jueves, 26 de julio de 2012

Crónicas desde el Juicio a la Fumigación: día 13


El doctor Sarmiento Tagle, fue llamado por el buffet del doctor Aráoz, abogado de la Defensa, para realizar análisis y muestras del campo del señor Parra. “Yo tomé contacto con él a través del estudio de abogados, cuando nos pidieron asesoramiento para analizar los estudios químicos realizados por el Ceprocor en un momento. Posteriormente, se decidió hacer más estudios químicos en el campo del señor Parra”, dice.

A lo largo de su declaración, da cuenta de variadas críticas que realiza a los estudios realizados por el Ceprocor. Al respecto afirma: “El proceso de toma de muestras no está debidamente documentado, no hay registro detallado de que sucedió desde el momento en el que fueron tomadas hasta el momento en el que fue el análisis”. Además, dice que no se había respetado la cadena de vigilancia -lo que puede haber llevado a un cruce en las muestras-, que no se las había tomado por duplicado para realizar contrapruebas y que no habían sido debidamente refrigeradas. También dijo que él había notado una falencia metodológica.

“Los niveles que se encuentran en plantas son diez mil veces más bajos que en los productos puros, por eso, el procedimiento de toma de muestras debe ser muy cuidadoso para que no se contaminen las muestras. Básicamente, hay que asegurarse de que el material que se utiliza sea el idóneo para mantener las muestras”, explica al Tribunal.

Respondiendo a una pregunta de la Defensa, Sarmiento Tagle dijo que los pasos, como están presentados en el informe, no aseguran que el resultado sea representativo de lo que sucede en el lugar y explica que la mal toma de la muestra quita validez al resultado.

Luego, a pedido de la Defensa, el doctor en Química lee los resultados del estudio realizado por el Ceprocor y dice que los valores para el endosulfán, el diendril y el DDT son menores al límite de detección. Afirmó que “el problema es que no se puede interpretar el informe porque hay una inconsistencia. O hay un error en el resultado o en el límite de detección. Desde el punto de vista químico, el resultado no tiene validez porque no existe la certeza”.

Luego, habla de la persistencia de sustancias como el dihedril o del DDT y dice que son contaminantes orgánicos persistentes. “En el caso de diendril es una sustancia que tiene una alta persistencia en el tiempo”, agrega. Esto significa que, según explica el químico, un producto puede ser encontrado años después de haber sido aplicado en un lugar. “El tiempo de vida media es el tiempo que el producto necesita para que la concentración se descomponga a la mitad, eso no quiere decir que se descompuso, sino que la concentración es cada vez menor a medida que pasa el tiempo”.

Seguidamente, habla del estudio que realizó con la consultora de ambiente donde trabaja. A pedido de la defensa, tomaron muestras de un lugar. “Nosotros pensábamos que si tomábamos muestras de la zona fumigada y de otra zona, se podrían encontrar valores iguales. Por eso, a pedido, hicimos un estudio en el que se tomaron muestras en el campo fumigado y en el Parque Sarmiento, de tierra y vegetales”, comenta.

Según atestigua, las muestras tomadas para este nuevo estudio fueron: dos muestras de agua de tanque, cinco muestras de vegetales (claveles del aire) y tres muestras de suelo, que al igual que las de vegetales, fueron combinadas. Especifica que, a las muestras de tierra, se les realizaron estudios de órganos clorados y de órganos fosforados.

Los resultados a los que arribaron, según afirma, fueron los siguientes: “En tierra no se encontró nada. En la muestra de claveles de aire se encontró endolsufán, tanto en los del campo y como en los del Parque Sarmiento, con valores muy parecidos” y, a esto, añadió que “este es un estudio que ha consistido en un solo día de muestreo, lo ideal sería que la Provincia y el Municipio pudieran realizarlos con continuidad”.

Cuando es el turno de la Fiscalía, Novillo le consulta al testigo acerca de la cadena de vigilancia que, según había dicho, no se había respetado. Entonces el testigo dice: “Yo no puedo reconstruir cuál fuel el camino de la muestra desde que fue tomada, hasta que fue analizada. Ese procedimiento fue deficiente. No tengo constancia de que pasó con esa muestra desde que fue tomada hasta que fue analizada en el laboratorio”.

