El informe sobre la contaminación de las aguas luego del desastre producido por Barrick Gold fue contratado por la Municipalidad de Jáchal a pedido de los vecinos y elaborado por ingenieros de la Universidad Nacional de Cuyo, Mendoza. Halló las siguientes muestras afectadas:
En el Río La Palca, en la muestra más cercana tomada a la mina Veladero, se encontraron valores muy altos de aluminio: 70 mg/litros, cuando el máximo recomendado es de 0,005 mg/l para la vida acuática y 5 mg/l para ganado e irrigación.
La vida acuática es la más afectada en este tramo del río, casi en desembocadura con el Blanco: de acuerdo a la Ley de Residuos Peligrosos están excedidos los valores de cobre, zinc, manganeso (1,4 mg/litro), mercurio, arsénico y boro.
Los niveles de arsénico y boro se encuentran por encima de los valores normales para todo tipo de consumo: irrigación, ganado, vida acuática y consumo humano.
La muestra bacteriológica indica que “por los elevados valores encontrados en la muestra de agua no es apta para el consumo”.
En la muestra del Río Blanco se encontraron también valores de Aluminio elevados (21 mg/l), así como de manganeso (más de lo recomendando para irrigación, ganado y vida acuática), arsénico y boro, estos últimos por encima de los valores normales para todo tipo de consumo.
En la muestra de la localidad de El Chinguillo, ubicado en el margen oeste del Río Blanco, las conclusiones bacteriológicas indican que el agua no es apta para consumo humano.
Lo mismo sucede en el Puente de Angualasto, otra localidad cordillerana, aunque esta agua no se usa para consumo de la población. Los niveles de manganeso, arsénico y boro hallados en este tramo son superiores a los aceptados para irrigación, ganado y vida acuática.
En la Muestra 2, del famoso Dique Cuesta del Viento, la muestra bacteriológica también da no apta para consumo humano y se encuentran niveles de boro elevados; lo mismo para el Dique PachiMoco y la Escuela Villa Mercedes.
La consecuencias
Los resultados fueron dados a conocer por la Asamblea Jáchal No Se Toca, pero obtuvieron repercusión oficial tras una nota publicada en el portal Unidiversidad, asociado a la Universidad de Cuyo, lo que supone una oficialización de los datos del muestreo por parte de la institución. La nota, titulada El derrame de Barrick envenenó el agua de Jáchal fue escrita por el director de Unidiversidad, Jorge Fernández Rojas, y hace énfasis en los resultados que encuentran contaminaciones de metales en distintos puntos de la cuenca.
La publicación motivó la reacción del gobernador sanjuanino quien, a través del fiscal de Estado Guillermo De Sanctis, intimó al rector de la Universidad de Cuyo a que desmienta o ratifique, no el estudio técnico, sino la publicación periodística. El rector se encuentra de viaje y la respuesta de la Universidad llegó el jueves 8 por parte del vicerector.
En el comunicado, dirigido al fiscal De Sanctis, la Universidad respalda tanto el artículo periodístico como el informe técnico. Del primero dice que se encuentra en el marco del estatuto de la institución y que está respaldado por la normas que amparan la libertad de expresión; asimismo aclara que el contenido de artículo “no representa necesariamente la postura institucional de la Universidad Nacional de Cuyo ni de sus autoridades”.
Sobre la investigación que halló distintos niveles de contaminación en las aguas que van del arroyo Potrerillos al Río Jáchal, el vicerector dice: “Sólo me cabe reafirmar la objetividad y calidad técnica que pudiera tener el Informe cuya elaboración ha sido atribuida al Laboratorio de Análisis Instrumental de la Facultad de Ingeniería de la Universidad Nacional de Cuyo (…). Nuestra Casa de Estudios goza de los más calificados y reconocidos profesionales en todos los campos científicos, incluido el de la materia propia del Informe que nos ocupa, con larga y fecunda trayectoria”.
La respuesta, aquí: http://www.unidiversidad.com.ar/autoridades-de-la-uncuyo-le-respondieron-al-gobierno-de-san-juan
El informe que no se pudo controlar
En tanto, Jorge Fernández Rojas, periodista y autor del artículo, dijo a lavaca: “Es entendible que le Universidad no quiera quedar como la entidad que promovió el informe, sino quedarse en el rol que le ocupa: aportar el elemento técnico que necesitan los jachalleros para tener un argumento científico contra el resto de los informes sesgados”.
El periodista Rojas cuenta que se enteró del informe, hecho por profesionales de la Universidad donde trabaja, a través de la nota de lavaca. “Leo esa nota, y me pregunté: ¿cómo no nos hemos enterado de esto? Consulté en la Universidad y ahí fue que me dijeron que no podían hablar por una cláusula de confidencialidad. Entonces consulté a la Asamblea y ahí me dieron el informe completo”.
Los datos que publicó Rojas son los mismos que la Asamblea difundió para desmentir el resto de los informes difundidos oficialmente que no encontraron contaminación en las aguas. “El informe de la Universidad no dice ´esta agua la envenenó la Barrick´, pero sí encuentra un contenido de metales que vienen de alguna parte”, dice el periodista. “Ahora lo quiero entrevistar a Gioja. La pregunta que le haría es: si no se puede probar que haya sido la Barrick la que produjo ese estado de situación, ¿por qué el resto de los estudios dicen que el agua está en buen estado? Este es el informe que Gioja no pudo controlar”.
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Fuente:
El agua no es apta, pero el informe sí, 07/10/15, lavaca.
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