Ayer fue el Día de la Energía Atómica. Página/12 publicó una nota con testimonios de (Comisión Nacional de
Energía Atómica), titulada: "Ganamos la década perdida de los 90".
Sin embargo, también puede decirse que es parte de una herencia de la Dictadura Militar:
la central Atucha II. Mientras tanto, ayer hubo movilizaciones en Río Tercero
contra la instalación en la localidad de Dioxitek, una fábrica de dióxido de
uranio. Y hoy también la
Campaña "Córdoba No Nuclear", junta firmas en más
de 20 localidades, protestando entre otras cuestiones contra la "extensión
de la vida" de la central Embalse. Energía nuclear, un riesgo no
codificado.
“La actividad nuclear ha ganado una década, la perdida en
los ’90. El organismo recibió incremento presupuestario, mejoras edilicias,
recuperó laboratorios y repatrió científicos”, destacó Mauricio Bisauta,
vicepresidente de la CNEA
a Página/12. Y agrega la nota: "Para Atucha II, un símbolo de la
reactivación del sector, la CNEA
proveyó sistemas y desarrollos tecnológicos “sin precedentes en el país”".
El testimonio de Boero continúa: “El 1º de marzo presenciamos, con gran
emoción, la colocación del último combustible, completando así su carga”.
Ahora, la promesa es que se proveerá energía al sistema eléctrico antes de fin
de año, algo que se viene postergando.
La central Atucha II fue inaugurada por la Presidente Cristina Fernández en septiembre de 2011. En la nota sobre aquel acontecimiento,
recordábamos un informe de Greenpeace en el 2008: "Los gastos de Atucha II
formaron parte de una serie de desmesuras cometidas dentro del denominado Plan
Nuclear Argentino durante la dictadura militar y que produjeron que a fines de
1983 la deuda externa contraída por la
CNEA representase el 13 % de endeudamiento del país. "El plan nuclear, concebido en tiempos
de la dictadura militar argentina, previó seis centrales
nucleoeléctricas", recordaba la
Unión de Asambleas Ciudadanas, que se movilizó ese año a
Atucha, en las cercanías de Zárate.
Página/12 destaca que "la CNEA recibió desde el año
2003 un fuerte impulso. Su presupuesto pasó de 98 millones de pesos a 2220
millones para este año. Su relanzamiento fue en 2006, a partir del Plan
Nuclear Argentino". Para Juan Carlos Villalonga, de Los Verdes: "Los
valores que Argentina ha destinado en este rubro son incalculables por la poca
transparencia de la CNEA
en sus más de 60 años. Sólo vale recordar que en 1982, cuando estalla la crisis
de la deuda externa en la región, el rubro nuclear representaba cerca del 13 %
de nuestra deuda. Durante la última dictadura militar la CNEA fue privilegiada
presupuestariamente por encima de universidades, INTA, CONICET y el resto de
las áreas científicas".
El ambientalista escribió esto en el artículo "Zonceras
Energéticas #2", en la cual analiza el reciente informe “Global Energy Assesment”. A través de la comparación entre presupuestos de energía nuclear y
energías limpias, menciona: "En definitiva, tenemos ciencia nuclear porque
los estados ponen inmensos recursos para tenerla. No hay allí ningún milagro ni
nada especial ocurre con lo nuclear. Ahora esa inversión en I+D en nuclear no
es lo que el mundo necesita. No lo dicen los antinucleares, lo dice el propio
informe de IIASA, necesitamos I+D en otras áreas claves, no en nuclear. Seguir
haciéndolo es una de las tantas zonceras energéticas instaladas en el
imaginario de la dirigencia política".
Para leer el resto del artículo dirigirse a ComAmbiental
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