La obra explica
que el reactor de la planta japonesa es el mismo que la española y
pone en cuestión los sistemas alternativos de refrigeración en caso
de que fallen los principales.
por Sergi Pitarch
"No hay que
olvidar que la central nuclear de Cofrentes se ha edificado en una de
las zonas sísmicamente más activas de las tierras valencianas,
donde todavía está el último de los volcanes que sigue activo".
Con esta preocupante afirmación, el sociólogo Francesc J. Hernández
y la activista Raquel Montón intentan explicar en su libro
"Txernòbil, Fukushima i la central nuclear de Cofrentes"
(2017, Institució Alfons el Magnànim) que el riesgo cero nunca
existe cuando de energía nuclear se trata. Y más cuando los
reactores accidentados en Japón son exactamente el mismo modelo que
el de la planta instalada en el municipio valenciano.
Los daños en el
país nipón son todavía incalculables y el daño causado a la
población no se acabará de conocer hasta dentro de unos años tras
el terremoto y el tsunami que hicieron saltar por los aires la
central nuclear de Fukushima. La obra no pretende ser alarmista, pero
si avisar de que la tecnología no es inocua y que en caso de que la
zona del interior de València sufriera un temblor -por ejemplo como
el de Lorca- habría que estar muy alerta.
El libro desgrana
de una manera bastante didáctica cómo y por qué se produjeron los
accidentes en Japón y Rusia y los compara con la situación
tecnológica de las centrales españolas. "Tiempo después de
haberse realizado las pruebas de resistencia de las centrales
nucleares españolas en 2011 tras la catástrofe de Fukushima
aparecieron tres problemas particularmente graves en las centrales
diseñadas por General Electric -del mismo tipo BWR que los reactores
fundidos en la planta de Japón- como son las de Garoña y
Cofrentes".
Los expertos
aseguran que este tipo de tecnología aplicada en España tiene un
"talón de Aquiles". Y es que los reactores BWR "tienen
dispositivos que no cumplen su función", "los dispositivos
de refrigeración del núcleo, ya sea el de absorción o el de
viento, podrían no funcionar en caso de avería grave" y "los
generadores diésel pueden no funcionar en caso de avería grave",
apunta el profesor Francesc J. Hernández. Como pasó en la planta
japonesa.
Por su parte,
Raquel Montón (responsable de la campaña antinuclear de Greenpeace)
critica algunas "deficiencias" en la central de Cofrentes
pese al accidente de Fukushima. "La cultura de seguridad no ha
mejorado mucho. El pleno del Consejo de Seguridad Nuclear ha acordado
emitir una advertencia al titular de la CN de Cofrentes por haber
mantenido una conducta inadecuada de un representante del titular que
menospreció e interfirió en los trabajos del organismo regulador",
revela. Además, apunta, "no se han cumplido todos los
requerimientos derivados de las pruebas de resistencia a consecuencia
del accidente nuclear de Fukushima".
Fuente:
Sergi Pitarch, Un libro equipara la peligrosidad de Fukushima con la nuclear valenciana de Cofrentes en caso de terremoto, 09/01/18, eldierio.es
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