La crecida de Los Chorrillos puso en serio riesgo a varias decenas de vecinos. Un matrimonio fue salvado por un buzo que patrullaba la zona y se arrojó al agua. Un escrito, en una pared de una casa destrozada, conmovió a la familia que la perdió. Los ríos complicaron a Carlos Paz.
Daniel Heredia y Patricia Morla viven en la misma ciudad pero no se conocían. Ayer, el destino -al borde de la tragedia- puso al oficial Heredia en la vida de la funcionaria municipal Morla y de su marido. Sin su intervención, el matrimonio hubiera quedado encerrado en su casa, a la que el agua le llegó al techo.
“Para nosotros fuiste un ángel que apareció. Con mi marido no teníamos más fuerzas”, le dijo Patricia a Daniel cuando se lo encontró unas horas después del rescate. Patricia es directora de Inclusión Social del municipio de Carlos Paz.
El oficial llegó junto a un grupo del Cuerpo Especial de Policía (CEP) que estaba patrullando la zona del arroyo Los Chorrillos, alertado por la llegada de una crecida. Con el móvil pudieron alcanzar una calle lateral y después continuaron nadando. Daniel se separó de otros buzos y encontró, para su asombro, al matrimonio que pugnaba por salir de la casa, peleando contra la corriente.
“Lo vimos aparecer de la nada y después de que nos sacó de la casa, desapareció”, afirmó Morla. “Me desperté por el ruido del agua pensando que era un caño roto. Cuando abrí la puerta vi la ola que venía. Empezamos a buscar abrir la puerta de nuevo pero se hizo imposible porque se trabó con el agua que empujaba desde afuera. Mi marido intentó romper la reja pero también era imposible”, relató la mujer. “Ahí llegó Daniel que empezó a golpearla y logró romperla”, acotó.
El oficial Heredia es uno de los buzos tácticos que trabaja en el CEP, grupo que tiene a cargo la seguridad del lago San Roque y de sus afluentes. “Con la bobina de un motor que encontré empecé a pegarle a la reja hasta que logré romperla para sacarlos”, expresó. “No sentí temor, la desesperación que uno percibe es por rescatar a la gente que está en peligro”, aseveró.
Patricia abrazó con fuerza al buzo que salvó su vida y la de su marido. Unas horas después del encuentro con el oficial Heredia, la mujer volvió a su casa a intentar salvar algo. “Tenemos trabajo para un rato largo”, dijo. Todavía a la tarde, cuando el arroyo ya había calmado su furia, había barro y agua en la casa, ubicada en la costanera del arroyo Los Chorrillos.
En la pared
La historia de una pintada en una pared de la casa de los Gómez no pasó inadvertida ayer, cuando el agua ya había hecho estragos en barrio Carlos Paz Sierras. La familia dueña de casa perdió todo lo que tenía, apenas unas semanas después de sufrir una de las peores desgracias de su vida. Verónica, hija del matrimonio Gómez, murió en un accidente cuando iba a trabajar en su moto. Verónica fue quien pintó esa pared con la inscripción: “10.30 horas; 2-3-09; inundación”. La fecha
es la de una fuerte crecida que complicó a los vecinos, en el mismo lugar, pero no llegó a hacer tanto daño como la de ayer.
Dar la mano
Fue un día de complicaciones pero también de solidaridad. Vecinos de la zona alta del barrio llegaron bajo la lluvia a ayudar a las familias afectadas a sacar las pocas cosas que servirán, después de estar bajo el agua. “Son gente muy buena, muy solidarios, acá comen muchos chicos que pasan por la casa y les sirven un plato”, comentó una vecina que se aferraba a los brazos de su pareja.
Con zapatillas llenas de barro, ropas mojadas y rostros que mostraban el cansancio y la desesperación vivida, los vecinos afectados no pararon de trabajar en toda la jornada de ayer para rescatar algo del barro. La palabra milagro fue, seguramente, la más repetida entre los que pudieron observar los destrozos provocados por la correntada y que todos estuvieron vivos para contarlo.
Arroyo engañador
La falta de un sistema de alerta temprana de crecidas en estos arroyos, similar al que existe sobre el río San Antonio, fue uno de los temas que trataron los funcionarios que ayer estuvieron en el lugar del desastre. El gobernador José Manuel de la Sota y el intendente Esteban Avilés acordaron poner a trabajar a sus equipos técnicos para elaborar un plan en este sentido. El San Antonio y el Cosquín, los dos principales afluentes del lago San Roque, también tuvieron fuertes crecidas ayer. Pero el daño, esta vez, lo provocaron dos arroyos menores que en días corrientes no dejan adivinar sus posibilidades de transformarse en una amenaza.
La otra urgencia, de la que ahora se habla, es reubicar a las familias afectadas que perdieron sus viviendas, en otras zonas donde no corran estos peligros, posibles ante su cercanía de los cauces de agua.
Cruz del Eje: derrumbe
Por las lluvias, el techo de una vivienda se desmoronó en Cruz del Eje. Paola Juncos, de 26 años, quedó bajó los escombros. Por los golpes, fue internada en el hospital local.
“Estábamos durmiendo y el agua nos volteó la puerta”
Sebastián Tobares está vivo, al igual que su mujer, sus dos hijos, su padre y su hermano. Para él, “es una gran noticia”.
Así lo asumió, apenas después de que el agua ingresara con fuerza devastadora a su casa y, en minutos, la convirtiera en un montón de escombros.
“Estábamos durmiendo y de repente escuchamos un fuerte golpe que volteó la puerta. Era el agua que entraba”, dijo Sebastián, Contó que pudo reaccionar rápido para despertar a su mujer y caminar a duras penas hacia la habitación donde dormían su padre y su hermano. “Manoteé a los chicos y nos dimos cuenta de que no podíamos salir. Tuvimos que luchar para salir a tierra firme”, relató.
A unos 10 metros de la casa, ya a salvo, la familia completa vio cómo el agua instantes después derribaba las paredes. “Habían pasado cinco minutos desde que salimos cuando vimos cómo volteaba todo y se llevaba la casa y las cosas como si fueran juguetes”, aseguró el joven.
Tiago, su hijo más pequeño, tiene sólo 3 meses. “Ya tenemos una historia para contarle”, afirmó Sebastián. “Le tengo que agradecer a Dios nomás. Gracias a él estamos vivos”,
se convenció.
La familia fue evacuada y hasta anoche permanecía en el dispensario municipal de barrio Carlos Paz Sierras.
Las viviendas destruidas -casi todos de condición humilde- estaban localizadas en las costa del arroyo Los Chorrillos y sobre terrenos que, en principio, no todas tendrían habilitación por integrar la zona de ribera.
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Un buzo rescató a una familia que estaba encerrada y temía morir ahogada
Fuentes:
Historias que dejó un arroyo enfurecido, 15/03/14, La Voz del Interior. Consultado 15/03/14.
“Estábamos durmiendo y el agua nos volteó la puerta”, 15/03/14, La Voz del Interior. Consultado 15/03/14.
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