viernes, 23 de enero de 2015

La lección sin aprender

A un año del trágico alud de El Rodeo y Siján que conmovió a los catamarqueños, la realidad parece indicar que la lección no fue aprendida cabalmente. Persisten, como dagas clavadas en el corazón de la provincia, deudas sin saldar, tareas imprescindibles por hacer y responsabilidades sin delimitar.

Apenas conocidos los dramáticos sucesos, el Gobierno provincial, con Lucía Corpacci a la cabeza, desarrolló una estrategia de contención eficaz y dinámica. Rápida de reflejos, la gestión provincial se mostró cerca de las víctimas y gestionó la ayuda social de emergencia, que no tardó en llegar, no sólo de parte de organismos nacionales, sino también de una ciudadanía solidaria con el dolor de decenas de familias que perdieron vidas humanas y bienes materiales.

Pero luego de aquellas acciones iniciales, y a medida que el tiempo pasó y la responsabilidad de continuar con las políticas asistenciales y de reconstrucción de las localidades devastadas por el fenómeno fueron delegadas a funcionarios de menor rango o con competencias municipales, empezó a advertirse un relajamiento evidente en el compromiso estatal.

Obras de importancia estratégica para evitar que las consecuencias de tormentas extraordinarias se repitan se demoraron inexplicablemente, y aún esperan su concreción, cuando promedia la temporada estival, que es la propicia para lluvias de gran envergadura.

Los diputados de la oposición denunciaron, durante el mes de diciembre, que las obras de protección y defensa sobre el río Siján, que fueron contempladas en el Presupuesto 2014, no se ejecutaron y ni siquiera fueron incluidas en el proyecto del 2015. Y, respecto de una serie de obras de emergencias para El Rodeo, señalaron que tuvieron nula ejecución.

Cuando la tragedia se consumó, se escucharon voces muy críticas respecto de la ausencia de un sistema de alarmas río arriba para alertar sobre la inminencia de crecidas. Entonces, se juzgó como prioridad su colocación. No obstante, un año después la omisión no ha sido subsanada y desde la Secretaría de Recursos Hídricos se anuncia que recién se colocarán en febrero, con suerte y viento a favor. 

No hubo un proyecto planificado de reconstrucción de El Rodeo, la localidad más afectada, y cada particular decidió por iniciativa propia encarar las tareas de defensa de sus propiedades, construyendo muros que, ante una nueva crecida de los cursos de agua, desviarán el torrente hacia otros sectores de la villa, sin que se evalúen las consecuencias de estas obras individuales.

Y, aunque parezca increíble, en el sector que va desde el denominado puente de El Mástil hasta el puente situado inmediatamente río abajo, que fue arrasado por el alud de 2014 confirmando que forma parte del cauce del Ambato cuando éste crece desmesuradamente, se han reconstruido edificaciones que claramente no deberían estar allí, si el objetivo es preservar la seguridad. 

La inmovilidad de la causa judicial abierta para delimitar las eventuales responsabilidades humanas en el agravamiento del trágico saldo del alud, completa este panorama que, un año después de aquella jornada dolorosa, resulta verdaderamente desalentador.

Quizás haya tiempo para encontrar las respuestas y encarar las acciones que demuestren que la lección fue aprendida. Pero habrá que hacerlo expeditivamente, sin desafiar, otra vez, a la indomable naturaleza.

Gerónimo Ahumada: “No volví a El Rodeo, ni quisiera volver”

El hombre que vivió en carne propia el trágico alud y que perdió a su esposa e hijas, manifestó su dolor al ver que aún no se realizaron las medidas de seguridad en la villa veraniega.

Gerónimo Ahumada es el docente que llegó a la villa veraniega de El Rodeo hace un año junto a su mujer Romina Silva y las hijas de ambos, Daiana y Agostina, las tres, víctimas fatales del alud.

El hombre que se encuentra como querellante en la causa para dar con los responsables de la tragedia sostuvo, por una radio local,  que desde ese fatídico fin de semana del 2014 no volvió a pisar El Rodeo.

"No volví a El Rodeo, ni quisiera volver. Hoy organizaron un homenaje pero yo decidí no participar por cuestiones personales y simples”, dijo Gerónimo quien sostuvo no entender cómo la gente de El Rodeo no exigió las medidas de seguridad y permitieron los espectáculos para el día del estudiante.

"Mi sensación personal es que estoy parado en el límite del umbral del dolor, esa es mi percepción”, sostuvo Gerónimo.

Antes de finalizar su relato, Gerónimo dijo: "Pido justicia, que no vuelva a pasar lo que pasó. Si los funcionarios no están a la altura de los requerimientos que se vayan. Yo en lugar de volver a mi casa con mi familia me tengo que volver solo”, sentenció.

Muy poco se hizo en El Rodeo a un año del trágico alud

Las obras para ensanchar el cauce del río no se completaron. Y se quieren demoler dos puentes. Tampoco hay alarmas para anticipar crecidas.

El Rodeo tiene una herida, mal cerrada y sin sanar

Desde hace un año, el pueblo, la gente, los veraneantes, los turistas, llegan a la villa y se encuentran con esa herida. La ven en el terreno donde estaba el camping, ahora arrasado por las máquinas contratadas por el ministerio de Obras Públicas para atenuar los riesgos de una creciente. La ven en el puente destruido que se llevó la correntada de barro, agua y piedras más grandes que un Fiat 600. La ven en la casa de la familia Castiglione, ahogada todavía en rocas y lodo del alud. La ven en la Hostería Villafañe, cerrada como nunca en enero.

