Los costos hasta ahora no han sido de 700 millones de dólares, como se previó en el 2004, sino que se ubican en nada menos que 3.200 millones de dólares.
por Alieto Guadagni
Ya está en marcha la Central Nuclear de Atucha II, esta es una buena noticia ya que nuestro sistema de generación eléctrica está operando con un escaso margen de reserva debido a las pocas inversiones que se han hecho en los últimos años. Es positivo además que comience a funcionar una central que no requiere ni gas ni petróleo, insumos estratégicos que lamentablemente se importan de manera creciente.
La explicación de estas crecientes importaciones es bien simple: importamos gas y petróleo porque la producción viene cayendo durante todos los meses de la gestión de esta administración. Esta caída continúa en la actualidad, ya que este año estamos produciendo menos gas y petróleo que el año pasado.
La decisión de avanzar con la finalización de la construcción de Atucha II se tomó en el año 2004, cuando se anunció que la obra se terminaría en cuatro años y medio, también se informó que el costo sería de 700 millones de dólares. Esta cifra era auspiciosa para una central nuclear de 745 MW.
Veamos ahora la realidad después de más de diez años. La puesta en marcha de esta central tardó el doble de lo previsto, ya que pasaron 10 años desde el inicio de las tareas, cuando el plazo anunciado era de menos de la mitad. Al mismo tiempo se registraron enormes desvíos en los costos previstos y anunciados oficialmente por las autoridades oficiales.
Los costos hasta ahora no han sido de 700 millones de dólares, como se previó en el 2004, sino que se ubican en nada menos que 3.200 millones de dólares. Como se observa, se trata de un sobrecosto enorme, ya que tenemos una erogación que supera en 4,5 veces la suma originalmente prevista.
Estamos en presencia de una importante cuestión que debe ser clarificada, ya que no solo existe un considerable incumplimiento del calendario de ejecución de las obras, sino también se registraron muy significativos sobrecostos sobre el presupuesto original.
No se pasa con tanta facilidad de 700 millones de dólares a 3200 millones pagados así nomás a los contratistas; por esta razón es necesaria una rápida intervención de la Auditoria General para certificar fehacientemente que estos significativos sobrecostos de contratistas y proveedores son legítimos y razonables.
Fuente:
Alieto Guadagni, Alieto Guadagni, Atucha II: hay que aclarar las cuentas, 07/07/14, TN.
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