Novillo continúa y le pregunta si todos los productos que estaban mencionados en el informe, a su criterio, causan daño a la salud. Frente a esto, el doctor en química responde: “Sí, son tóxicos desde el punto de vista químico pero yo no soy médico, habría que consultarlo con un toxicólgo”.

Seguido a esto, el Juez Lorenzo Víctor Rodríguez, presidente del Tribunal dice “escuché varias veces repetir la palabra “contaminante” ¿Que entiende usted por contaminante?”, a lo que Martín Gonzalo Sarmiento Tagle respondió: “Es una alteración de las condiciones naturales. En este caso, sería una sustancia que altera las condiciones normales de la naturaleza”. El Juez volvió a preguntar: “¿O sea que todo producto químico producido por el hombre es contaminante?” El químico aclara que, desde su punto de vista, “sí, todo producto químico producido por el hombre. No sólo productos químicos, también pueden ser fuentes de calor, por ejemplo”.

Llegando al final de la declaración el abogado defensor Pancello, Pérez Moreno  le pregunts si todo contaminante es nocivo. Con respecto a esto el doctor en Química expresa “hay una diferencia, a los contaminantes nocivos se los suele denominar polutantes. Por polución se entiende a los que tienen efectos nocivos en el ambiente. Se los suele usar como sinónimos. Si el cambio en las condiciones naturales del ambiente tiene efectos nocivos, entonces estamos hablando de polución y no de contaminación”.

Por último, la doctora Susana Cordi Moreno inquiere: “Usted dijo refiriéndose al informe de la doctora Nassetta: “desconozco cómo se tomo el análisis”. ¿Esto quiere decir que hay varios procedimientos posibles?”. Sarmiento Tagle respondió “Sí, hay varias metodologías, no son muchas las que se pueden usar, pero no recuerdo lo que figura en el análisis”. En ese momento el testigo pide ver nuevamente el informe. “En todo el informe es necesario especificar la metodología empleada, se mencionan como a, b, c, d y f. Después se dice con cual corresponde a cada análisis. Yo no recuerdo que metodología se utilizó en este estudio….Yo a esto lo analicé el año pasado y después de eso no tuve acceso a este material”. Continúa leyendo el informe y concluye: “Acá están detalladas las técnicas utilizadas”.

Graciela Cristina Nicolás
El turno de la segunda testigo llega pasado el medio día. Graciela Cristina Nicolás es médica y es la directora del Registro Provincial de Tumores que depende del Ministerio de Salud de la Provincia.

La médica, explica cómo había sucedido el acercamiento al barrio Ituzaingó Anexo. Sostiene que “ya había habido una intervención previa por parte de la Provincia, había enviado un equipo de epidemiólogos, médicos y residentes. Se tomaron entrevistas, se hizo un censo”. Según afirma, la testigo, la idea era conocer, a través de esa entrevista, las patologías que acusaban los vecinos de barrio Ituzaingó".

“Como la gente seguía preocupada, la Provincia decide formar un equipo en el que yo estaba, más una trabajadora social, una psiquiatra (…) Estuvimos desde marzo hasta abril de 2003, en esos 20 días fue poca gente la que acudía, entonces salimos nosotros a buscar los enfermos. Hicimos un relevamiento basándonos en una muestra que tenía el Ministerio de Salud. Eran 98 personas, nosotros logramos confirmar 35 casos (mediante los datos de esa persona, el tratamiento logrado, etc.), de los cuales, inicialmente, había 8 personas fallecidas y todos habían sido diagnosticados desde el año 83, hasta el 2003. Nosotros corroboramos 8 personas fallecidas de las que no pudimos obtener datos, no tuvimos acceso a los certificados de defunción, no podemos decir tampoco que no tenían cáncer”, asevera la testigo.

Interviene el fiscal Novillo y le pregunta: “98 casos, ¿de qué?” La testigo responde: “De cáncer, 98 casos que el grupo de madres habían relevado. De los pacientes eran muy difíciles de corroborar los datos porque el registro decía, por ejemplo, don Ramón, don Páez, no había datos fehacientes”, concluyó.

“Entonces hicimos un segundo relevamiento del barrio, y para agosto del 2003 se hizo un resumen de todo lo actuado”, dice la médica, mientras informa al Tribunal que tiene el informe en su poder en la sala. “Hicimos este informe para ser elevado a la Universidad Nacional que se encargó de hacer un análisis y un estudio más detallado de estos casos”, sostiene.

