Inundación en la cava Cañada Grande, el 23 de octubre de 2012, antes que se comenzara a depositar residuos. |
Un
depósito de residuos perdura a lo largo los años, es una obra que
permanece para siempre. Por eso la elección del emplazamiento es
clave para minimizar el impacto ambiental. En Calamuchita se instaló
un vertedero regional de basura en Cañada Grande, un curso de agua
afluente del río Santa Rosa, el cual desemboca en el lago de
Embalse.
por
Cristian Basualdo
El
proyecto fue impulsado por la Comunidad Regional Calamuchita y la
Secretaría de Ambiente de la Provincia de Córdoba. La retórica
oficial describe a la planta de Cañada Grande como un modelo en
Sudamérica, que colocó a Córdoba a la vanguardia en el manejo de
los residuos sólidos urbanos. Pero las palabras no pueden modificar
la topografía del lugar: Cañada Grande es un lugar inundable. Le
ofrezco al lector 10 pruebas que sostienen esta afirmación:
1.
Aviso de Proyecto
El
día 27 de octubre de 2008, la empresa Furgiagro (cuyo titular era
Agustín Ernesto Furgiuele) inició ante la Secretaria de Ambiente un
trámite de habilitación con el nombre de Aviso de Proyecto de
vertedero controlado. Entre la documentación presentada está la
"Evaluación Primaria de Aptitud- Vertedero Controlado San
Ignacio, agosto 2008", a cargo de la empresa SIMA y realizada
por el ingeniero Pablo H. Manzini, Consultor Ambiental Nº 051. Vale
la pena transcribir algunas de sus conclusiones: "Existe
evidencia de suelos arenosos que presentan altas tasas de
infiltración básica y, por lo tanto, alto riesgo de contaminación
de los acuíferos (...) Valles como en este caso, aluvionales
presentan riesgo de inundación". Sugiere: "Tomar la
decisión de profundizar los estudios ambientales solo cuando se
hallan propuesto no menos de dos sitios alternativos".
El
"Informe Perforación Pozo Exploratorio, Zona San Ignacio, Santa
Rosa de Calamuchita, Provincia de Córdoba, marzo de 2009",
realizado por el licenciado Revol, indica que: "Por encima de
dicho nivel, en su mayoría arenas medianas a gruesas e incluso
gravas de gran permeabilidad de origen fluvias y la litología
subyacente correspondientes al basamento metamórfico, que si bien
presenta una permeabilidad secundaria por fracturación, es menor que
la anterior. A mi entender no constituye una barrera eficiente a la
migración de fluidos desde las capas superiores a las inferiores".
3.
Estudio del biólogo Monguillot
El
"Estudio de Impacto Ambiental Proyecto Planta de Clasificacióny Vertedero Controlado de Residuos Sólidos Urbanos en el Departamento Calamuchita, agosto de 2009", realizado por el
biólogo Julio C. Monguillot, Consultor Ambiental Nº 24, menciona en
la descripción ambiental del sitio y su entorno inmediato: "Su
denominación local, Cañada Grande, hace referencia a la existencia
de una amplia abra deforestada, por ser el área de derrame de cuatro
quebradas serranas que confluyen en el lugar, y drenan hacia el este,
hacia el río Santa Rosa".
4.
Estudio del ingeniero Valdivia
El
"Estudio Hidrológico-Hidráulico de la Planta de Clasificación
y Vertedero Controlado de Residuos Sólidos Urbanos en el
Departamento de Calamuchita, Córdoba, setiembre de 2009",
realizado por el ingeniero Valdivia, muestra que la superficie fijada
para desarrollar el vertedero controlado es un sector donde confluyen
4 quebradas que en época de lluvias aportarían sus caudales para
conformar uno solo, que se unirían y desplazarían hacia la boca del
embudo, donde estaba previsto el primer sitio de localización de la
obra, cuyos terraplenes irían conformando con el tiempo una
verdadera muralla de contención. El valor de recurrencia utilizado
fue de 25 años, en lugar de 50 o 100 años, como es normal en este
tipo de obra de ingeniería.
