Se
trata del anuncio de una obra en el río Carapé. Vecinos de la zona temen por
las consecuencias sociales y ambientales que pueda generar.
por
Leonardo Rossi
especial para ECOS Córdoba
especial para ECOS Córdoba
La
noticia de la construcción de un dique en el río Carapé, celebrada días atrás
en Jesús María, no tuvo el mismo impacto en Sierras Chicas. Lo que puede ser un
gran alivio para una zona, genera dudas en otra.
La
obra anunciada por el Gobierno Provincial fue bien recibida por la dirigencia política
y actores sociales de la zona baja: Jesús María, Sinsacate, Colonia Caroya,
entre otros. No obstante, la obra será emplazada en cercanías de La Granja y es
allí donde los vecinos temen por el impacto socio-ambiental del proyecto.
“No
se revisan las prácticas agrícolas ni se hace nada en los campos de la parte
baja, y acá tenemos que resolver los problemas”, planteó Julio Ortega de la
Mesa de Agua y Ambiente de La Granja (MAyA).
“Queremos
saber si está todo en orden, si los estudios de impacto ambiental están
hechos”, dijo Ricardo Chiavassa de MAyA.
El
4 de abril en Jesús María, el gobernador Juan Schiaretti realizaba el anuncio
para reducir el impacto de las crecidas de ríos en la zona baja. El secretario
de Recursos Hídricos Edgar Castelló indicó que la obra tendrá un costo de más
de 140 millones de pesos, y que será financiada por Nación y Provincia. La
presa se ubicará sobre el río Carapé, al oeste de Ascochinga, afectando veinte
hectáreas y almacenando un millón de litros cúbicos. Además, la obra tendrá 17
metros de altura y 104 de longitud. Entre otras cuestiones, la construcción
implicará “una relocalización de la ruta E66 afectada por el nivel de embalse
con un desarrollo de aproximadamente tres kilómetros”.
Toda
esta información, los vecinos de La Granja la conocieron a través de los medios
de comunicación. “Nadie nos vino a informar ni consultar nada”, plantearon una
y otra vez los vecinos, en plena charla con un técinico del gobierno.
Imprevisiones
Ese
técnico fue el ingeniero Juan Pablo Teoneatto. Representó a Recursos Hídricos
de la Provincia. Con buena predisposición, intentó evacuar varias de las dudas
planteadas durante una charla realizada el martes 12 de abril. Explicó el
proyecto con los mismos datos que habían sido publicitados en Jesús María.
Aclaró que el dique será seco, “que sólo funcionará en época de crecidas para
regular la salida del agua”: “No tendrá ninguna otra función; no almacenará
agua en época de seca, ni será para generar energía eléctrica ni ningún otro
uso”. También, explicó que el sitio de cierre de la presa elegido “tiene que
ver con ser el lugar donde naturalmente mayor captación de agua se logra”.
El
ingeniero Toneatto da la versión oficial sobre el proyecto del dique. Video: El
Marco.
Estos
son algunos de los planteos formulados por mujeres y hombres de la zona que se
sucedieron durante el encuentro:
-“No
sabemos bien cómo se va a hacer, qué estudios hay”, dijo Ricardo Chiavassa de
la MAyA.
-“Esta
zona es reserva natural desde el año pasado”
-“¿Qué
estudios de impacto ambiental se hicieron?”
-“Primero
debiera haberse realizado un estudio, una audiencia pública y luego el aviso de
proyecto”
-“Los
pasos ya están muy afectados y ustedes van a entrar con maquinaria pesada,
¿cómo va a quedar todo ese recorrido?”.
-“Acá
es zona de reserva natural y eso no se tiene en cuenta”, planteó un hombre.
Otro punto que fue señalado en varias oportunidades fue la afectación del
camino que conecta a La Cumbre. “No tenemos muchas opciones de paso y así
podría verse afectado”, dijo una vecina.
Respecto
al impacto de la fauna y la flora de esa zona, Toneatto no tuvo respuestas
concretas y reconoció que eran “planteos válidos, que muchas veces los
ingenieros no tienen en cuenta”. Asimismo, exhibió dudas acerca del grado de
afectación de la vía de comunicación vial que será intervenida por la obra.
Varios vecinos plantearon la importancia de ese paso. Algo que quedó claro, no
había sido tenido en cuenta por la Provincia.
Círculo
vicioso
Desde
la MAyA de la Granja intentaron dejar una mirada más amplia de la problemática
hídrica. Es decir, la construcción del dique del Carapé es una consecuencia más
de la falta de ordenamiento territorial histórico y presente de toda la cuenca.
“Seguimos haciendo obras acá, afectando los pocos sectores de bosque que quedan
para mejorar la situación de la parte baja, cuando no se cambia el modelo
agropecuario ni se hacen las obras necesarias en los campos ni se revisa el
avance de la frontera urbana”, fue la reflexión de Julio Ortega, en uno de los
momentos más vibrantes del encuentro.
Ricardo
Chiavassa, de la Mesa de Agua y el Ambiente de La Granja (MAyA) explica su
posición. Video: El Marco.
Una
y otra vez, varios vecinos aclararon que no estaban en contra de realizar obras
para regular el avance de los ríos. La cuestión a revisar es ver qué obras,
dónde y cómo. Y a futuro quién se hará cargo de mantener esa infraestructura.
Los
vecinos apelaron a poder participar de próximas instancias de trabajo como el
Comité de Cuencas del Norte y ser actores de consulta para buscar que la obra
presente el menor impacto posible en materia ambiental y para la sociedad
local.
Toneatto
sostuvo que la Provincia será la responsable.
Enseguida,
una lista de obras a cargo del gobierno provincial en pésimo estado de
conservación, como rutas, caminos, cauces de ríos y lagunas de retardo fue
puesta sobre la mesa.
El
silencio se volvió a adueñar por un instante del encuentro.
Aquí,
el comunicado de la Mesa de Agua y Ambiente de La Granja (MAyA), donde expresan
sus inquietudes sobre el dique
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Fuente:
Leonardo Rossi, Otro dique en las Sierras Chicas bajo la lupa, 25/04/16, ECOS Córdoba.
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