Juan Manuel Araoz, abogado defensor de Parra, le pregunta: “¿Cuál es la conclusión de este informe?”

La testigo responde: “En esa oportunidad solamente dejamos constancia de los casos que nosotros habíamos constatados como tales. Por la cuestión epidemiológica hay un período de inicio y de corte y esos periodos no pueden ser de más de 5 años. Si nosotros tomamos los casos desde el año 83 hasta el 2012, estamos tomando un período re grande. Ahora que existe este registro de casos de cáncer analizamos la incidencia de los casos de cáncer. La incidencia se refiere a los nuevos casos de cáncer. A partir del 1 de julio del 2003 hasta la fecha, conocemos el índice de incidencia de la enfermedad”. La médica afirma que “la incidencia detectada en el barrio (Ituzaingó), no difiere de lo detectado en otros barrios de la ciudad. De los 3 casos que confirmamos, era todos casos de arrastre porque provenían de un período mucho mayor que un período epidemiológico”.

La defensa, en la voz del doctor Araoz, pregunta: “¿Estos caso no eran de los últimos 5 años?”

La médica Graciela Cristina Nicolás contesta: “No, no eran de los últimos 5 años. 8 personas fallecidas desde 1983. 12 personas que no se pudieron ubicar. Más de uno de los vecinos decían que no los habían visto, que no vivían en el barrio. El resto que pudimos confirmar son 3 del 83 al 2003”.

A continuación habla acerca del Registro Provincial de Tumores que depende del Ministerio de Salud de la Provincia, en el que trabaja.

“Un registro es un arma fundamental para conocer la incidencia de la enfermedad, es conocer cuánta cantidad de casos nuevos se presentan en un tiempo determinado. Es para implementar medidas de prevención, de control, de seguimiento de la enfermedad. Como registro poblacional debemos responder cuál es su nombre, qué patología lo acude, desde cuándo, dónde vive, cuál es su DNI. Este es el registro que nosotros llevamos. Hacemos una búsqueda activa, porque es un trabajo meticuloso de archivo, tenemos entrada a todos los hospitales de la provincia y  tenemos la ventaja de contar con el Hospital Oncológico de la provincia de Córdoba”.

El juez Rodríguez, presidente del Tribunal, le pregunta a la testigo: “¿Ustedes sectorizan por barrio?”

Graciela Nicolás responde que si. “Tenemos un sistema informático que nos ayuda en esto. Cada registro puede tener sus variables, cuando nosotros cargamos un paciente al sistema sabemos si es de Córdoba capital o del interior”.

Aráoz, de la defensa, pregunta: “¿Hablamos de 18 mil casos para la ciudad de Córdoba? ¿Y en barrio Ituzaingó?”

La testigo dice que en la ciudad se registraron 18 mil casos de cáncer y que “35 casos tenemos en registro de barrio Ituzaingó Anexo desde el 1 de julio 2003 hasta 31 de diciembre de 2010”.

El abogado de la defensa le pregunta si podría dar datos de otro barrio para poder realizar una comparación. En ese momento interviene el presidente del Tribunal y dice que “en barrio Ituzaingó hay 6 mil habitantes, más o menos. Hay que tener en cuenta eso a la hora de pensar en otro barrio”.

La testigo declara en este punto que “si tenemos que comparar se hace muy difícil, porque nosotros nos manejamos con tasas de incidencia, no de mortalidad”.

Y agrega que, en el Registro Provincial de Tumores, tienen información que proviene de 6 o 7 fuentes diferentes. “Mientras más fuentes te notifiquen un caso, de mayor calidad es el registro”.

Pérez, abogado de la defensa, le pregunta a la médica: “¿Puede ser que la UPAS de un barrio tenga más registro de casos que ustedes?”.

La médica responde: “UPAS, como hace un registro desde los ´80 a esta parte, va a tener 5 veces más. Y esto, teniendo en cuenta que incluyen gente de otros barrios cercanos. La mayoría de las personas de barrio Ituzaingó no tenían obra social y se atendían en hospitales públicos”, afirmó.

Para finalizar, el doctor Aráoz de la defensa, le dice que si puede resumir lo que vivió en el barrio; le pide que haga un relato de su experiencia concreta en el barrio y de la multifactoriedad que pudo estar presente allí.

