Buenos
Aires, 3 de noviembre de 2017. Las organizaciones Greenpeace
Argentina, Salud sin Daño, Fundación Ambiente y Recursos Naturales
(FARN) y la Coalición Ciudadana Anti-Incineración enviaron una
carta a las autoridades del gobierno nacional, de la provincia de
Buenos Aires y de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, en la que
manifiestan su profunda preocupación por los proyectos de manejo de
residuos que se plantean en el Área Metropolitana de Buenos Aires,
que suponen la instalación de incineradores de residuos como fuente
de energía.
Las
organizaciones rechazan además la posibilidad de incluir a la
incineración de residuos sólidos urbanos como una fuente de energía
renovable en el marco de la Ley N°26.190, en tanto estos residuos
están compuestos por una mezcla heterogénea de materiales, que
incluyen varios derivados de petróleo y son por tanto fuentes de
energía fósil. “La incineración de residuos conlleva un derroche
masivo de recursos y escapa a los principios de la Economía
Circular, orientados a que el valor de los materiales y los recursos
se mantenga en la economía durante el mayor tiempo posible y se
reduzca al mínimo la generación de residuos, cerrando así el ciclo
de los materiales”, señala Verónica Odriozola, directora
ejecutiva de la organización Salud sin Daño.
Por
otro lado, advierten sobre la cantidad de puestos de trabajo que
sostiene el reciclaje de residuos en nuestro país. De acuerdo con
datos del sector, en Argentina 200.000 personas trabajan en la
recolección, clasificación y procesamiento de materiales para
reciclaje, solo en el ámbito de la economía popular. Estas fuentes
de trabajo y otras ligadas a la industria del reciclado entran en
serio riesgo si deben competir con una tecnología que para generar
energía necesita materiales con alto poder calorífico, entre los
que se encuentran precisamente los que tienen mercado de reciclaje.
“La
incineración es una fuente de emisión de una gran cantidad de
compuestos tóxicos para la salud, incluyendo varias sustancias
cancerígenas. Además, según la Organización Mundial de la Salud,
3 millones de personas mueren al año en el mundo por causa de la
contaminación del aire. Sumar contaminación aérea a ciudades ya
saturadas de contaminantes, como Buenos Aires y ciudades del
conurbano bonaerense, implicará un nuevo deterioro en los índices
de calidad del aire”, subraya Cecilia Allen de la Coalición
Ciudadana Anti-Incineración.
“Mientras
el mundo debate estrategias integrales y orientadas a reducir la
toxicidad y cantidad de residuos vemos con preocupación que
Argentina apueste por tecnologías
finalistas que buscan “hacer desaparecer la basura”, retrayendo
el debate a décadas atrás, en lugar de apostar por el uso eficiente
de materiales y recursos”, declara Martín Prieto, Director
Ejecutivo de Greenpeace Argentina.
La
mayoría de los municipios de la Argentina cuentan con porcentajes de
reciclaje y compostaje paupérrimos. “Apostar por la incineración
en este contexto no es tener un abordaje integral, sino querer entrar
por la puerta de atrás, poniendo en primer lugar una de las opciones
más bajas en la jerarquía de manejo de residuos y que encima tiene
costos altísimos. En el caso de la Ciudad de Buenos Aires, supone
contravenir la propia Ley de Basura Cero, que prohíbe la
incineración. Nos preguntamos entonces si el gobierno no quiere
tapar años de mala gestión de residuos con la incineración,
vistiéndola como una estrategia innovadora cuando el mundo se dirige
en rumbo opuesto”, concluye Andrés Nápoli, director ejecutivo de
Fundación Ambiente y Recursos Naturales.
Fuente:
Volver al pasado: el regreso de incineradores, 03/11/17, Greenpeace Argentina. Consultado 04/11/17.
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