sábado, 28 de julio de 2012

El Chaco: denuncian que se extienden los silvopastoriles ilegales



Bosques autorizó un desmonte y un silvopastoril a la vera del camino lindero entre Avia Tarai y Napenay. Pero no se preservó el 20 % de tales especies y no fueron preservados 120 árboles mayores por hectáreas.

La Direcciónde Bosques autorizó un desmonte y un silvopastoril a la vera del camino lindero entre Avia Tarai y Napenay, en Colonia Pampa Napenay, a 8 km de la Ruta Nacional 16. El desmonte se localiza a través de las coordenadas S 26° 39.092’ W 060° 40.345’. Fue autorizado en un campo de propiedad de Elvira Beatriz Sovek, en el marco del plan de aprovechamiento del cambio de uso del suelo. El técnico responsable ha sido el ingeniero forestal Felipe Esteche. La empresa de desmonte fue Danco S.R.L. La oficina forestal interviniente fue la de Sáenz Peña. Así lo señala, el Centro de Estudios e Investigación Social “Centro Mandela”.

La superficie autorizada fue de 67,06 hectáreas; sin embargo, lo efectivamente desmontado debería ser verificado por la Dirección de Bosques para comprobar si se ha respetado la extensión que autorizara, sin caer en el falso argumento de que en algunos casos los tractoristas se equivocan y desmontan una superficie mayor a la que correspondía.

Ese argumento, que no es tal, repetidamente ha sido usado por los funcionarios para tratar de esconderse el mal funcionamiento y la falta de controles del organismo y el mal desempeño de los técnicos responsables.

Silvopastoril mal realizado o desmonte en etapas
En el campo propiedad de la misma titular también se autorizó un silvopastoril de 67,06 hectáreas, dentro del plan de manejo sostenible del suelo, que fue mal realizado o directamente es un desmonte en etapa. Intervino el mismo técnico responsable, la misma empresa de desmonte y la oficina forestal de Sáenz Peña. Las coordenadas son las siguientes S 26° 38.837’ W 060° 40.233’. Las imágenes demuestran claramente que fue utilizada una topadora de grandes dimensiones, que probablemente ha sido la misma que se usó para efectuar el desmonte a tala rasa que se realizó en el campo de la misma titular. Las huellas de la oruga halladas en los lugares son idénticas.

El sistema aplicado viola la ley de bosques porque en áreas predominantes del campo intervenido se removieron, casi en su totalidad, las especies herbáceas y arbustivas que allí existían, mientras que en otras porciones no se preservó el 20 % de tales especies, como tampoco los diferentes estratos del monte. Y lo que resulta más evidente es que en buena parte del predio desmontado no fueron preservados 120 árboles mayores por hectáreas. En definitiva, no se respetó la remoción parcial de las especies, como tampoco la conservación de toda la superficie del dosel, la totalidad de los estratos y las clases diamétricas de las especies allí existentes.

Esto nuevamente pone en debate el mal funcionamiento de la Dirección de Bosques y el manejo insustentable del monte nativo chaqueño. Además, estas prácticas destructivas anticipadamente interpelan y ponen en cuestionamiento la vigencia y correcta aplicación futura de la Disposición 534, dictada el pasado 18 de julio por el Subsecretario de Recursos Naturales del Ministerio de la Producción. El problema no radica, fundamentalmente, en las leyes y en los restantes instrumentos legales, sino en la aplicación distorsionada o directamente en la inobservancia o violación de las mismas, que se produjeron y que se repiten por falta de controles, por burocracia, por ineficiencia, por tráfico de influencias, por corrupción o simplemente por dinero.

No se respetan las zonas de riesgos agroclimático
A un kilómetro del campo desmontado de propiedad de Sovek existen chacras con cultivos que fueron quemados por las tres heladas que se produjeron en el mes de junio, que se produjeron luego de la sequía que afectó a gran parte del territorio agrícola chaqueño.

Las imágenes reflejan claramente la crisis que provoca el sistema de uso y de explotación de la tierra, bajo un modelo pampeanizado casi extremo, por las alternancias climáticas extremas, en una sucesión continua que pone al descubierto el manejo insustentable del ecosistema en relación a las actividades productivas, especialmente cuando se amplía la frontera agrícola intensiva, lo que supone desmontes y la habilitación de nuevos suelos para la agricultura.

La degradación ambiental se potencia y se multiplica como consecuencia de que se han destinado tierras a la agricultura intensiva a pesar de no ser aptas para tal actividad dado que se localizan en zonas de riesgos agroclimáticos o de altos riesgos agroclimáticos reconocidos. En el mapa de zonificación de la ley de bosques se pintaron de verde regiones que no debieron ser destinadas a la agricultura industrial. La decisión tomada implica que pueden (o van) a desmontar un millón y medio de hectáreas para ampliar la frontera agrícola. De concretarse estos desmontes, los riesgos y daños ambientales que se ocasionen, que se acumularan a los que ya se produjeron, pueden generar el colapso del frágil ecosistema chaqueño.

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