viernes, 11 de abril de 2025

Accidente nuclear poco conocido

En la madrugada del 24 de enero de 1978, una bola de fuego pasó por encima del noroeste de Canadá, tras iluminar el cielo, la bola se dividió en pedazos. La caída del satélite militar soviético Cosmos-954 con un reactor nuclear a bordo, estuvo a poco de causar una catástrofe. Afortunadamente, no se produjo explosión nuclear y el reactor se destruyó en la atmósfera.

Por Juan Vernieri

El satélite había sido lanzado desde Baikonur el 18 de septiembre de 1977 con el objetivo de realizar el reconocimiento de naves de Estados Unidos y de la OTAN.

Formaba parte del programa RORSAT de la Unión Soviética, consistente una serie de satélites de reconocimiento que debían vigilar el tráfico oceánico, incluyendo buques de superficie y submarinos nucleares, empleando para ello un radar activo.

Estaba alimentado con un convertidor termoiónico que funcionaba gracias a un reactor nuclear con unos 50 kilogramos de uranio-235.

El Cosmos 954 estaba pensado para una larga duración. Sin embargo, tras 43 días de actividad, en diciembre de 1977 comenzó a desviarse de su órbita habitual, con trayectorias cada vez más erráticas, maniobras incomprensibles en órbita, después se perdió la comunicación y el control del aparato.

A mediados de diciembre, el Mando Norteamericano de Defensa Aérea (NORAD), se percató de sus maniobras erráticas y de los cambios repentinos en la altitud de su órbita en más de 50 kilómetros.

Dentro de reuniones secretas, la Unión Soviética reconoció a Estados Unidos que había perdido el control del satélite y que el dispositivo para situar la sección del reactor nuclear a una órbita segura había fallado.

Posiblemente, el accidente fue causado por un roce con desechos espaciales, lo que hizo que la nave se despresurizara y cambiara su trayectoria, reentrando en la atmósfera finalmente.

El incidente impidió que el reactor nuclear que llevaba el satélite se separase del resto de la nave, lo que provocó que, con la reentrada en la atmósfera se esparciesen residuos nucleares radiactivos por una amplia superficie, lo que obligó a desplegar una importante misión de limpieza y descontaminación.

En un principio la Unión Soviética anunció que el satélite se había desintegrado completamente durante la reentrada atmosférica, pero al poco se localizaron restos del satélite esparcidos a lo largo de 600 kilómetros de territorio canadiense, en un área situada aproximadamente entre el Gran Lago de los Esclavos y el lago Baker, afectando a sectores de los Territorios del Noroeste y a las provincias de Nunavut, Alberta y Saskatchewan.

Los canadienses buscaron los restos del satélite junto con los estadounidenses y rechazaron la ayuda de los especialistas soviéticos. Acabaron encontrando fragmentos en el Gran Lago de los Esclavos y cerca de Uranium City.

En total hallaron 12 grandes piezas del satélite, diez de ellas radioactivas. Uno de estos restos tenía una dosis de radiación peligrosa.

Las autoridades canadienses calcularon que los daños causados por la caída del satélite fueron de unos 6 millones de dólares. Tras numerosas negociaciones, la Unión Soviética aceptó pagar la mitad de esta cantidad.

El desarrollo de la energía nuclear ha puesto al mundo al borde de catástrofes.

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