Verde flúo. Así se veía el lago San Roque a fines del mes pasado. Foto: Daniel Cáceres |
Durante muchos años, el poder en Carlos Paz cuestionaba que se difundiera el mal estado del lago.
por Fernando
Colautti
Algo está
cambiando en la relación de Villa Carlos Paz con ese lago, que es
escenografía de su postal. Por primera vez, el municipio admite sin
pudor que el San Roque padece un severo deterioro ambiental y que
representa un riesgo sanitario.
Durante décadas,
cada información que daba cuenta de ese deterioro era resistida y
cuestionada por autoridades municipales e institucionales de esa
ciudad, que reclamaban que los medios conspiraban, de ese modo,
contra el turismo que esperaban.
Lo que conspira
contra los intereses de la principal ciudad turística cordobesa es
la pésima calidad del agua del embalse, no informar sobre su mal
estado.
Desde hace un
año, el criterio varió. Al menos, el municipio prefirió asumir la
realidad, no enojarse con quienes la reflejan, y hasta imaginar
medidas. El espejo no tiene nunca la culpa.
Con las imágenes
que devolvía el embalse más visitado de Córdoba en situación ya
insostenible, aparecieron algunas reacciones en el último año.
Surgieron promesas nacionales y provinciales para un saneamiento
demorado por décadas. Falta ahora que dejen de ser promesas.
Resulta aún
inexplicable tanto atraso: por ejemplo, Villa Carlos Paz tiene sólo
el 30 por ciento de su radio con redes cloacales y en toda la cuenca
hídrica regional el servicio llega a apenas dos de cada 10
habitantes. El espejo no tiene la culpa. El lago tampoco.
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Fuente:
Fernando Colautti, El espejo no tiene la culpa, 23/02/18, La Voz del Interior. Consultado 23/02/18.
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