A pesar del inquietante panorama, los niños se apropiaron de las calles para, quizá, aplacar la incertidumbre que se esconde en los ojos de la infancia. |
Más de 120 milímetros fueron los que cayeron y dejaron a una gran cantidad de barrios villamarienses y villanovenses con sus calles anegadas y a sus vecinos angustiados.
por Franco Gerarduzzi
Bicicletea casi
sin esfuerzo, como si fuera un hábito. Pedalea, quizá, para aplazar
la incertidumbre que se esconde en los ojos de la infancia. Se
impulsa, como si no tuviera destino o importancia, sobre calles
olvidadas. Se mueve sobre la herrumbre de un mañana sobre el que no
se habla. Va y viene. Pero siempre allí. En La Calera.
Otros corren pero
no escapan. Juegan, como si fuera una costumbre, en la quietud de ese
caos. Se ríen. Se mojan. Se divierten porque, como siempre, “no
hay otra”.
El barrio es
inaccesible. El agua está estancada desde una punta a la otra. Son
casi las 12. Otra vez, como si fuera poco, empieza a lloviznar.
Unidades de
Bomberos Voluntarios están suspendidas en el ingreso al barrio, en
la esquina de Bulevar Vélez Sarsfield y Granaderos Argentinos, con
los ojos incrédulos y detenidos en el océano en el que se convirtió
ese rincón de la ciudad.
“Ya evacuamos a
algunas familias”, dijo uno de los servidores públicos al Puntal de Villa María.
A lo lejos,
efectivos asisten a una mujer y la acompañan hacia una ambulancia
que estaba en el sector. El rostro de la mujer es una fotografía
inquietante, una voz que se ahoga en habitaciones a oscuras.
A finales de
septiembre, la ciudad vivió un temporal de dimensiones considerables
que se extendió desde las 19 hasta alrededor de las 22. En esa
jornada, cayeron 45 milímetros y el sistema de desagües no
resistió.
Esta vez fueron
aproximadamente 120 los milímetros que se registraron desde la noche
del sábado hasta la madrugada de ayer, a los que se le sumaron
fuertes ráfagas de viento. Y no sólo eso, sino que ayer también
llovió y granizó durante casi todo el día, lo que generó nuevas
complicaciones en distintos puntos de Villa María y Villa Nueva.
Mientras este
matutino recorría la zona, otro vecino se acercó y contó que
estuvo sacando agua del interior de su vivienda desde las 2 hasta las
5. “Por cosas como éstas es que nos vamos a ir de acá”, confesó
abatido. Y se despidió, con el pantalón arremangado y la cabeza
gacha, tal vez, tratando de contener, en la memoria, la imagen de
algún tren que lo lleve, dormido, hacia esos sueños que trazó de
pequeño.
Por primera vez
en 50 años
A un costado de
las vías, una pareja conversa. “Hace 50 años que estamos acá y
nunca vimos algo así”, cuentan. Y, a la vez, comentan que, como
consecuencia de que los caminos rurales que unen Tío Pujio con la
ciudad se saturaron por las precipitaciones, eso también agravó la
situación del barrio.
Mientras siguen
charlando, señalan un bloque de contención que fue hecho “por la
gente del ferrocarril”. Y, de acuerdo a lo que relatan, esa especie
de barricada (foto) construida con tierra, ramas y basura, no
permitió que el agua pase por debajo de los durmientes y salga hacia
otros sectores en los que es más factible que discurra todo el
líquido acumulado. El hombre y la mujer se marchan. La lluvia
continúa y La Calera parece deshabitada.
El accionar de
Bomberos
De acuerdo con lo
que publicaron en las redes sociales se pudo conocer que, a raíz de
todo lo acontecido, los efectivos tuvieron un total de 26
intervenciones, lo que representó un promedio de dos por hora. Todo
ello involucró desde episodios ocasionados por la lluvia hasta
incendios y accidentes de tránsito. Y un dato no menor tiene que ver
con que el accionar se desarrolló solamente en 12 horas. Por otra
parte hay que destacar que participaron 16 vehículos con 80
bomberos.
Asimismo,
colaboró personal de Seguridad Ciudadana.
Corte en la ruta
4
Como consecuencia
de la abundante lluvia que se registró desde la noche del sábado y
a lo largo de la jornada de ayer, hubo un importante creciente del
Arroyo San José de Arroyo Cabral.
A raíz de lo
ocurrido, se inundó el predio Agrupación Gaucha. Además se debió
cortar la ruta 4, a la altura de la localidad de Ausonia.
Tío Pujio
también se vio afectada por el temporal
En Tío Pujio
cayeron más de 150 milímetros, lo que ocasionó dificultades en el
cuadrante comprendido entre las calles Jujuy, Chacabuco, Tucumán e
Hipólito Irigoyen, en la zona sudoeste de la localidad.
Esto, además, se
vio agravado por la inundación de los campos aledaños que desaguan
hacia la zona urbana.
Ante la crítica
situación, la intendenta Nancy Schiavi, por recomendación de
personal de la Secretaria de Recursos Hídricos de la Provincia, se
hizo presente en los lugares. De esta manera, con maquinaria
pertinente se llevaron adelante diferentes trabajos para contener el
agua, a pesar de que ingresó en numerosas viviendas.
Cabe decir que
personal municipal trabajó desde la noche del sábado.
Fuente:
Franco Gerarduzzi, La Calera: una postal que dejó rostros inundados de tristeza, 12/11/18, El Puntal de Villa María. Consultado 14/11/18.
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