La médica Nicolás dice: “Lo único que corroboramos fueron 5 casos de leucemia anteriores a nuestra llegada, dos linfomas eran del año 2000. Si uno tiene que ir a la multifactoriedad, cuando se empezó el relevamiento en el año 2002, se vio que no había agua corriente. La primera medida fue instalar el agua corriente en el barrio. En noviembre del 2006 se cambiaron los tanques de las casas porque había muchos en mal estado, sin tapa. Se hicieron muestras en el suelo. Había dos transformadores de corriente eléctrica, uno de ellos era el que generalmente tiraba aceite cada vez que se sobrecargaba. Da la casualidad que, en esa manzana, donde estaba ese transformador, se registraron los casos”.

El fiscal Novillo le informa  la testigo que hay un informe, que se hizo hace poco en el barrio, que detecta 61 casos. “Usted dice haber registrado 35 casos y este informe dice 61 casos”.

La testigo le dice al fiscal: “Si ustedes me brindan un listado, yo podría cruzar los datos con nuestra lista. Hay pacientes que quizás no tiene el cambio de domicilio hecho y por eso no están registrados”.

En ese momento, interviene el doctor Hairaberdian, abogado defensor de Alberto Gabrielli e inquiere al fiscal Novillo diciéndole en un tono alto de voz “¿Qué informe?, ¿Hecho por quién? Por un grupo de militantes está hecho ese informe”, concluye el abogado.

El fiscal Novillo le responde que se está refiriendo al informe del que estuvieron hablando todo el día de ayer -refiriéndose a la jornada del lunes 23-.

Novillo le pregunta a la testigo: “¿Qué tienen que ver los agroquímicos con estos casos?”; a lo que la testigo responde que no puede responder esa pregunta porque no es su ámbito. “Hay agroquímicos, pero ninguno comprobado”, sostiene la médica.

Entonces el abogado de la querella pregunta si van a ir al cuarto intermedio y si luego, él puede seguir haciéndole preguntas a la testigo, Hairaberdian interviene y dice: “Le pido al Tribunal que le pida al doctor Martínez que haga  las preguntas ahora porque va a ser aleccionado por un grupo de especialistas”.

El Presidente del Tribunal le pide al doctor Martínez que tenga en cuenta la advertencia y comienza el cuarto intermedio que durará alrededor de 10 minutos.

Al regresar del cuarto intermedio, el abogado de la querella continúa con sus preguntas. “El informe ¿es cuantitativo y cualitativo?”, pregunta, la testigo responde afirmativamente. Entonces Martínez dice: Nosotros tenemos 68 mil casos de cáncer en toda la provincia y 18 mil en la ciudad. ¿A qué se debe que en el interior haya un 200 % más de casos que en la ciudad? La testigo le explica que para ellos, los datos son cualitativos en relación a la calidad del dato.

Seguidamente, el abogado repregunta “¿porque tenemos más en el interior?” y Graciela Nicolás responde “en el interior tenemos muchos casos sólo certificados por casos de defunción. En el interior no tenemos datos concretos”.

Entonces interviene el Presidente del Tribunal y dice que quiere dar una opinión “Tenemos tres acusados por un determinado delito, pero esta otra investigación no es la nuestra, nos estamos yendo, vamos perdiendo el tema”.

Seguidamente ocurre un entrecruzamiento de palabras entre los abogados: Martínez dice que la declaración de la testigo es inverosímil, Pérez Moreno dice que no puede permitir que le diga eso porque está conviniendo a su testigo y Aráoz dice que la señora es una voz autorizada y que está aportando los datos oficiales de la provincia.

Finalmente, interviene el Presidente del Tribunal y repite que no tiene sentido la discusión “están perdiendo el norte” afirma y les dice que pueden acercarse ala Fiscalía del doctor Matheu y presentar estas pruebas que corresponden a otra causa.

No se realizan más preguntas y la testigo se retira.

Natalio Eduardo Pita
El tercer testigo de la Defensa fue el señor Natalio Eduardo Pita, vecino del Señor Parra y del señor Gabrielli. Antes de iniciar sus declaraciones afirma que conoce a ambos.

El abogado dela Defensa, Aráoz, le pide la palabra al Presidente del Tribunal y dice: “le pido que al querellante no hable con los testigos que vienen acá a dar su testimonio de libre voluntad, ni antes ni después de la declaración, que no vaya a apretar”. “¿Apretar?” pregunta el Presidente, “bueno queda hecha la advertencia” concluye.

