Nació
en Villa María, el 25 de junio de 1974. Docente. Casado, dos hijas.
Inició sus primeros pasos con José Luis Hernández en Funeca. Es
uno de los fundadores de EcoSitio, organización no gubernamental
creada en el año 2004 para trabajar en defensa del ambiente. Participa
en diversas organizaciones, es profesor de la Universidad Nacional de
Villa María en la carrera Licenciatura de Ambiente y Energías
Renovables y uno de los coordinadores del Observatorio Regional del
Cambio Climático.
por
Nancy Musa
“Produce
una inmensa tristeza pensar que la Naturaleza habla mientras el
género humano no la escucha.” Víctor Hugo.
Desde
su época adolescente le presta atención a la voz de la Naturaleza.
El “Tuni” como le llaman algunos amigos, pone todo de sí para
intentar cambiar algo, por mínimo que sea, de una realidad que lo
entristece y lo enoja al mismo tiempo.
El
cambio climático y sus consecuencias para el futuro del Planeta y de
la Humanidad ocupan un lugar privilegiado en su agenda y en sus
investigaciones.
Es
uno de los referentes ambientalistas de la provincia, un estudioso
que está a punto de terminar la tesis para su Doctorado.
Un
tipo que no anda con medias tintas y que nos advierte los peligros de
no asumir responsabilidades con respecto al cuidado de nuestro
hábitat. “Si no se toman acciones, vamos a un escenario
apocalíptico”, afirma.
-
¿Hubo avances, en los últimos años, en materia de concientización
sobre la importancia del cuidado del medio ambiente?
-
Sí, creo que hay más conciencia sobre la necesidad de cuidar el
ambiente. Lo que hago es una crítica a la educación ambiental, en
el sentido que no podemos poner únicamente las fichas ahí. Desde
que comencé a dedicarme a las cuestiones ambientales, vengo
escuchando que la realidad va a cambiar en un futuro, porque las
generaciones venideras tienen más conciencia.
Es
un discurso común que vengo escuchando desde los 17 años, la
realidad es totalmente otra y los parámetros no solo que no han
mejorado sino han empeorado drásticamente.
-
¿Por qué han empeorado?
-
Porque los que tienen niveles de decisión, tanto a nivel nacional
como internacional, no están interesados en la cuestión ambiental.
Entonces, por más que tengamos una población consciente, de algunas
problemáticas, ocurre que en los niveles de poder no son tenidos en
cuenta.
Y
lo otro, es que los educadores a lo largo de todos estos años hemos
ido haciendo hincapié de acuerdo a cada nivel que abordemos en
algunas cuestiones puntuales, a veces hasta erradas como el tema de
las pilas, la recolección de pilas, que recién en este momento está
siendo abordada, pero no se le enseña al ciudadano a hacer valer sus
derechos en cuanto al cuidado del ambiente.
No
se fomenta una visión crítica. Los ciudadanos tenemos el derecho y
el deber de exigirle a nuestros gobernantes que realicen acciones
hacia el medio ambiente o por lo menos que no profundicen la crisis
ambiental en la cual estamos inmersos.
Esa
parte no está siendo abordada en la educación.
-
Con respecto a las políticas ambientales ¿se está haciendo algo
para evitar la crisis?
-
Hoy, a nivel internacional estamos en un momento extremadamente
crítico. Dos de las aristas más importantes es el cambio climático
y la pérdida de la biodiversidad. Sinceramente, estamos en una etapa
en la cual o los gobiernos toman acciones reales o la Humanidad va
camino hacia un escenario apocalíptico.
En
el año 2015 se firmó el acuerdo de París, con el tema cambio
climático, en el cual los países se comprometieron a realizar
determinadas acciones.
El
primer punto es que apenas un tercio de los países van a poder
cumplir esos acuerdos, pero el segundo punto muy importante es que
los científicos están diciendo que eso no alcanza.
-
¿Qué más se hace necesario?
-
Esta semana, la ONU dijo que deberíamos no solo profundizar eso,
sino triplicar los esfuerzos para no aumentar más de dos grados
centígrados a nivel internacional, lo que provocaría un cambio
irreversible y un sufrimiento a determinadas poblaciones a nivel
global.
En
todo este contexto, tenemos a Estados Unidos que es negacionista,
sumado a todo el bloque petrolero, sumado ahora a Brasil.
-
Con la presidencia de Bolsonaro...