Este
estudio fue presentado en octubre de 2009 ante la Secretaría de
Ambiente Provincial, que acumulaba una prueba tras otra de la
inundabilidad de Cañada Grande. Siete meses después arribaron a
Calamuchita los técnicos de la Universidad Nacional de Rosario, a
instancias del Defensor del Pueblo de la Nación, para realizar una
evaluación independiente del proyecto. Entonces los impulsores del
mismo reaccionaron cambiando el sitio de implantación de la obra. En
mayo de 2010, Furgiagro desplazó el sitio a la subcuenca A4, al otro
lado de la calle unos 400 m, donde finalmente se concretó el
vertedero. El nuevo emplazamiento queda dentro de Cañada Grande y
también es un lugar inundable.
El
informe de la Universidad de Rosario analizó ambos sitios y señaló
que se trata de: "Un lugar donde una riada (avenida) del tipo
centenaria se llevaría todo por delante (tal cual ha podido
observarse en diferentes lugares del mundo), incluida la planta de
clasificación y los fardos depositados en el vertedero".
5.
Falta de certificado de no inundabilidad
La
Ley Nacional Nº 25.916, Ley de presupuestos mínimos para la gestión
integral de los residuos domiciliarios, establece en su artículo 21
que los sitios de disposición final no deben ubicarse en terrenos
que sean inundables. Para verificar este requisito, la Secretaría de
Ambiente Provincial exigió a Furgiagro la presentación de una
"Factibilidad de no inundabilidad del terreno, emitida por
Autoridad competente" (fs 5 del expediente 11.655/08). Pero
Agustín Ernesto Furgiuele era un hombre ocupado; no contestó nunca.
Y el requisito ni siquiera fue solicitado para el nuevo sitio
propuesto en el expediente 14.110/10.
6.
El Instituto Geográfico Nacional
El
Instituto Geográfico Nacional es una de las instituciones de mayor
antigüedad en el ámbito del Ministerio de Defensa, su misión
principal es representar el territorio nacional a través de la
cartografía oficial. La cuenca denominada Cañada Grande está
indicada como un curso de agua en la Carta del Instituto Geográfico
Nacional, hoja 3366-6, escala 1-100.000, afluente del río Santa
Rosa, muy próximo al lago de Embalse, siendo este la mayor reserva
de agua potable de la provincia de Córdoba.
7.
Las fotografías de Cañada Grande
El
9 de enero de 2010 llovieron unos 100 mm en Cañada Grande. Un vecino
del lugar, Jorge Cozar, tomó una serie de fotografías que muestran
la velocidad del agua en algunos sectores del terreno, indicando la
posibilidad de una fuerte acción erosiva. Los canales de televisión
locales comentaron sobre la lluvia caída, y los vecinos
autoconvocados contra el vertedero regional exhibieron las
fotografías como prueba de su postura.
El
impulsor del proyecto, legislador Carlos Alesandri, fue consultado
por la prensa si tenía conocimiento de las fotografías que
mostraban el predio inundado por las lluvias: "No solamente que
tuvimos conocimiento de esa falacia absoluta, porque ese es el arroyo
que está cuatro kilómetros más abajo de donde se va a hacer el
emplazamiento. Es una falacia absoluta, es parte de la campaña de
difamación". Pero las mismas fotografías desmienten al
legislador, tomemos por caso la de abajo, donde puede observarse el
agua circulando hacia los terraplenes que se formaron a partir de las
excavaciones practicadas para la obra (a la izquierda, sobre el pelo
de agua).
Escorrentías superficiales en Cañada Grande, el 9 de enero de 2010. Arriba a la izquierda se observan los terraplenes de tierra formados por las excavaciones para el vertedero regional. |
8.
Informe de Jaymes
La
estudiante de geología Gisela Jaymes, realizó un estudio
fisiográfico, clima, suelo, vegetación, recursos y población de la
zona. Entre sus conclusiones señala: “Los cursos fluviales de
carácter intermitente deberían ser tenidos en cuenta, ya que en
épocas lluviosas (en la estación de verano, según el clima
actuante) cobran importancia, generando erosión hídrica (...) Se
encuentran afectados por posibles anegamientos e inundaciones,
principalmente en las zonas deprimidas (hacia el sector este) y se
encuentran influenciadas por ascensos y descensos del nivel freático
(observado como manchas de coloración oscura en la imagen
satelital), por lo que la cuenca sería muy activa desde el aspecto
hidrogeológico, siendo esto desfavorable para el emplazamiento de un
vertedero de residuos. Se puede estimar que el agua subterránea
proveniente de la zona oeste alimentaría los cursos permanentes y el
Embalse”.