Respondiendo a las preguntas de la defensa, el señor Pita dice que es comerciante y tiene una carnicería en la ruta de Capilla de los Remedios. Aráoz le pide si puede señalar en el mapa que tienen del barrio dónde tiene su comercio y el seor lo señala. Además afirma que vive en barrio Ituzaingó hace aproximadamente 20 años.

“Tengo tres matrimonios. Un hijo del primer matrimonio, nacido y criado en el barrio. Dos hijas más con otro casamiento. Y una tercera. Y ocho nietos. El estado de salud de mi familia es normal, un resfrío, la garganta, nada más”, cuenta.

Aráoz le pregunta: Ha visto algún día que se fumigue en forma aérea ese campo?”, “No, para nada”, contesta el testigo. El abogado defensor de Parra repregunta “¿No vio avionetas fumigando de noche?” y el señor Pita vuelve a responder “no he visto nunca una avioneta fumigando de noche, y ahí hay cables de alta tensión y no se puede fumigar. ¿Cómo pueden fumigar de noche? Cruzaría por el campo mío y el de Parra”.

Seguidamente, Aráoz le pregunta por un hijo que perdió su actual pareja y él cuenta que fue antes de conocerlo a él pero que el niño había muerto a causa de una diabetes que sufre la mujer. Continuando con el relato, dijo que una vez se había acercado la señora Gatica para preguntarle si querían agregar al niño a una lista que estaba confeccionando con los datos de los niños nacidos sin vida. Según palabras del testigo, su pareja se negó ya que la causa de la muerte del niño no estaba relacionada a los problemas del barrio.

Luego, Aráoz le consutó a cerca de un allanamiento que habría ocurrido en la casa del señor Pita y el dijo: Ya hace bastante, fueron 3 vehículos con doctores y policías y dijeron venimos a hacer un allanamiento. Fueron sacaron yuyos, sacaron tierra, se fueron y nunca supe más nada. Agua no sacaron. Sacaban con una palita, lo ponían en una bolsa de nylon y la cerraban. Habrán sido 6, 7 personas”.

El doctor Pérez Moreno le pregunta al testigo si sabe por qué había sido el allanamiento y él dijo que era por el tema de las fumigaciones, “ellos creían que todo ese sembrado, todo ese campo era mío” concluyó.

Marcelo Juan Bollati
El cuarto testigo fue el ingeniero agrónomo Marcelo Bollati quien fuera asesor fitosanitario de Parra en relación al control de malezas y de enfermedades de hongos y plagas.

El testigo, además fue empledo de una empresa que producía plaguicidas y uno de los redactores de la Ley de Residuos peligrosos. Desde su postura, la utilización de sustancias como el glifosato no es tóxico y es de venta libre.

Además, según explicó fue el quien le realizó al productor la receta fitosanitaria en donde se especifica los plaguicidas que se utilizarán en la cosecha. También explicó que las aplicaciones de los mismos debe ser controlada para verificar su eficacia y que, en caso de no lograr los resultados esperados, se debe volver a aplicar.

En un momento, el Presidente del Tribunal interviene y le consulta si no es incompatible que hayan sido quienes producen los plaguicidas los encargados de redactar la Ley de Residuos Peligrosos, el testigo responde que no.

Luego, continuó su testimonio, fue central la afirmación de que hubieron reuniones de capacitación con técnicos de la municipalidad y el conocimiento publico de la prohibición de la ordenanza.

Recuerda reuniones con Raul Gimenez y Diana Raab para buscarle una solución a los barrios que habían quedado dentro de la prohibición de plaguicidas. “Había que ver que solución para buscar algún producto inocuo o que pueda utilizarse” precisa y ejemplifica con el Bipel Vasilus que se consigue en el mercado. Bocilus Turigensis es un microorganismo. No recuerda si se habló de ese producto especifico pero si de productos alternativos.

También se constató que la receta de glifosato fue realizada dos años después de estar prohibido. Ante las preguntas de la Fiscalia asintió que a veces vio a Parra y a otros empleados de el allí manejando el mosquito; declaración que Novillo solicitó contar en actas.