A las 22.15 de hoy se cumple un año exacto del momento en el que ocurrió el trágico alud que castigó a dos poblaciones de la provincia, hacia el este y el oeste del cordón montañoso del Ambato. Hacia el oeste, Siján (departamento Pomán) soportó un alud de barro y piedras que llegó hasta su calle central. Anegó casas, viñedos, escuelas y provocó la muerte de un hombre. Su recuperación, sin embargo, fue más rápida que en El Rodeo.

La devastación que llevó el río Ambato hacia el este del cordón, desencadenó una tragedia inmensa, en la que la gente ya no tiene ninguna duda que la mano del hombre y las construcciones hechas sin ningún tipo de planificación ni cuidado, multiplicaron el riesgo y precipitaron la muerte de 11 personas, una de las cuales sigue desaparecida después de un año entero de búsqueda.

El Ancasti recorrió, como hace un mes cuando comenzaron tareas de refacción y acondicionamiento de las márgenes del río, la villa de El Rodeo en particular en los puntos donde el alud causó más daño y muerte.

El camping, señalado por geólogos y expertos como el sitio donde el río tiene su primera desembocadura y por lo tanto es el peor sitio para acampar o permanecer, fue demolido por completo. Asadores, baños, comedor, bar y las piletas, fueron demolidos por las máquinas que trabajan bajo las órdenes de la Secretaría de Recursos Hídricos, que lleva adelante tareas con un relevamiento que señala los puntos inundables y riesgosos para acampar o construir cerca del río. En cercanías del camping murieron Marizu Mendibe y su hija Candelaria, esposa e hija del abogado Sergio Díaz, además de Romina Julieta Silva, y sus dos hijas Agostina y Daiana. Todas fueron arrastradas por la correntada de un brazo que se abrió del río en esa primera desembocadura. Gerónimo Ahumada, padre de las dos pequeñas, y Díaz sobrevivieron milagrosamente.

Unos metros más abajo del camping están tiradas las chapas que recubrían el interior de un puente, uno de los primeros que se hicieron en El Rodeo. El cruce fue arrasado por la fuerza de la crecida, aunque en un primer momento del alud, sirvió como embalse y cuando se rompió, liberó el caudal con una fuerza aún mayor.

El último punto es el polémico puente del mástil, señalado por todos como el que causó la mayor tragedia. El pie del puente está construido casi sobre el cauce del río, orientado en contra de su corriente. El terraplén dividió todo lo que el alud traía y lo derivó hacia la casa de la familia Prevedello (que la reconstruyó), la de los Castiglione y la Hostería Villafañe. Allí murieron Dora González de Castiglione, María Luisa Castiglione y Ana Carolina Sal Castiglione (su cuerpo aún no fue encontrado), Graciela Contreras de Álvarez, Adrián Libio Álvarez y los hijos de ambos, Emiliano y Darío.

Ayer al mediodía, personal del Ejército Argentino se reunió con autoridades del Gobierno para analizar la reconstrucción del puente más cercano al camping. Se lo construiría de hierro, hasta que se lo haga de hormigón.

“Estuvimos presente en el momento en que tuvimos que estar”

Lo dijo Lucía Corpacci al cumplirse hoy el primer aniversario de la catástrofe natural de El Rodeo y Siján. Renovó el compromiso de “cumplir con las responsabilidades de Gobierno”.

"Yo, como todos, lo vivimos con muchísimo dolor (…) Pero nadie con tanto dolor como aquellos que perdieron familiares”, reflexionó la mandataria provincial al cumplirse hoy el primer aniversario de la tragedia de El Rodeo y Siján. 

"No me olvido de lo que fue esa noche, una noche de espanto para todos. Primero fuimos a Siján y, en medio de la noche, no alcanzaba a dimensionar la magnitud de la tragedia. En la noche, no se veía mucho y salvo porque un señor falleció -que no lo encontraban en ese momento-, todos los demás se encontraban bien de salud”, relató Corpacci y prosiguió: "Cuando llegamos  El Rodeo, ya con un poco de luz, y vimos lo que era, tomé dimensión de lo que debía ser Siján”. 

En ese tren de declaraciones, la Gobernadora manifestó: "Pasado un año, lo único que puedo expresar es mi sentimiento de condolencia a los familiares de todos aquellos que fallecieron en tamaña tragedia. También, renovar el compromiso que tuvimos con la gente de las dos localidades, de cumplir con las responsabilidades que tenemos como Gobierno: hacer lo necesario en los cauces de los ríos y contribuir a que de alguna manera la gente que perdió todo pueda recuperar parte”.

Asimismo, Corpacci destacó la asistencia del Gobierno a los damnificados: "Construimos viviendas, entregamos subsidios y préstamos (…) estuvimos presente con todos los estamentos del Estado en el momento en el que tuvimos que estar”.

"Tenemos la tranquilidad de sentir que estuvimos en el lugar que teníamos que estar en el momento que teníamos que estar. Compartimos el dolor de todos los familiares”, finalizó.

Lucía Corpacci realizó estas declaraciones durante una conferencia de prensa que brindó luego de participar de la inauguración de la nueva sede del SAME en Valle Viejo.



Fuentes:
La lección sin aprender, 23/01/15, El Ancasti.
Gerónimo Ahumada: “No volví a El Rodeo, ni quisiera volver”, 23/01/15, El Ancasti.
Muy poco se hizo en El Rodeo a un año del trágico alud, 23/01/15, El Ancasti.
“Estuvimos presente en el momento en que tuvimos que estar”, 23/01/15, El Ancasti.
El Rodeo y Siján tienen una herida, mal cerrada y sin sanar, 23/01/15, El Ancasti.

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