9.
Estudio del ingeniero Piccolo
El
último estudio de Cañada Grande provino de la Universidad
Tecnológica Nacional, realizado por el ingeniero Javier Eduardo
Piccolo, que recomendó proteger el lugar con un canal de hormigón
de 5 metros de ancho por 1,5 metros de profundidad. Diseñado en base
a una lluvia de recurrencia de 10 años, y un caudal de 3,32 m³/s.
Ello aún sin considerar que la vida útil del vertedero supera
largamente los 10 años, por lo que deberían haberse utilizado
eventos de recurrencia mayor, los que corresponden a escorrentías
superficiales de 6,29 m³/s y 12,6 m³/s, para recurrencias de 25 y
100 años respectivamente.
En
declaraciones a la prensa, Carlos Alesandri dijo que: "Este
informe, este dictamen de la Universidad Tecnológica de Córdoba son
cosas que van conformando la solidez del proyecto que nosotros
habíamos presentado en su oportunidad y despeja las dudas de todos
los comentarios y todas las acciones que hubo en torno de quienes se
negaban al emplazamiento del mismo". Pero lejos de representar
un aval, el estudio deja en claro las falencias del proyecto. El
canal recomendado nunca se construyó.
10.
Los testimonios de los vecinos
San
Ignacio es la localidad más cercana a Cañada Grande, su jefe
comunal, Jorge Ordoñez, recientemente declaró: "Lo que yo no
estaba de acuerdo era con el lugar, a mí me parecía que nunca un
vertedero regional tiene que estar aguas arriba de un embalse (...) y
cuando yo decía que el lugar era inundable y que nacía un arroyo en
el lugar, hoy día lo pueden probar, el arroyo está en actividad".
El esquema regional regional de la basura en Calamuchita, transfiere
el problema de una localidad a otra, acentuando la contaminación en
San Igancio.
Inundación en la cava de Cañada Grande, febrero de 2012, antes que se comenzara a depositar residuos. |
Las
ciencias del ambiente, las leyes aplicables al caso y la normal
prudencia indican que los vertederos de basura y los cursos de agua
no se mezclan. El agua al entrar en contacto con la basura arrastra
sustancias que se encontraban en los residuos, formando líquidos
altamente contaminantes denominados lixiviados. La planta de Cañada
Grande no tiene instalaciones para el tratamiento de lixiviados y las
autoridades nunca explicaron claramente el destino de los mismos.
El
proceso de implantación del vertedero regional en Cañada Grande es
un ejemplo de la división social del conocimiento. La evaluación
científica, técnica y administrativa se realizó dentro de la
Secretaría de Ambiente, sin audiencias públicas ni participación
de la comunidad. De este modo, y a pesar de la abrumadora evidencia
en contra, el por entonces secretario de ambiente provincial, Raúl
Costa, autorizó el emprendimiento mediante la Resolución 540/2010,
declarando que el "proyecto del vertedero regional está avalado
técnicamente".
En
marzo de 2014, Raúl Costa escribió una nota sobre las inundaciones
en Villa María y Villa Nueva, donde señaló que: "En el mundo,
la legislación ha avanzado mucho prohibiendo la edificación en
zonas perceptibles de ser inundadas, en un período de retorno de
hasta 100 años (...) Y es que la ocasionalidad de las inundaciones a
intervalos de tiempo más o menos amplios, llama a engaño, nos hace
caer en el error de menospreciar la posibilidad que suceda, pero
tarde o temprano acabará sucediendo (...) La única solución es la
planificación. Debemos incorporarla definitivamente, donde tenga
cabida la más amplia participación de todos los sectores de la
comunidad". Todo un ejemplo de doble estándar ambiental, Costa
destaca aspectos en la gestión de inundaciones que él mismo pasó
por alto en Cañada Grande cuando era secretario de Ambiente.
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