miércoles, 12 de diciembre de 2012

Agroquímicos: advierten que se “receta lo más barato y no lo más seguro”

El ingeniero agrónomo y referente de la Federación Agraria Claudio Demo dijo que el abaratamiento de costos lleva a descuidar las condiciones de seguridad, pero aclaró que se está tomando más precaución.

La imputación de cinco ingenieros agrónomos en la “causa madre” del barrio Ituzaingó Anexo de la ciudad de Córdoba abrió el debate sobre la responsabilidad de estos profesionales en el cumplimiento de las normas de seguridad para la aplicación de agroquímicos.

En este marco, el investigador universitario y miembro de la Federación Agraria Claudio Demo señaló que el abaratamiento de costos es la principal causa que lleva a muchos productores y profesionales a descuidar las condiciones de seguridad de las fumigaciones. De cualquier manera, destacó que en el último tiempo hubo una toma de conciencia sobre la problemática en la región.

A partir de la sanción de la Ley provincial de Agroquímicos, los ingenieros agrónomos  son los encargados de firmar las recetas fitosanitarias, documento obligatorio para toda fumigación que debe garantizar el cumplimiento de las normas vigentes y las condiciones que eviten riesgos a la salud de la población. Ésta es la responsabilidad que le correspondería a los cinco profesionales imputados en los últimos días por “contaminación dolosa ambiental” a raíz de las fumigaciones realizadas en el barrio cordobés Ituzaingó Anexo.

En relación a estas prácticas, Demo expresó: “Es correcto que las aplicaciones se hagan con las recomendaciones de alguien que sabe. De todas maneras, el título no asegura el conocimiento idóneo de los agroquímicos: se ve con frecuencia que ingenieros recetan lo más barato y no lo más seguro. La receta no es una garantía de que se aplique lo más adecuado”.

En este sentido, el ex presidente de la Federación Agraria de Río Cuarto afirmó que respetar las condiciones de seguridad adecuadas en cuanto a los productos aplicados para fumigar, así como los momentos indicados para hacerlo, conlleva un aumento de los costos de producción. Es que, según explicó el ingeniero agrónomo, los químicos de menor toxicidad son más caros que aquellos más contaminantes. 

“Hay recetas tradicionales para aplicar tal producto en tal momento y no se analiza el caso particular, entonces se repite la misma receta cuando se podrían usar productos menos tóxicos, pero que son más caros. Ahí hay una falencia del Estado porque debería gravar con impuestos a los productos mas tóxicos”, sostuvo Demo.

Más cuidado
De cualquier manera, el investigador destacó que en la zona de Río Cuarto en el último tiempo existen mayores cuidados a la hora de fumigar: “El juicio de Ituzaingó aumentó las precauciones en cuanto a los usos en las zonas periurbanas”. En este marco, Demo relató que desde la Federación Agraria se está trabajando con los productores para incentivarlos a mejorar las condiciones de seguridad de las fumigaciones.

El cambio también se observaría en la cantidad de productores que utilizan las recetas estipuladas por ley, ya que dos años atrás la gran mayoría de las fumigaciones se realizaban sin contar con este documento mientras que ahora se estima que se utiliza en el 80 % de los casos.

De cualquier modo, Demo señaló que la receta fitosanitaria “es una formalidad para cobrar un servicio” ya que de cualquier manera son justamente los ingenieros agrónomos los que generalmente venden los plaguicidas.

Por este motivo, el profesional local cuestionó la legislación vigente: La Ley de Agroquímicos se hizo para poner como obligatoria la receta. Después, en la discusión en la Legislatura, se le agregaron más cuestiones de salud y mejoró un poco, pero de todas manera es una ley que no nació para proteger la salud de la gente sino los intereses de los ingenieros agrónomos”, concluyó.

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