Con la excusa del
fomento al turismo abren una autovía en Punilla a puro desmonte y
tala de bosques. Organizaciones
ambientalistas, investigadores científicos y vecinos denuncian que
el gobernador Juan Schiaretti abre una autovía en Punilla con el fin
de generar un negocio inmobiliario.
por Leonardo
Rossi
La imagen de una
Córdoba que invita a pasar vacaciones y fines de semana a sus ríos,
montes y prístinos paisajes es cada vez más expresión del arte de
algún diseñador gráfico que un reflejo de la realidad territorial.
En una provincia donde resta un 3,5 por ciento de bosques bien
conservados, con un lago San Roque visiblemente contaminado, y graves
problemas hídricos, el gobierno avanza a toda prisa con una autovía
de montaña en Punilla, en una de las áreas protegidas de la
biodiversidad nativa y por encima de un reservorio de uranio.
Observar los trabajos de las empresas viales devuelve un cuadro que
asemeja más a una zona de mega-minería que a una armoniosa vía
rodeada de vegetación autóctona. “El gobierno tiene otras
opciones si quiere mejorar la circulación en la zona, pero insiste
en hacer una ruta por medio del bosque, creemos que para abrir un
nuevo corredor inmobiliario”, apunta el biólogo Fernando Barri,
docente de la Universidad Nacional de Córdoba e investigador del
Conicet.
Una solución con
varios problemas
El 11 de mayo
está convocada la audiencia pública que obligatoriamente debe
realizar el gobierno ante este tipo de proyectos. Luego de varios
reclamos, se conoció el Estudio de Impacto Ambiental (EIA) donde se
propone la construcción de una carretera en zona boscosa entre San
Roque y Cosquín, de 14.300 metros de extensión en sentido
sur-norte, con una afectación de 143 hectáreas. La inversión será
de más de tres mil millones de pesos, frente a otras alternativas
mencionadas en el estudio, de menor impacto ambiental y que suponen
un menor costo económico (ensanchar la vía actual, aprovechar
caminos rurales existentes, entre otras). La intención de esta
autovía, dice el gobierno, es ofrecer una alternativa a las rutas
E55 y RN38 que se ven colapsadas en verano. Barri destaca que “la
Provincia dejó que distintas construcciones se comieran la ruta ya
existente, además de no promover otro tipo de movilidad, y fomentar
más y más automóviles por las sierras”. Pero sostiene que “de
querer ampliar la conectividad, tiene alternativas mencionadas en el
propio estudio que prácticamente no tienen impacto en el movimiento
de suelo”. “Se han encaprichado con esto, y uno cree que es
porque tienen otros intereses para esa zona”, que corre a unos dos
kilómetros en paralelo hacia el este de los poblados de Bialet
Massé, Santa María y Cosquín.
En materia legal,
la propuesta de la autovía es violatoria de la Ley Nacional de
Bosques, y la categorización para protegerlos realizada por la
propia provincia. Desde el Foro Ambiental Córdoba denuncian que el
proyecto “no pondera el bosque nativo en categoría rojo”, debido
a que “10.930 de los 14.300 metros, 76 por ciento del trazado,
atraviesan un área de la máxima categoría de conservación”.
Desde esta ONG agregan que el EIA “pondera como positivo que la
autovía haga de barrera a la expansión inmobiliaria hacia el este,
cuando no existe ninguna garantía que eso suceda, y al contrario, lo
que hará precisamente es incrementar el número de focos de
incendios en bosques nativos ubicados ahora en sitios poco
accesibles, y favorecerá la antropización de ese entorno natural”.
En la misma
línea, Barri remarca que “ese monte que se afectará guarda el
agua para el resto del año, hace un efecto esponja allí donde están
los bosques mejor conservados de esas micro-cuencas que abastecen los
arroyos y ríos que derivan en el lago San Roque, y proveen agua a la
región norte de Punilla”. Ante recurrentes problemáticas que
padece la provincia vinculadas directamente con la eliminación de
ecosistemas originarios, este biólogo prende alarmas. “La
problemática de falta de agua en época de sequía y de inundaciones
en época de lluvias se incrementan con este tipo de proyectos,
además de que el movimiento de suelo en esa zona va a hacer que los
sedimentos se laven con lluvia y aumenten las derivas al ya castigado
lago San Roque, que provee de agua a 4 millones de personas”.
El otro punto que
ha despertado preocupación es la presencia de un yacimiento de
uranio por debajo del trazado anunciado. “Es el más grande de la
provincia, y el trabajo ahí expone al riesgo de liberación de gas
radón, cuyo impacto es la segunda causa de cáncer de pulmón a
nivel global”, apunta Barri. Mientras que en el EIA se asegura que
se abordará la cuestión con técnicos especializados a medida que
avance la obra, desde el Foro Ambiental, Federico Kopta contrapone:
“El mapa de emisiones radiactivas debería conocerse de antemano,
ser parte del EIA, y no ir viendo sobre la marcha”. Asimismo,
alerta que a partir de los estudios presentados, queda a la vista que
la vía “pisa varias veces afloramientos del yacimiento”.
Obras diseñadas
lejos del territorio
Desde la Asamblea
San Roque Despierta, Eugenia Caraballo narra los impactos que ya
padecen por este proyecto. Es que la avanzada obra del puente para
cruzar el lago, entre la variante Costa Azul y San Roque, fue la
punta de lanza de la autovía. Hace un año, desde esta organización
fueron parte de las audiencias públicas en torno a ese primer
proyecto, ahora explicado oficialmente como el tramo inicial de la
autovía de montaña. “Ninguno de los planteos que hicimos se
tomaron en cuenta, luego presentamos una cautelar para frenar las
obras y la jueza Viviana Rodríguez de Carlos Paz lo rechazó,
entonces los mecanismos de participación popular para el cuidado del
medio ambiente son absolutamente manipulados por otros intereses”.
Pese a que en las
tareas constructivas “ya han sido afectados patios de casas y
explosiones en zonas donde vive gente, cosas que no estaban
autorizadas, la licencia ambiental que debería caerse está bien
firme”, denuncia la integrante de la asamblea. “Además del grave
daño a la vista, hay otros impactos para los lugareños, gente que
la está pasando muy mal, con afecciones psicológicas porque se
tiene que entender que lo que se está haciendo es reventar la
montaña, arrasar los bosques, tapar vertientes que usaban familias,
empeorar el agua en una zona que ya está en crisis”.
Como contrapunto,
el gobernador Juan Schiaretti celebró a fin de año pasado el inicio
de esta obra, con el puente que cruza el lago como “un ícono de la
provincia”. Desde su gobierno alabaron la fastuosa infraestructura,
hecha mediante mega-grúas traídas de Asia, “las primeras en
Sudamérica de este tipo” y que son “utilizadas en Dubái y en
China, para represas gigantes”, en palabras de Nicolás Emma,
gerente de una de las empresas que realiza las tareas de
construcción. Más cerca de la realidad cotidiana de Punilla,
Caraballo reflexiona: “Vivimos en un lugar muy tranquilo, y hacen
estas mega-obras, una autovía de cuatro carriles de la que no fuimos
ni consultados ni advertidos, y nunca nos dejaron elegir cómo
queremos vivir, ¿dónde está la autodeterminación de quienes
habitamos Punilla?”.
Fuente:
Leonardo Rossi, La Córdoba telúrica queda sólo en postales, 07/05/18, Página/12. Consultado 07/05/18.
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