-
Sí, con Bolsonaro. La puja Estados Unidos-China tanto en lo
comercial como en lo ambiental juega un rol preponderante.
Tengamos
en cuenta que, entre Estados Unidos, China y la Unión Europea
totalizan el 55 % de las emisiones a nivel global.
Ocurre
que la pelea geopolítica, hace una década, está puesta entre
Estados Unidos y China, ahora más acentuada por el tipo de liderazgo
político que lleva adelante Donald Trump.
-
¿Cuál es la visión de Estados Unidos?
-
Netamente productivista, ellos no van a achicar su economía por el
resto. China a su vez, ha hecho un esfuerzo, se ha transformado en
líder en energías renovables, pero lógicamente cuando uno divide
la cantidad de contaminantes que emana un país por habitante,
Estados Unidos pica en punta lejos.
Ahí
está la disyuntiva, entre esos dos grandes países, la puja por
quién asume el costo.
En
esa puja política, ahora entra Bolsonaro, encolumnado con Estados
Unidos y con el desastre que ha provocado en el Amazonas.
Un
desastre que puede cambiar los patrones climáticos a nivel regional
e incluso a nivel internacional.
-
¿En esa puja quiénes terminan sufriendo el impacto?
-
Los que más sufren, son los países pobres. ¿Es afectado Estados
Unidos?, sí también es afectado, la cantidad de huracanes se ve
potenciada por el cambio climático. Pero, los que más van a sufrir
son los países pobres.
Desde
hace un par de años, es más la gente que se desplaza por problemas
ambientales que por los conflictos bélicos. Para que nos demos una
idea.
Se
estima que para el año 2040, va haber 700 millones de migrantes
ambientales. Eso va a provocar un desbalance poblacional migratorio
brutal.
-
¿Cuáles son los países con mayores riesgos frente a esta
situación?
-
Los países con mayores riesgos están en todo lo que es el Caribe,
en la parte de Oceanía hay países sobre el nivel del mar y de hecho
van a desaparecer. Está establecido que un centímetro que aumente
el mar, desaparece la isla.
De
hecho, hay estados en Oceanía que han comprado tierras en Nueva
Zelanda para migrar su población. Eso es un hecho real.
-
En ese escenario que planteás, ¿qué rol jugamos en nuestro país?
-
Nuestro país emite aproximadamente el 0,5 % de las emisiones
globales, a nivel internacional no incide.
El
problema principal de nuestro país no son las emisiones, sino la
captura de carbono.
Por
un lado, tenemos lo que nosotros emitimos industrialmente y con la
ganadería. Pero, por otro lado, están los sistemas de captura.
¿Cómo capturamos?
Con
bosques, Argentina tiene un problema de desmonte, desde el año 2000,
con la industrialización de la agricultura, que no se ha acabado.
No
lo frenó el anterior gobierno y mucho menos lo frenó este.
-
¿Cuántas hectáreas de bosque se pierden?
-
Actualmente se pierden 200 mil hectáreas de bosques por año en el
gran Chaco.
Casi
todo el desmonte, está concentrado en el norte, sumado que las
variantes de cultivos transgénicos posibilitan la siembra,
prácticamente, en cualquier terreno.
La
realidad es que la agricultura transgénica ha hecho que desaparezcan
los montes, que se violen derechos a comunidades originarias, se
pierda biodiversidad.
Y
ese es el principal problema que tenemos hoy en día, con respecto al
cambio climático.
Si
bien se ha acentuado en este gobierno, el hecho de mayor incidencia
en la matriz de las energías renovables, eso hay que reconocerlo,
también se han potenciado otras actividades como son la agricultura
y como es el fracking de Vaca Muerta.
Viene
del otro gobierno, también. Argentina apostó tibiamente a las
energías renovables, pero impulso nuevas modalidades de explotación
de los recursos naturales que van en contra con las políticas
ambientales.
-
¿Qué incidencia tiene la explotación de la minería en nuestro
país?
-
La minería es otro de los puntos claves de la política ambiental.
Nosotros estamos sacando los minerales para que se vayan a otro país.
Juega un rol importante a nivel regional, en muchas provincias, y
también se establecen zonas de sacrificio a costa de ganar
dividendos.
Tenemos
el caso emblemático de la Barrick en San Juan, que ha contaminado
los recursos hídricos de Jachal. Hoy, hay metales pesados en el agua
de Jachal. Hay poblaciones que son literalmente sacrificadas.
