Luce verde de
algas desde hace varias semanas. Investigadores advierten que los
síntomas de degradación son crecientes. Después del embalse de
Punilla, es el más afectado por la contaminación acumulada por
décadas. La falta de cloacas es una de las causas centrales.
por Carina Mongi
Los Molinos está
verde. No es la primera vez que la proliferación de algas lo afecta,
pero el repetido fenómeno ya lo convierte, sin dudas para los
especialistas, en el embalse cordobés más degradado después del
San Roque.
Las
cianobacterias proliferan cuando suben las temperaturas del agua. No
son un fenómeno reciente, pero representan un “alerta ambiental”
y encienden una luz de alarma. Los Molinos es uno de los embalses más
estudiados de la provincia, con un diagnóstico claro, pero que sigue
esperando acciones de remediación.
Días atrás,
vecinos de las localidades que lo rodean realizaron una “volanteada”
para advertir de la situación. En el mismo lago que es centro
turístico, foco de deportes acuáticos y de pesca, las algas no
dejan por estos días ver ni a 10 centímetros de profundidad.
Rocío Luz
Fernández, ingeniera civil cordobesa e investigadora del Conicet que
lleva años trabajando en saneamiento de lagos en varios países,
advirtió que, si no median planes de saneamiento, en el corto plazo
Los Molinos se convertirá en un nuevo San Roque. Fernández ha
investigado ambos embalses y no duda que son los más degradados de
Córdoba.
Son, por si hace
falta recordarlo, los dos que proveen el agua potable a la Capital
provincial.
Escalas
En una escala que
mide en cuatro niveles la contaminación por ingreso de fósforo (uno
de los nutrientes clave), Los Molinos está hoy a un paso de ingresar
a la etapa más grave. Cuando entró en operación, en 1956, se
encontraba en el nivel ideal: oligotrófico. Luego pasó al
mesotrófico, y en 2002, tras medio siglo, comenzó un período
ligeramente eutrófico, para convertirse luego en un lago ya
eutroficado (de envejecimiento avanzado), detalló Fernández.
Hipertrófico es
el último estadio, en el extremo de la lista. “Puede haber un
embalse eutrófico, pero con picos hipertróficos que son los que te
generan problemas, como la gran floración de algas a principios de
este año en el San Roque”, apuntó.
Fernández
enumera las causas centrales del deterioro: décadas de volcamiento
de efluentes cloacales urbanos, el impacto de fertilizantes y
pesticidas, la erosión por desmontes e incendios en la cuenca
hídrica, y la excreción de animales por la ganadería en la zona.
“Si la calidad
del agua no es la adecuada para cumplir con los servicios que presta
el embalse, para agua potable, irrigación y turismo, entonces está
contaminado. Para suministrar agua potable, debería estar en el
nivel oligotrófico (lo deseable) o al menos mesotrófico (lo
aceptable). Después de ahí ya se complica”, insistió.
Los Molinos entró
en servicios hace 64 años, y por su antigüedad, es de esperarse que
muestre signos de eutrofización por concentraciones altas de
nutrientes que han ingresado a través del tiempo. “Pero los malos
manejos aceleran ese proceso”, advirtió Fernández.
“Los Molinos
sigue el mismo proceso del San Roque. El uso del suelo en sus cuencas
varía un poco, pero el proceso de contaminación es similar. Lo que
hay que evitar en ambos es que sigan entrando altas cantidades de
nutrientes”, opinó la ingeniera.
“Por ser más
viejo y tener más impactos, el saneamiento del San Roque tomará más
tiempo que el de Los Molinos. Pero mientras antes se tomen medidas
será más económica la remediación y los plazos más cortos”,
precisó.
Más opiniones
Marcelo Pierotto,
biólogo e investigador del Laboratorio de Hidrobiología de la
Universidad Nacional de Córdoba, es un reconocido especialistas en
algas. “Todos los embalses de Córdoba están sufriendo un proceso
de eutrofización y uno de los síntomas es el florecimiento de
microalgas o cianobacterias, especialmente por el ingreso de
nutrientes por falta de tratamiento de líquidos cloacales y de un
plan de saneamiento ambiental en toda su cuenca”, apuntó.
Claudia Arias,
vecina de Potrero de Garay e integrante del foro regional que reclama
acciones de saneamiento, planteó: “Esta agua es la que sale de
nuestras canillas, con la que nos bañamos y lavamos los alimentos. A
la ciudad de Córdoba llega tratada y potabilizada, pero a nosotros
no”. Arias contó que “las clases en la escuela de Potrero de
Garay se suspendieron porque el tanque estaba lleno de barro y
algas”.
En las
localidades sobre el lago o sobre sus ríos tributarios no hay
cloacas, sino sangrías. Y el crecimiento poblacional en la zona de
influencia es marcado.
Hace casi 30 años
se aprobó una ley que creaba el comité de cuenca regional, pero
nunca se reglamentó. Una historia similar cuenta el San Roque: en
eso también van en paralelo.
“Sabemos que
los embalses tienen una vida útil, el proceso de acumulación de
materia orgánica es inevitable, pero no podemos acelerarlo más. Acá
las riberas están ocupadas por clubes o privados y no hay control de
efluentes cloacales”, marcó Silvina Freytes, vecina de Villa
Ciudad Parque.
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Fuente:
Carina Mongi, El lago Los Molinos, cada vez más cerca del San Roque, 13/11/17, La Voz del Interior. Consultado 13/11/17.
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