Seguidamente, sobre la actividad aérea, afirmó que “En un campo como el de Parra un avión aplicador tiene que hacer entre 8 y 10 pasadas”. El avión carga va al campo pulveriza y si tiene que volver a cargar vuelve a la pista.

El doctor Araoz hace referencia al estudio presentado ayer sobre los efectos de la deriva. Este responde que “el productor busca mas eficiencia de que el producto quede arriba de su plaga, de su maleza. A la deriva le decimos lo que sale fuera de mi campo, lo que se va por viento”. En la receta que presento aclara que la deriva en el campo de Parra no debe dar más de 2 metros.

Incluso precisa que hicieron un estudio para mostrar en las tarjetas los resultados en el dia mismo que hicimos la aplicación.

Los dos últimos testigos de la tarde fueron citados por la Defensa. Un informe rebatido de la Asesora Comunitaria y el libro de vuelos del piloto empleado de Pancello fueron parte de las pruebas añadidas. Peralta Maya, empleado de Pancello testificó que comandaba desde el 2000 hasta el 2007 la avioneta amarilla de patente AXL, avistada y denunciada por los vecinos del barrio. Desde la Fiscalía requirieron entonces el testimonio de Carlos Oscar Minuzzi quien registra la matricula del avión -y que fue mencionado por Gatica y el comisionado Pablo Paiva- como parte de las presencias reservadas para la última jornada.

También ante el pedido de la Defensa, se decidirá qué prueba documental se puede receptar que sea pertinente a la causa.

El 31 de julio últimos testimonios. 7 de agosto los alegatos.

Quinta Capillita, desechos y fumigaciones
Avanzada la tarde presta declaración Beatriz Araya, habitante de Quinta Capillita, un asentamiento a 600 metros de Barrio Ituzaingó Anexo, sobre la Ruta Capilla de los Remedios. Su casa queda al frente del campo de Parra. Esta mujer, convocada por la defensa, es ama de casa y Asistente Comunitaria.

Durante su formación como Asistente Comunitaria, junto con el Sanatorio Francés, realizó dos relevamientos como trabajos prácticos. Estos serían sobre la salud en el lugar, aunque incluirían datos sobre la ocupación del lugar (alquiler, propietario, etc). Un relevamiento se hizo en el 2010 y otro en el 2012 (el cual está hecho en lápiz). Tras las preguntas del doctor Araoz, se explaya sobre el primer trabajo presentado. Relata que en diez años sólo se registraron tres casos de cáncer, algunos de diabetes y que la preocupación principal en el barrio eran los canales industriales provenientes de la empresa Fiat.

El Presidente del Tribunal toma el documento y luego de revisarlo puntualiza que el estudio estaba centrado en mujeres y condiciones de maternidad y ginecología. También se detiene a observarle que respondieron 77 personas a la encuesta, no los 400 que señaló la testigo.

Seguidamente, el Juez lee que en las preocupaciones ambientales un 64 % de los habitantes señaló el canal industrial, seguido por un treinta y pico por ciento las fumigaciones. Ante este dato, la testigo se excusó alegando que eso se debió a las preguntas directas de los médicos. El Presidente le observó que respondió en forma incompleta con el caso contaminación y que el relevamiento es solo de mujeres. Seguidamente, el doctor Araoz defensor de Parra procedió preguntarle a la mujer sobre la salud de su familia, de sus perros y sus plantas a los que respondió en cada oportunidad estar bien. Recordó que solo una vez acudieron a su casa a allanarla, hace cuatro años atrás, tomaron muestras de agua y de tierra, aunque nunca les dieron los resultados. La señora afirmó no haber visto nunca máquinas fumigando en los campos vecinos (ni por tierra, ni por aire). Asegura haber visto la máquina mosquito entrar y salir del campo, como si únicamente la guardaran allí. “Yo veía que entraba y salía un mosquito del galpón pero a mí me daba la impresión que iban a guardarlo, no sé si era de él…” dijo que no veía quién lo manejaba porque “no prestaba atención a eso”. Tampoco dijo ver que se fumigaba en el campo de Gabrielli.