Hoy
está en boga la minería de litio, fuertemente cuestionada, porque
violan los derechos de las comunidades indígenas.
En
toda la cordillera tenemos explotaciones mineras, donde son sumamente
frágiles los recursos hídricos. Hay una Ley de Glaciares, que está
vigente, que va en contra de muchas explotaciones mineras y que el
gobierno actual no ha puesto freno. Todo lo contrario.
-
¿Cuáles son los principales recursos que tenemos?
-
La Argentina tiene recursos naturales vastos. Muy vastos. Te voy
hacer una comparación. Hay países de Arabia Saudita que
necesitarían catorce planetas Tierra para compensar lo que ellos
consumen. Lógicamente, si ellos no pueden producir eso, lo extraen
de otro lugar del mundo. Estamos hablando de un nivel obsceno de
consumo. Por ejemplo, estamos hablando de tener en el medio del
desierto una pista de ski con nieve de los Alpes, literalmente. O,
por ejemplo, que en Japón se cotice el primer atún rojo a 150 mil
dólares.
Argentina,
si cerráramos el planeta Tierra como si fuese Argentina, tiene nueve
planetas a favor para su población. O sea, tiene una muy vasta
cantidad de recursos, el problema es cómo está visto ese recurso.
-
Y las consecuencias de su uso.
-
Tenemos un suelo que está en franca degradación, producto de la
agricultura industrial, tenemos recursos minerales, tenemos
muchísimos recursos, pero hay que ver cómo los usamos.
Yo
no digo que hay que prohibir la minería, pero cuando hablamos del
oro y la plata. El 99 % del oro se destina para hacer lingotes de oro
para las grandes potencias.
El
uso de los recursos debe hacerse bajo determinados parámetros.
Hoy,
tenemos cuencas hídricas repletas de agroquímicos. Los peces del
Paraná están llenos de agroquímicos. Las verduras tienen
agroquímicos, los tampones tienen agroquímicos.
Hoy
cualquier persona que se haga análisis, tiene agroquímicos en
sangre.
-
¿El río Ctalamuchita?
-
Desconozco si tiene problemas de contaminación química, sí es
sabido que tiene problemas de contaminación biológica, producto de
las descargas de algunos afluentes cloacales.
Por
el río pasan industrias pesadas, también, pero tiene un nivel de
dilución bastante alto, porque es el río más caudaloso de la
provincia.
Ahora
bien, con vista al futuro de la ciudad, el recurso más preciado que
hay que controlar exhaustivamente y proyectar son los recursos
hídricos tanto las napas como el río.
El
río no solo como recurso hídrico, sino de esparcimiento. Porque es
una cuestión cultural, imaginarse a Villa María sin el río es
impensado.
Tenemos
que cuidar esos recursos. Gracias a la acción política en la ciudad
y al legislador José Escamilla tiene que darse los laureles a una
organización que se llama “El monte nativo vuelve”.
Son
un grupo de chicos que vienen trabajando con el reducto de El
Algarrobal, hay que conservar esos pequeños espacios y luego
comenzar a pensar todo lo que es hacia dónde va a crecer la ciudad.
Afortunadamente,
hay una política de estrategia de crecimiento de la ciudad, se ha
consolidado el Parque Industrial que es muy importante. Pero, a
futuro el punto más crucial es el cuidado de los recursos hídricos.
-
¿Te sorprendiste cuando viste el decreto nacional para importar
basura de Estados Unidos?
-
No, no me sorprendió para nada. Porque, el gobierno nacional viene
con un discurso de lo que se denomina la economía circular, en el
cual el concepto fundamental es que muchos residuos pueden ser
reutilizados, bajo determinados parámetros, para otras industrias.
Eso
es fantástico, conceptualmente, pero a nivel nacional creo que
tenemos que resolver primero el mercado interno. Y después, comenzar
a importar si la industrialización de esos compuestos fuera viable.
Esto
también, abre la puerta a una cuestión controversial que son los
residuos nucleares. En el año 2000, ya hubo un intento por parte del
gobierno de la Alianza de importar insumos nucleares, que en realidad
no era otra cosa que basura nuclear.
Que
iban a ser procesados acá, pero que no deja de ser basura nuclear
con todo el riesgo que eso implica.
-
Eso requiere controles muy estrictos ¿los tenemos?
