Bosques autorizó un desmonte y un silvopastoril a la vera
del camino lindero entre Avia Tarai y Napenay. Pero no se preservó el 20 % de
tales especies y no fueron preservados 120 árboles mayores por hectáreas.
La superficie autorizada fue de 67,06 hectáreas ;
sin embargo, lo efectivamente desmontado debería ser verificado por la Dirección de Bosques
para comprobar si se ha respetado la extensión que autorizara, sin caer en el
falso argumento de que en algunos casos los tractoristas se equivocan y
desmontan una superficie mayor a la que correspondía.
Ese argumento, que no es tal, repetidamente ha sido usado
por los funcionarios para tratar de esconderse el mal funcionamiento y la falta
de controles del organismo y el mal desempeño de los técnicos responsables.
Silvopastoril mal realizado o desmonte en etapas
En el campo propiedad de la misma titular también se
autorizó un silvopastoril de 67,06 hectáreas , dentro del plan de manejo
sostenible del suelo, que fue mal realizado o directamente es un desmonte en
etapa. Intervino el mismo técnico responsable, la misma empresa de desmonte y
la oficina forestal de Sáenz Peña. Las coordenadas son las siguientes S 26° 38.837’ W 060° 40.233’. Las
imágenes demuestran claramente que fue utilizada una topadora de grandes
dimensiones, que probablemente ha sido la misma que se usó para efectuar el
desmonte a tala rasa que se realizó en el campo de la misma titular. Las
huellas de la oruga halladas en los lugares son idénticas.
El sistema aplicado viola la ley de bosques porque en áreas
predominantes del campo intervenido se removieron, casi en su totalidad, las
especies herbáceas y arbustivas que allí existían, mientras que en otras
porciones no se preservó el 20 % de tales especies, como tampoco los diferentes
estratos del monte. Y lo que resulta más evidente es que en buena parte del
predio desmontado no fueron preservados 120 árboles mayores por hectáreas. En
definitiva, no se respetó la remoción parcial de las especies, como tampoco la
conservación de toda la superficie del dosel, la totalidad de los estratos y
las clases diamétricas de las especies allí existentes.
Esto nuevamente pone en debate el mal funcionamiento de la Dirección de Bosques y
el manejo insustentable del monte nativo chaqueño. Además, estas prácticas
destructivas anticipadamente interpelan y ponen en cuestionamiento la vigencia
y correcta aplicación futura de la Disposición 534, dictada el pasado 18 de julio
por el Subsecretario de Recursos Naturales del Ministerio de la Producción. El
problema no radica, fundamentalmente, en las leyes y en los restantes
instrumentos legales, sino en la aplicación distorsionada o directamente en la
inobservancia o violación de las mismas, que se produjeron y que se repiten por
falta de controles, por burocracia, por ineficiencia, por tráfico de
influencias, por corrupción o simplemente por dinero.
No se respetan las zonas de riesgos agroclimático
A un kilómetro del campo desmontado de propiedad de Sovek
existen chacras con cultivos que fueron quemados por las tres heladas que se
produjeron en el mes de junio, que se produjeron luego de la sequía que afectó
a gran parte del territorio agrícola chaqueño.
Las imágenes reflejan claramente la crisis que provoca el
sistema de uso y de explotación de la tierra, bajo un modelo pampeanizado casi
extremo, por las alternancias climáticas extremas, en una sucesión continua que
pone al descubierto el manejo insustentable del ecosistema en relación a las
actividades productivas, especialmente cuando se amplía la frontera agrícola
intensiva, lo que supone desmontes y la habilitación de nuevos suelos para la
agricultura.
La degradación ambiental se potencia y se multiplica como
consecuencia de que se han destinado tierras a la agricultura intensiva a pesar
de no ser aptas para tal actividad dado que se localizan en zonas de riesgos
agroclimáticos o de altos riesgos agroclimáticos reconocidos. En el mapa de
zonificación de la ley de bosques se pintaron de verde regiones que no debieron
ser destinadas a la agricultura industrial. La decisión tomada implica que
pueden (o van) a desmontar un millón y medio de hectáreas para ampliar la
frontera agrícola. De concretarse estos desmontes, los riesgos y daños
ambientales que se ocasionen, que se acumularan a los que ya se produjeron,
pueden generar el colapso del frágil ecosistema chaqueño.
Fuente:
- Denuncian que se extienden los silvopastoriles ilegales, 27/07/12, datachaco.com.
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