Integraron
el equipo técnico que había participado de su diseño. Argumentan su interés en
la necesidad nacional de comenzar a pensar en el resguardo definitivo de los
residuos radioactivos generados por las centrales.
por Ángeles
Irusta
Una
nota publicada en CUYO MINERO encendió la mecha: Finlandia otorgó la primera
licencia en el mundo para construir un almacén permanente de residuos nucleares
que podría estar operativo en 2023. La edificación de la planta se ubicará a
450 metros por debajo de la superficie, en una estructura de granito con
capacidad para almacenar hasta 6.500 toneladas de encapsulado de uranio.
Un
proyecto similar se propuso hace más de treinta años para la Argentina cuyo
emplazamiento, dadas las características geológicas y de seguridad, era en la
Sierra del Medio, cercano a la localidad de Gastre, en Chubut. Conocido como
“Proyecto Gastre” quedó paralizado en su momento por cuestiones políticas, y
comienza a desactivarse en la época de Alfonsín y encuentra su baja definitiva
en la administración de Menem a mediados de los ´90, y luego por la fuerte
oposición de la población, ecologistas y activistas.
Actualmente
en el país los residuos radioactivos se contienen en las propias centrales que
los generan, enfriándolos mediante piletas de agua y contenedores en seco. A
pesar de la gestión de estos residuos mediante el confinamiento y aislamiento,
sólo hay que pensar en la ubicación geográfica de las centrales atómicas
argentinas para saber el riesgo que conlleva no contar con una disposición
definitiva. Las centrales nucleares Atucha I y Atucha II se encuentran sobre la
ribera derecha del río Paraná, a 9 km al norte de la ciudad de Lima, y a unos
115 km al noroeste de la ciudad de Buenos Aires. También con inmediaciones pobladas,
la Central Nuclear Embalse se sitúa en la costa sur del embalse del Río Tercero
a 110 km. al sudoeste de la ciudad de Córdoba.
Este
es el eje del planteo de los sanjuaninos Oscar León y Celso Acosta, ingeniero
químico e ingeniero de minas respectivamente, a partir de la publicación en
este medio. Los profesionales participaron en el estudio y diseño del “Proyecto
Gastre” durante la década de los ´80, como parte del equipo técnico y
multidisciplinar integrado por cerca de setenta personas pertenecientes a siete
universidades del país, organismos internacionales y especialistas como
geólogos, petrólogos y geofísicos, entre otros.
Puntualmente
integraron el grupo a partir de un convenio entre la Comisión Nacional de
Energía Atómica (CNEA) y la UNSJ, para sus áreas de geología y minería.
Según
los expertos, reactivar el “Proyecto Gastre” permitiría terminar con el ciclo
de los combustibles irradiados, es decir, que los residuos radioactivos o
subproductos de las centrales tengan una disposición final en profundidad
segura, con una barrera geológica que garantice puedan permanecer allí durante
cientos de miles de años.
“Actualmente
los residuos se mantienen en piletas de agua y depósitos en seco de las
centrales, en cierto modo es como si estamos guardando la basura debajo de la
alfombra y deberíamos pensar qué le dejamos a las generaciones futuras, por lo
que tenemos un problema a resolver y sobre el que hay que tomar una decisión
política”, dijo León.
“Si
geográficamente y desde San Juan nos ubicamos de este a oeste, tenemos primero
a la Central de Embalse Río Tercero, ubicado en una zona de falla geológica
para tener en cuenta y casi desactivándose con todos los residuos que generó
durante treinta años. Si ya consideramos a Atucha I y II que están cercanas al
Río Paraná, están en una zona de riesgo poblacional que hoy llega a los 15
millones de habitantes, si consideramos el Delta y las zonas aledañas al río,
más los cordones conurbanos y la Capital Federal. Si cruzamos la costa, tenemos
Colonia, puertos, Montevideo; hay una cantidad de habitantes en riesgo
impresionantes, por lo que la gente debería preguntarse qué pasa si no se hace
una disposición final de residuos radioactivos”, agregó Celso Acosta.
El
proyecto que no fue
De
acuerdo a los ingenieros, el plan argentino contemplaba la construcción de un
repositorio a 600 metros bajo tierra en el intrusivo granítico de Sierra del
Medio en Chubut. A diferencia del de Finlandia cuyo diseño es con rampas
inclinadas, este se iba a hacer por una única entrada vertical (lo que en
minería se denomina “pique”) y desde allí a una galería principal tipo peine en
cuyas galerías se iban a enterrar los canister o recipientes cilíndricos
especiales contenedores del material radioactivo.
Para
determinar el emplazamiento se hizo un relevamiento de 198 intrusivos
graníticos a lo largo del país. Según recomendaciones del Organismo
Internacional de Energía Atómica (OIEA) el granito, junto a los domos de sal y
los basaltos, es una de las tres formaciones geológicas estables para instalar
un repositorio. Tras estudios geológicos de los que participó el reconocido
geólogo local Juan Carlos Peruca, se determinó que Sierra del Medio era el
sitio adecuado. “Los estudios se iniciaron en diciembre del ´81 y el informe
final se entregó en el ´84, se determinó el sitio adecuado y se hicieron
recomendaciones. El proyecto está validado sísmicamente, hidrológicamente,
morfológicamente, hidroquímicamente, tectónicamente, se hicieron perforaciones
profundas, intermedias y bajas. Es decir, están los estudios para que si existe
la voluntad política, pueda ser reactivado; sólo habría que reactualizar la
ingeniería de detalle”, explicó León. “Yo participé dirigiendo la parte de
ingeniería que inicialmente había realizado Guillermo Preisz. La ingeniería de
detalle que se terminó entre el ´88 -´89, desde allí ya estábamos en
condiciones de iniciar la construcción. Es decir, hoy se habla de Finlandia
como el primer país del mundo en otorgar una licencia para construir un
repositorio definitivo y la Argentina ya lo había resuelto hace más de treinta
años atrás con un repositorio único en su tipo en ese momento en cuanto a su
diseño en un granitoide. Finalmente no se construyó por lo que la inquietud
ahora es qué hacemos con nuestros desechos radioactivos”, cerró Acosta.
Según
León, junto a otros compañeros del equipo técnico de esa época, se han iniciado
acercamientos al Ministerio de Energía y Minería del actual gobierno a fin de
plantear esta necesidad. “Sabemos que es un tema sensible y como tal también es
para reflexionar. Están los estudios hechos y también el marco legal, todo
depende de la decisión política que exista porque algún día el país tendrá que
hacer un tratamiento a sus residuos radiactivos”, concluyó León.
Fuente:
Fuente:
Ángeles Irusta, Sanjuaninos buscan reactivar un proyecto para residuos nucleares, 29/04/16, Diario del Cuyo. Consultado 29/04/16.
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