-
Si hoy en día, no podemos controlar las industrias a nivel nacional,
si no podemos fiscalizar las industrias del riachuelo, imaginemos
cientos de contenedores llenos de basura.
Y
este es un problema que han tenido algunos países que han tomado esa
decisión. Los casos emblemáticos son los países de Africa, que
reciben los residuos electrónicos del primer mundo. Y pueden ver en
Google, si quieren, el desastre que es eso.
Con
el agravante que el decreto de Macri no exige que tengan un
certificado de origen de calidad. Con la excusa que se va a realizar
desde acá. Es extremadamente difícil.
Ahora,
Argentina está trabajando sobre sus residuos, pésimamente, pero hay
cooperativas de cartoneros, hay gente recuperadora que hace lo que
puede.
Pero
cuando la política va por lo fácil que es importar, y no accionar
internamente dentro del país estamos en un grave problema.
Acá
lo que se tendría que haber hecho, es profundizar el trabajo en el
territorio, darle condiciones dignas de trabajo a los recuperadores,
cartoneros, y no intentar para abastecer a las industrias,
importarlo.
-
¿Existe en Argentina una planta modelo de tratamiento de residuos?
-
Mirá, tenemos una experiencia muy buena en la provincia de Córdoba
y es Justiniano Posse.
Justiniano
Posse tiene un recupero de los residuos y una separación in situ del
70 % de la población. Muy bueno, con lo cual asegura un buen
pretratamiento, preciclado se llama, porque no es tratamiento.
Mientras
más grande es la localidad, más complejo es. Pero, pasa por una
decisión política, nosotros desde EcoSitio siempre bregamos por la
separación y el preciclado, pero decimos que requiere de una campaña
a largo plazo y de continuidad.
No
podemos largar una campaña que se agote a los tres meses. Y sobre
todo debe tener una visión a muy largo plazo, a diez, veinte años.
Y los tiempos políticos son otros.
-
¿Qué cosas despertaron tu interés por el medio ambiente, siendo un
adolescente?
-
El primer registro que yo tengo es del año 1990. En ese momento, no
había mucha difusión de las temáticas ambientales, era otro mundo.
Y el primer registro de preocupación fue por un circo. Frente al
Belgrano, donde yo cursaba el secundario, había un baldío. En ese
predio se establecían los circos, lo lindo uno lo veía desde el
bulevar Sarmiento. Nosotros en el colegio, veíamos la parte trasera.
En
ese momento, era muy normal que los circos tuvieran animales. Y ahí
surgieron mis primeras inquietudes, me preguntaba por qué un oso, un
león, estaba encerrado en una jaula.
-
¿Y así empezaste a investigar?
-
Sí, fui estudiando con libros y me sumé a José Luis Hernández en
la Fundación por la Educación y la Conciencia Ambiental (Funeca).
Y
como fui siempre bastante activo, fui ayudándolo, en ese momento
estuvimos trabajando con el tema de los circos, con los residuos
nucleares, trabajamos en lo que era la caza de la liebre.
Creo
que ese fue un logro de José Luis, a raíz de que presentábamos una
veda de la caza, se terminó haciendo lo que hoy en día es una veda
automática en determinados períodos.
Y
eran momentos muy locos, porque era todo por carta, la máxima
tecnología era un teléfono (risas).
Eran
cuestiones muy locas, era enviar cartas a todos los intendentes con
un formulario de adhesión que ellos lo mandaran, ir a la Secretaría
de Ambiente presentar pedidos, hacer el seguimiento. Eran momentos
muy distintos, hoy la velocidad de la comunicación es tal que te
permite accionar de manera instantánea ante un problema.
-
¿En tu niñez eras travieso?
-
No, en realidad mi infancia no fue de lo más lindo, por decirlo así.
Soy hijo único, de padres mayores que tenían problemas
alcohólicos. Los dos, principalmente mi padre, pero mi madre también
tenía problemas.
Había
algo de violencia, no tanto física, sino psicológica. Yo no sé si
es un recurso interno mío, pero me acuerdo muy poco de mi infancia.
Sí,
recuerdo que siempre estaba enfermo, deben haber sido porcuestiones
psicosomáticas.
Siempre
me gustó estudiar, eso sí, fui buen estudiante. La primaria la hice
en el Ameghino.
-
¿En qué barrio vivías?
-
Siempre viví en el Lamadrid, desde que nací. Y vivo en el mismo
lugar. Nunca me mudé.
