Sólo el 24 por
ciento votó por una central nuclear.
El gobierno
municipal de la localidad rionegrina de Sierra Grande realizó una
consulta popular, no vinculante, para instalar una central nuclear en
el distrito, pese a que existe una ley provincial que prohíbe la
instalación de plantas nucleares en Río Negro, votada en septiembre
pasado, y una ordenanza local en el mismo sentido. Sólo el 24 por
ciento del padrón participó de la consulta, y el 84 por ciento dio
su aprobación a la iniciativa. Uno de los referentes del movimiento
antinuclear patagónico, Pablo Lada, dijo a PáginaI12 que “el
movimiento que se generó en la provincia llamó a la ciudadanía a
no participar de esta convocatoria irregular, cuando la ley ya fue
sancionada y buscando una licencia social para ir por su derogación.
Aunque intentan presentarlo como un triunfo, lo cierto es que el 76
por ciento de los ciudadanos no fue a votar”.
La votación se
llevó adelante en dos escuelas, con la participación de 1671
personas, de un padrón de 6.787, y la iniciativa recibió 1.419
votos a favor, 251 en contra y hubo un voto en blanco.
El intendente
local, Nelson Iribarren, sostuvo tras la consulta que “la
legislación prohíbe la instalación de centrales nucleares en la
provincia, pero vamos a trabajar desde esta semana para modificar,
esta legislación y avanzar en 2020 con el inicio de las obras”.
“La idea es no claudicar en lo que venimos trabajando hace tiempo,
seguimos insistiendo en que el debate hay que abrirlo, para saber que
existe licencia social”, sostuvo el funcionario.
Para avanzar en
esa dirección, el abogado del municipio, Carlos Dvorzak, adelantó
que trabaja en un planteo de inconstitucionalidad de la ley
antinuclear provincial. “La acción tiene como meta la derogación,
no es una nulidad”, sostuvo.
En tanto, el
movimiento de los Vecinos Autoconvocados/as de Sierra Grande y Playas
Doradas desestimaron la votación y solicitaron a los funcionarios
que “vuelquen todas las energías para bregar por el bienestar de
todos los ciudadanos y den por finalizada las intenciones de instalar
la quinta Usina Nuclear en la zona”.
En diálogo con
este diario, el activista del Movimiento Antinuclear Rionegrino (MAR)
Gustavo Cifuentes dijo que “desde el comienzo la convocatoria fue
irregular ya que las mesas se conformaron con personas que adherían
al sí, y eso fue denunciado por el vicepresidente del Tribunal
Electoral. Además, nos opusimos porque se estaba gastando 250.000
pesos del erario en una consulta extemporánea, cuando hace poco se
votó una ley provincial y existe una ordenanza local que prohíben
la instalación”, dijo el asambleísta.
Para Cifuentes la
movida del municipio “tiene que ver con un capricho del intendente
que no ha podido resolver una problemática que viene de cuando cerró
la empresa minera china MCC –en enero de este año– que dejó 600
familias sin trabajo y dejó en Sierra Grande un alto nivel de
desocupación. Tienen que resolver esto de alguna manera, vieron en
esto una oportunidad”.
Además, el
referente antinuclear sostuvo que “el problema de fondo es la
matriz productiva de la región, porque tenemos a unos 120 kilómetros
una costa que se está posicionando como sector turístico, y si
quieren instalar una planta, toda la región debería haber
participado de la consulta. El resultado no es muy legítimo, es sólo
un papel para pelear en la Casa Rosada la posibilidad de instalar la
central acá”.
El Mar se
conformó después de las grandes movilización en Viedma (en agosto
y septiembre), que rechazaron la instalación en esa localidad de la
planta nuclear china anunciada a principios de año por el
gobernador, Alberto Weretilneck, y el presidente Mauricio Macri tras
una gira por China. El mandatario había anunciado que la
construcción comenzaría en el año 2020 y tendría una inversión
cercana a los 8 mil millones de dólares.
Sin embargo, tras
las críticas de las organizaciones ambientalistas y de los vecinos
autoconvocados Weretilneck desechó la idea de la instalación en la
capital provincial, y el proyecto quedó sin definición, hasta que
pasó a Sierra Grande.
Lada, integrante
del Movimiento Antinuclear de Chubut (MACH), explicó que “hubo
mucha movilización social tras los anuncios, y se juntaron más de
23 mil firmas para que salga la ley que le torció el brazo al
gobernador y prohibió la actividad nuclear en la provincia. Ahora,
el senador (Miguel Ángel) Pichetto del Bloque Justicialista, quien
participó del desguace de Hipasam (la estatal Hierro Patagónico
Sociedad Anónima) cuando era menemista en los 90 y el intendente
Iribarren pergeñaron esta idea de llamar a la consulta para después
ir por la ley provincial. Una maniobra que comenzó con un llamado a
la consulta con menos de 30 días, sin tiempo para debatir y tratando
de hacerla obligatoria y vinculante, algo que no ocurrió porque la
Legislatura no lo avaló. Fue una consulta amañada, pero la
población ya opinó a través de las más de 23.000 firmas, y eso se
reflejó en una ley”, sentenció Lada.
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