,70), Canadá (1,53), Arabia Saudita (1,39) e
Indonesia (1,38).
Si se analiza a
la Unión Europea como actor único (así participa del G20), es
responsable del 9,57 por ciento de emisiones de CO2 y tercero en
nivel de responsabilidad respecto al cambio climático.
La lista del G20
y contaminación global sigue con Brasil (1,34 por ciento de las
emisiones), México (1,30), Australia (1,23), Sudáfrica (1,15),
Reino Unido (1,09), Turquía (0,98), Italia (0,97), Francia (0,90) y
Argentina (0,52).
Los sectores más
contaminantes son el energético, el agronegocio, la industria y el
transporte. Las principales multinacionales también son de esos
países: ExxonMobil, Shell, BP, Chevron, Saudi Arabian Oil Company,
Gazprom, China National Petroleum Corp, Total, Río Tinto, Petronas,
Glencore, entre otras.
El Acuerdo de
París (2015) establece que los países firmantes deben adaptar
acciones para que la temperatura del planeta no aumente por encima
del 1,5 grados centígrados. Fue (y es) muy criticado por
organizaciones sociales por no cuestionar el modelo de consumo que
lleva al desastre climático, no ser vinculante, no frenar la
extracción de hidrocarburos y proponer “falsas soluciones”
(monocultivo de árboles, bonos de “compensación” para
contaminar, geoingeniería para modificar el clima, entre otros).
La organización
internacional Transparencia Climática elaboró un informe (llamado
“Brown to Green Report”) sobre la situación de los países del
G-20 y el cambio climático. “Ninguna de las propuestas de
políticas climáticas del G-20 es compatible con un aumento de
temperatura global de menos de 1,5 grados, pactado por los países
firmantes del Acuerdo de París en 2015”, cuestiona la
investigación.
La Fundación
Ambiente y Recursos Naturales (FARN) es una de la decena de ONG que
participaron del trabajo. Explica que, de Argentina, el sector
energético es el que más contribuye a las emisiones de gases de
efecto invernadero y cuestiona duramente que el gobierno impulse la
industria de hidrocarburos, con subsidios a las empresas (2700
millones de dólares en 2016) y la explotación de Vaca Muerta.
Otra política
cuestionada de los gobiernos de Argentina, y que contribuye al cambio
climático, es el desmonte. Según Transparencia Climática, el área
de bosque nativo se redujo un 22 por ciento entre 1990 y 2015. La
principal causa fue el avance de la frontera agropecuaria. Para el
presupuesto 2019, el gobierno nacional quitó el 95 por ciento del
presupuesto para la protección de bosque nativo.
El Panel
Intergubernamental de Cambio Climático (IPCC) emitió en octubre
pasado un informe con tono de advertencia final: si la temperatura
del planeta sigue en aumento y supera el 1,5 grados para 2030 se
producirán “impactos catastróficos” en la vida de las personas
y el ambiente. Se debe reducir (para 2030) el uso de petróleo a la
mitad y el de gas a un tercio. Ninguno de los gobiernos del G-20
asumió compromisos reales para cumplir esa meta.
Silvia Ribeiro,
del Grupo ETC (Grupo de Acción sobre Erosión, Tecnología y
Concentración), resumió la desigualdad en su artículo “Los que
fríen el planeta”: “el 10 por ciento de la población más rica
del planeta es responsable de la mitad de las emisiones globales”.
Ribeiro cuestionó que el IPCC y la diplomacia climática no
denuncien claramente el rol de los países más poderosos: “Hay un
pacto de los gobiernos que más emisiones causan para no interferir
en las ganancias de los más ricos, incluidas las trasnacionales
petroleras y otras que lucran con las actividades que generan el caos
climático”.
La semana pasada,
la Casa Blanca publicó la “Evaluación Nacional sobre el Clima”,
un estudio científico de 1600 páginas que detalla las consecuencias
que el cambio climático tendrá sobre la salud, la economía y el
futuro de ese país. Realizado por académicos independientes del
Poder Ejecutivo, resaltó que las temperaturas extremas son más
frecuentes y se extienden por más tiempo. El presidente Donald Trump
respondió con cuatro palabras: “No me lo creo”.
Fuente:
Fuente:
Los dueños del cambio climático, 29/11/18, Página/12. Consultado 29/11/18.
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