Los insectos
expuestos al herbicida pierden parte de las bacterias intestinales
beneficiosas y son más fácilmente atacadas por los patógenos.
por Joaquim Elcacho
El glifosato, el
herbicida más utilizado en el mundo, sigue acumulando indicios en su
contra. Además de los diversos estudios sobre la posible relación
con cáncer en humanos, una investigación publicada esta semana en
la prestigiosa revista Proceedings de la Academia Nacional de
Ciencias de Estados Unidos (PNAS) indica que glifosato puede estar
perjudicando también a las abejas.
La capacidad del
glifosato para matar las hierbas perjudiciales para los cultivos fue
descubierta en 1970 por John E. Franz, de la multinacional Monsanto
(empresa que explotó la patente en exclusiva durante más de dos
décadas). El uso de este producto fue considerado inocuo para las
personas y los animales silvestres hasta los años 1990, cuando
empezaron a aparecer estudios sobre efectos perjudiciales.
En 2015, la
Agencia Internacional de Investigación del Cáncer (IARC, por las
siglas en inglés), dependiente de la Organización Mundial de la
Salud, incluyó al glifosato en la lista de productos “probablemente
cancerígenos en humanos” (categoría 2A de la IARC). Estudios
realizados por otras entidades, como Agencia Europea de Seguridad
Alimentaria, consideran improbable que el glifosato tenga efectos
para la salud pero la polémica se mantiene más viva que nunca a
escala mundial.
Los datos que
presentan esta semana en PNAS investigadores de la Universidad de
Texas en Austin (Estados Unidos) indican que la exposición a
glifosato altera la comunidad microbiana en el sistema digestivo de
las abejas, haciendo que estos insectos sean más vulnerables a las
infecciones.
Esta hipótesis
agrega otra posible razón -aunque no sea la única- para la
alarmante disminución de las abejas melíferas en algunas partes del
mundo; sin descartar que pueda tener efectos igualmente negativos en
otros insectos polinizadores como las abejorros.
El glifosato mata
las plantas al bloquear una enzima que usan para producir varios
aminoácidos, componentes básicos de las proteínas. Los animales no
producen este tipo concreto de enzimas y por tanto no deberían estar
afectados por el glifosato. En cambio, algunas bacterias sí que
producen las enzimas que se ven afectadas por el glifosato y estas
bacterias viven en el sistema digestivo de algunos animales.
Los autores del
estudio que ahora se publica expusieron a decenas de abejas al
glifosato, en concentraciones similares a las que se pueden encontrar
en campos de cultivo, jardines y bordes de caminos tratados con este
herbicida; comparando los resultados con abejas no expuestas a este
producto.
Los
investigadores pintaron las espaldas de las abejas con puntos de
colores para que pudieran ser rastreados y luego recapturados y
observaron que en las abejas expuestas al herbicida durante tres días
se había reducido significativamente la microbiota intestinal
saludable. La especie bacteriana más afectada, Snodgrassella alvi,
un organismo que ayuda a las abejas a procesar los alimentos y
defenderse de los agentes patógenos.
Más afectadas
por las infecciones
Las abejas con
microbiomas intestinales deteriorados también tenían muchas más
probabilidades de morir cuando más tarde se expusieron a un patógeno
oportunista, Serratia marcescens, en comparación con las abejas con
sistemas digestivos sanos. Aproximadamente la mitad de las abejas con
un microbioma saludable seguían con vida ocho días después de la
exposición al patógeno, mientras que solo una décima parte de las
abejas cuyos microbiomas habían sido alterados por la exposición al
herbicida sobrevivieron al patógeno.
”Necesitamos
mejores pautas para el uso de glifosato, especialmente con respecto a
la exposición a las abejas, porque ahora las pautas asumen que el
herbicida no daña las abejas; y nuestro estudio muestra que eso no
es cierto”, ha detallado Erick Motta, responsable del estudio junto
con la profesora Nancy Moran, en declaraciones difundidas por la
Universidad de Texas.
La empresa Bayer
niega la validez del estudio
En una difundida
por Bayer, actual propietaria de Monsanto, se asegura que el nuevo
estudio publicado en Proceedings “vincula erróneamente el
glifosato con los problemas microbianos intestinales de las abejas
melíferas”. Según la empresa, “el artículo no establece una
relación entre las dosis de glifosato aplicadas y los supuestos
efectos”.
Entre otras
críticas al artículo publicado en la revista oficial de la Academia
Nacional de Ciencias de Estados Unidos, Bayer afirma que el estudio
“se basó en un pequeño número de abejas, mientras que los
estudios regulatorios y otros estudios publicados que incluyen
colmenas completas proporcionan una evaluación más completa de los
posibles efectos en las colonias”.
Artículo
científico de referencia:
Glyphosate
perturbs the gut microbiota of honey bees. Erick V. S. Motta, Kasie
Raymann, and Nancy A. Moran. PNAS. September 24, 2018
https://doi.org/10.1073/pnas.1803880115
Fuente:
Joaquim Elcacho, El polémico herbicida glifosato, creado por Monsanto, también daña a las abejas, 27/09/18, La Vanguardia.
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