El
glifosato es el amianto de nuestra generación. Está en todas partes
y se conocen sus riesgos para la salud y el medio ambiente.
Se
trata del herbicida más vendido en el mundo. Su uso se ha
multiplicado por 12 en una década pasando su utilización de 67
millones de kilogramos a ¡826 millones de kilogramos! No es pues de
extrañar que se encuentre en casi la mitad de los suelos agrícolas europeos, en el agua, en los alimentos, en la cerveza, en helados, en
la orina humana… Y, en 2015, la Organización Mundial de la Salud,
máxima autoridad en materia de salud a nivel mundial, lo clasificó
como “probablemente cancerígeno para los seres humanos” debido a la fuerte evidencia de que puede provocar cancer en animales de laboratorio.
Por
ello, más de un millón de personas en la UE hemos pedido que se prohíba su uso. La semana pasada también el Parlamento Europeo pidió su prohibición total en 2022, con serias restricciones ya a
partir de diciembre. Y este es un cambio muy importante en su postura
ya que el año pasado pidió una reducción de la propuesta de
autorización de la Comisión de 15 a 7 años con restricciones, y
ahora pide su prohibición total.
La
semana pasada la Comisión fracasó por quinta vez conseguir sacar
adelante su propuesta de renovación de la autorización del
glifosato. ¡10 países se oponen ya a la renovación en los términos que propone la Comisión! Han dicho que ni 10 ni 7 años (en 2016
fueron 3 los países que se opusieron a la propuesta de la CE de
renovar la autorización por 15 años). La Comisión seguirá
insistiendo y anunció que va intentar de nuevo conseguir el consenso
con una nueva propuesta de renovación de autorización por 5 años
el próximo 9 de noviembre. Esperamos que los países que se oponen
se mantengan firmes y pidan más, que no se queden contentos con este
caramelo. Cambiar solo el período de tiempo de autorización no
cambia en nada el nivel de exposición a que nos tendremos que
enfrentar las personas ni el daño al medio ambiente.
Por
ello, pedimos que el ejecutivo español, y en particular la Ministra
Tejerina, sean verdaderamente “flexibles”, tal como anunciaron,
para que se llegue a un consenso que permita erradicar el glifosato
de nuestras vidas.
Estamos
viviendo un momento único. El fin del glifosato está más al
alcance que nunca. Su prohibición debe ser vista como una
oportunidad para cambiar de una vez por todas a la tan necesaria
agroecología. El sector agrícola solo necesita el apoyo decidido de
los responsables políticos para poder romper de una vez por todas su
tóxica dependencia de los plaguicidas sintéticos.
Luís Ferreirim es responsable
de la campaña de Agricultura en @Greenpeace_esp. Perfil en Google +
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Fuente:
Luís Ferreirim, 10 países, el Parlamento Europeo y más de un millón de personas han dicho #StopGlifosato, 30/10/17, Greenpeace España. Consultado 31/10/17.
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