La
cifra ya supera la de todo el año anterior. Buena parte fue de
bosques nativos. Hay riesgo alto hasta diciembre. Aquellas cenizas
fueron las que complicaron el servicio de agua. Las zonas más
peligrosas son las del oeste y del noroeste, con una gran sequía.
por
Fernando Colautti
Desde
hace varios años, la época de riesgos de incendios parece estirarse
en Córdoba. En pleno octubre, cuando antes parecían desaparecer las
condiciones que facilitaban los fuegos, se siguen sumando ahora.
Desde el Plan Provincial de Manejo del Fuego anticipan, además, que
este año el riesgo se mantendrá alto casi hasta diciembre, sobre
todo en el oeste y el noroeste provincial, con una sequía que los
complica.
Las
lluvias de los últimos días trajeron algún alivio, pero en ciertas
zonas harían falta varias precipitaciones sucesivas más para alejar
riesgos. Es más: entre viernes y sábado se combatió un foco
complicado en Las Palmas (Traslasierra), entre otros varios en el
norte.
En la
primera quincena de octubre se sumaron varios incendios complejos y
expandidos. Uno inquietó por su avance durante dos días, sobre
montes y pastizales entre Cruz del Eje y Deán Funes. Allí, unas
2.500 hectáreas ardieron, según los primeros cálculos
preliminares.
Días
antes, un foco en el Valle de Traslasierra demandó un esforzado
trabajo, también de dos días, pero dejó unas 1.200 hectáreas de
montes hechas humo. El foco se expandió entre cerros y quebradas
casi deshabitadas y de difícil acceso, al norte de Panaholma y al
este de Ambul.
El ya
acotado bosque nativo cordobés tiene, sólo por lo quemado en una
semana de octubre, unas 2.500 hectáreas menos de superficie. No es
poco, ante el escaso bosque remanente en Córdoba.
En la
semana que pasó, los cordobeses pudieron además comprobar cómo los
incendios serranos los afectaban en forma directa y en su vida
cotidiana: las cenizas que dejaron como herencia las llamas de dos de
esos grandes incendios cercanos al cauce del río Suquía fueron las
que provocaron que la Capital y otras localidades se quedaran durante
dos días sin agua potable.
La
suma del año
De
enero a agosto, el año 2017 había tenido muy pocos incendios
rurales en Córdoba: apenas unas 1.500 hectáreas en ocho meses,
sumando áreas llanas y serranas.
En
agosto, las condiciones variaron y se sumaron cientos de focos. Pero
siete fueron los más expandidos y complejos.
Llamativamente,
en apenas dos semanas, tres grandes incendios complicaron la zona
donde limitan el Valle de Punilla y las Sierras Chicas. Allí se
sumaron 2.500 hectáreas en la reserva militar La Calera, 3.700 en un
foco iniciado en Santa María de Punilla y otras 3.750 entre Cosquín
y el Camino del Cuadrado. Entre los tres sumaron 10 mil hectáreas
casi encadenadas, en una misma región. Fueron los dos primeros de
esos focos.
Por
esos mismos días, hubo incendios complejos en Luyaba (Traslasierra)
y en Avellaneda (Totoral). Luego, entre cientos de pequeños focos
controlados antes de su expansión, se agregaron los de Ambul
(Traslasierra) y de Chuña (Cruz del Eje).
La
suma estimada para lo que va del año se ubica ahora sobre las 16 mil
hectáreas. La precisión oficial se tendrá luego de los
relevamientos satelitales actualizados. Es más que lo quemado en los
tres años anteriores.
En
2014 y 2016, la superficie anual quemada fue de entre 10 mil y 11 mil
hectáreas, de las más bajas de las dos últimas décadas. En 2015
fueron 17 mil. En cambio, 2013 había sido de los peores, con 151 mil
hectáreas bajo fuego.
Foco
extinguido: las Palmas
Hicieron
falta bomberos de 23 cuarteles cordobeses.
Bomberos
voluntarios de 23 cuarteles de la provincia pudieron extinguir un
incendio de campos en la zona del paraje Las Palmas, en jurisdicción
de Salsacate.
Alrededor
de 80 bomberos y tres aviones hidrantes, dos pertenecientes a la
provincia y uno a la Nación, trabajaron para las tareas de extinción
del siniestro en esa zona del Valle de Traslasierra, 205 kilómetros
al oeste de la ciudad de Córdoba. Anoche sólo quedaba una guardia
de cenizas.
Sin
agua por las cenizas arrastradas
El
impacto más directo y tangible de los incendios ocurridos en las
laderas cercanas al río Suquía durante agosto y septiembre se
experimentó en más de media ciudad de Córdoba, entre la noche del
miércoles y la tarde del viernes.
El 70
por ciento de la ciudad se mantuvo durante ese período sin agua. Los
centros de salud necesitaron emplear maniobras de abastecimiento y
tanto escuelas como algunos edificios públicos cancelaron sus
actividades.
Los
desechos y las ramas acarreadas por la lluvia del miércoles
taponaron la toma de ingreso de agua a la Planta Potabilizadora
Suquía, ubicada en La Calera. Sin embargo, las cenizas que dejaron
las áreas quemadas y que fueron arrastradas por el agua provocaron
el mayor de los problemas.
El
Ersep sostiene que hubo un manejo negligente de la planta, al
permitir el ingreso del agua turbia. El cierre tardío de la entrada
de líquido con cenizas al decantador es, según el ente, lo que
extendió el tiempo de normalización del servicio.
Incluso
ayer muchos vecinos manifestaron la suciedad del agua en sus hogares,
con quejas constantes a Aguas Cordobesas.
Fuentes:
Fernando Colautti, Más de 16 mil hectáreas quemadas en lo que va de 2017, 29/10/17, La Voz del Interior. Consultado 30/10/17.
Sinagua por las cenizas arrastradas, 29/10/17, La Voz del Interior. Consultado 30/10/17.
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