Hacia el final de la jornada declara Peralta Maya, piloto empleado de Pancello en su empresa AFUCOR (Aéreo Fumigaciones Córdoba) por quince años. Explica los procedimientos para aceptar y hacer una fumigación: luego de que se solicita un servicio “Vemos dónde hay que hacerlo, si está cerca de una población o no, se ve el dibujo del plano del lote para ver cómo es. Si está todo como debe ser, se hace. Se ven los productos, se ve la habilitación de los productos y después se realiza una orden del trabajo: uno como cabeza de servicio y otro el cliente (o muchas veces el ingeniero agrónomo)”, explica en medio de una detallada alocución. Añade que no se vuela de noche, ya que es imposible ver y que para hacer un vuelo se consultan las condiciones meteorológicas y de seguridad.

“Cuando ingresé éramos tres pilotos, Pancello, otro piloto y yo. Cada campaña, cada piloto tiene su avión. Peralta dice que su avión es PA 18 y después pase a una Pauny 235, LV AXL, del 99-2000 hasta 2006-2007 que era amarillo con una franja azul al medio de los laterales” explica. En ese instante el testigo dio el mismo número de patente y forma que Sofia Gatica había declarado en el segundo día de audiencias.

Seguidamente, y ante un minucioso interrogatorio del abogado defensor de Pancello, relata los procedimientos de contratación y aplicación. Detalla que cada fumigación se asienta en un registro escrito por los empleados. Dicho registro está a disposición como prueba, por lo que se lo consulta. El registro consta de información sobre: el contratante, fecha de contratación y realización, conductor, patente, tipo de veneno y cantidad.

Después de precisar zonas de vuelo, altura y mecanismos, Pérez Moreno -abogado defensor- pidió ahondar sobre las constancias de la orden del trabajo. Además en la empresa tienen un registro diario sobre esos vuelos. “porque si no registro el vuelo no lo cobro”.

Aclara que tienen una pista alternativa en Montecristo donde permaneció el avión hasta el 2006 y 2007. Sobre Montecristo aclara que “ahí tenemos un angar y un departamento donde me alojo yo, vivo ahí en la campaña. Es propiedad de un cliente nuestro, Horacio Gazzoni” (haciendo referencia al actual intendente de esa localidad).

“Pancello desde 2002 hasta fines de 2007 manejaba esa avioneta y después se va a Corralito”, afirma Pérez Moreno marcando el libro y solicita que se tome como muestra la copia del pago original del 1 de febrero de 2008 y los libros registrados en la empresa de esa fecha.

Dentro de la presentación de pruebas de registro, el abogado defensor se acercó al estrado y presentó un libro de vuelos la empresa AFUCOR, un recibo y una orden de trabajo. Explica allí que toda la estrategia defensiva está en la presentación de estos trabajos que están documentados y firmados.

Seguidamente, otra vez en el interrogatorio, el piloto hace referencia a dos denuncias previas: “una para el ingeniero Freyer le hice un vuelo el día 2 de marzo de 2004 por la fumigación pegado a la autopista Córdoba Pilar, está muy cerca de Capilla de los Remedios; y el otro de los inconvenientes fue uno cerca de la ruta 5, al lado del peaje, antes del hotel de alojamiento Secretos, en Bº los Cedros, nunca pudimos hacer completo ese trabajo por las distancias que marcan la ley”.

Niega que existan vuelos que no estén anotados en ese libro de registros. Aclara también que cada dos años se reparan los aviones, es un control que se hace sí o sí en esa línea de aviones por fatiga de material.

Cuando Novillo le pregunta por el avión después del 2007, el testigo responde que estuvo frenado hasta mediados del 2008 y que para esa campaña trabajaban solo él y Pancello. Aclara también que en febrero de 2008 no era volado por la empresa, solo por un caso eventual.

A continuación, la doctora Cordi pregunta por empresas aeroaplicadoras “de un tal Villella”. Responde negativamente y antes de retirarse se sienta en la sala junto a los familiares de los imputados.

Al final de la jornada y ante el pedido de la fiscalía se incorporan tres nuevos testimonios y se evaluarán las pruebas requeridas por el fiscal. El 31 de julio se receptarán los últimos testimonios, y el 7 de agosto, los alegatos.

Fuentes:
Crónicas desde la audiencia /// Día 13: declaran los testigos de la defensa (I), 25/07/12, Juicio a la Fumigación. Consultado 26/07/12.
Crónicas desde la audiencia/// Día 13: otra vez la placa de la avioneta y se piden nuevos testimonios (II), 25/07/12, Juicio a la Fumigación. Consultado 26/07/12.

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