viernes, 29 de julio de 2016

San Miguel, el pueblo que lucha para no desaparecer por el agua

San Miguel Arcángel es un pueblo de 500 habitantes del Partido de Adolfo Alsina (Buenos Aires), debido al fenómeno del Niño ha recibido mucho mas agua de lo normal. Los caminos que comunican al pueblo con rutas y demás localidades están inundados. Varias lagunas acechan al casco urbano. Su Delegado Municipal nos explica cómo viven y qué necesitan.

por Leandro Vesco

San Miguel Arcángel es una colonia de alemanes del Volga ubicada en el partido de Adolfo Alsina, al sudoeste de la provincia de Buenos Aires, tiene 500 habitantes y desde hace seis meses el camino que la comunica con la ciudad cabecera Carhué tiene tramos con un metro bajo agua. Su Delegado Municipal Ricardo Haucke, en comunicación con El Federal expresó. “Hay familias que se están yendo a vivir a otros pueblos. Estamos desesperados, necesitamos un camino que nos asegure una salida"

La realidad de esta pequeña comunidad que basa su producción en trigo, cebada, leche, cerdos y vacunos, es difícil. El fenómeno del Niño ha provocado una insual caída de agua que ha desbordado las lagunas que la rodean. “Las lagunas se agrandan día a día y luego terminan encadenándose”, explica Haucke. Una de estas lagunas ya afecta a unos de los barrio periféricos del pueblo. “Tenemos experiencia por la anterior inundación del 2001 y estamos haciendo un canal aliviador para sacarle presión a la laguna y de esta manera evitamos que el agua llegue a las casas” Tierra castigada históricamente por las aguas, el pueblo debió pasar en aquel año la incomunicación total.

Hoy sólo tenemos un único camino que se está complicando diariamente, y sólo es posible pasarlo con camionetas 4X4. Los autos normales se encajan. Si llega a pasar cualquier emergencia, se nos complicaría el traslado porque demoraríamos dos horas en llegar a Darragueira (a 35 km de distancia)”, Haucke hace mención al pueblo del Partido de Puán con el que mantiene hasta hoy una débil y precaria via de comunicación” Acaso el drama mayor está en la gente que vive en la zona rural de San Miguel, allí los productores y quinteros, gente acostumbrada a la soledad campera, sufren la peor parte de esta tragedia bonaerense. “Nos afecta no sólo a nivel social sino también a nivel económico. Treinta productores tienen sus campos totalmente anegados, se les está pudriendo el grano almacenado en silo bolsas y no van a poder sembrar o producir pastoreo para alimentar el ganado lechero porque no tienen hay piso y la maquinaria no puede ingresar a los lotes”

El campo y su producción hacen mover la economía local y regional, pero cuando al productor le va mal, las consecuencias se sienten inmediatamente en las precarias economías de los pequeños pueblos. El agua no tiene miras de irse. “Emana por todos lados. Nos despertamos todos los días sin saber si podremos salir o si el agua nos tapará. Hay gente con mucho miedo”, nos cuenta Haucke. Afortunadamente el pueblo cuenta con una médica permanente. La presencia de ella trae mucha tranquilidad a los pobladores que ven como la Laguna Destacamento, que está a la entrada del pueblo amenaza y acecha. Los médicos rurales son pilares en estas comunidades.

El éxodo sea tal vez el factor más angustiante y preocupante. Las personas que se van, difícilmente vuelvan. “Tenemos unas 70 mil hectáreas anegadas”, cuenta Haucke que se detiene en este detalle que es fundamental y matriz de un enorme problema: cuando un campo se inunda, el productor tiene que irse y abandonar la producción. Para volver a trabajar la tierra o para afrontar la recuperación de su actividad necesita dinero. “Sin plata no hay forma de recomenzar”. “Hace unos días atrás otro productor se tuvo que ir a vivir a Darragueira porque tenía la laguna a diez metros de su casa”, recalca con pesadumbre Haucke. Para un pueblo de 500 habitantes, el éxodo de habitantes supone un duro golpe social.

El Intendente de Adolfo Alsina, David Hirtz, quien se ha destacado por el espíritu federal que le ha dado a su gestión, apoyando a los pequeños pueblos del Distrito trabaja para llevar soluciones a los desesperados habitantes de San Miguel: “Se están llevando a cabo todas las gestiones con Infraestructura y Vialidad provincial, este lunes visita el pueblo la Directora de Emergencia de la provincia para ponerse a disposición del Delegado. Lamentablemente la región ha recibido mucho más agua de lo normal, y está llegando agua de napas y de otras cuencas. Nuestra prioridad es asegurar un camino para que el pueblo no quede aislado”.

En este sentido, el Delegado Municipal, quien lleva adelante la lucha para proteger a su pueblo, ayer le entregó a la Gobernadora María Eugenia Vidal, que estuvo de visita en Puan, un petitorio con pedidos urgentes de obras hídricas y viales para el pueblo. “Hacen falta tres millones de peso para asegurar un camino, con eso podríamos estar seguros. Pero los políticos se manejan con otros tiempos” Haucke termina la charla reconociendo que “están alterados, y que necesitan tranquilidad” Su estado es entendible y lo elogioso es cómo a pesar de tener el agua al cuello, a este hombre se le renuevan las fuerzas con cada día que pasa. Su templanza es un espejo de cómo son los hombres y mujeres que viven en el campo: defienden su tierra hasta de la Tierra misma.

San Miguel necesita que los funcionarios de La Plata salgan de sus escritorios y desembolsen lo que deben desembolsar. No hay mejor publicidad que trabajar y hacer lo que un funcionario público debe hacer: servir al pueblo.

Fuente:
Leandro Vesco, San Miguel, el pueblo que lucha para no desaparecer por el agua, 29/07/16, El Federal. Consultado 29/07/16.

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