-
¿Tus padres están vivos?
No,
ninguno de los dos. A mí lo que más me marcó en mi infancia, fue
el tema de la violencia y el alcoholismo en mi casa. Mi padre hacía
changas, mi madre era maestra y tuvimos períodos muy duros, de
pobreza literal.
Afortunadamente,
pude tener una buena educación y eso le rescato a mis padres, pero
otras personas que vivieron este tipo de situación tal vez no
tuvieron las mismas oportunidades de educarse.
Hay
que cambiar ese mensaje de la meritocracia, el que dice que si vos no
accedés a algo es porque no querés.
Es
mentira. Hay excepciones, pero la normalidad es que, si no se le
brinda a la población los aspectos mínimos, la garantía de
educación o nutrición, no puede llegar a ningún lado.
-
Da la sensación que actualmente hay menos oportunidades para los
niños que están en la pobreza...
-
Sí, en ese sentido creo que se va acentuando y en Argentina todavía
existe una clase media, en otros países esas variables demográficas
no existen.
Pero
creo que hay asentamiento del neoliberalismo que lo que realiza
básicamente es un achatamiento de esa pirámide con una
concentración excesivamente alta de recursos en pocas manos. Y esto
no lo dice Tuninetti, esto lo está diciendo la Asociación de
Marketing Argentino, una entidad neoliberal.
El
neoliberalismo concentra en menos manos, más recursos.
-
Parte de la dirigencia que gobierna niega la existencia del hambre, o
la relativiza ¿qué opinión te merece?
-
Creo que o son hipócritas o no sé que calificación dar. Es
indudable que hay hambre, en algunos contextos ni siquiera nos
podemos imaginar lo que es. Porque las realidades son distintas,
nosotros no tenemos ni la más remota idea de lo que vive una familia
en el conurbano bonaerense.
Pero,
ni nos acercamos en imaginarnos. Mucho menos algunos dirigentes que
han crecido en determinados círculos, en los cuales no se ve la
pobreza.
A
mí me parecería un ejercicio interesante que todos los políticos
vivieran un año en una villa. Con los recursos de una villa. Y estoy
diciendo un año para que tengan la experiencia y sufrir lo que sufre
la gente. Es indudable que en Argentina hay hambre y es una locura
que exista. Una locura.
-
¿Por qué pensás que teniendo el país que tenemos no podemos
solucionar el tema de la pobreza? Damos dos pasos para adelante y
cinco para atrás.
-
Si tuviera la respuesta, sería un genio. Como no me dedico a
estudiar ese tema, debo ser cauto. Desde el conocimiento popular,
creo que hay históricamente una clase que se lleva la mayor torta y
que ha sido beneficiada desde el comienzo de la República Argentina.
Hablando
desde el índice de Gini, los gobiernos de carácter neoliberal van a
profundizar esto. Los índices de distribución de los recursos, con
el índice de Gini que es un parámetro internacional, solamente han
sido mejorados en el período del llamado populismo, está bien que
entraron muchos recursos, pero las políticas iban encaminadas hacia
eso.
Podemos
estar o no de acuerdo, en la forma que se hizo durante el gobierno
anterior, pero es una realidad que los recursos estaban mejor
distribuidos que en la actualidad.
Donde
había acceso a derechos en determinados sectores de la población
que hoy es impensado.
-
¿Qué análisis hacés de la situación económica actual?
-
Seguimos en la misma línea, sumado a que el neoliberalismo de este
gobierno ha destruido la industria nacional, lo dice el mismo INDEC,
donde cierra una Pyme cada media hora. Estamos hablando de una
industria, que baja la persiana cada media hora.
Y
ha jugado fuertemente a lo que es la bicicleta financiera, lo cual
fue prácticamente el único sector beneficiado en este período.
Los
bancos chochos, y el que puede tener acceso para jugar a esa
bicicleta fantástico. Ahora, si con el cepo que pusieron limitando
la compra de dólares no afecta al 95 % de la población, ¿por qué
no lo hicieron antes?
Ese
5 % que ahora afectó, es el que estuvo jugándonos en contra durante
estos cuatro años. O sea, hubo un 5 % de la población que jugó a
la bicicleta financiera e hizo, apoyado por la política económica,
que hoy estemos en una situación similar a la de 2001.
-
¿Estamos como en 2001?
-
La única diferencia que hay con 2001 es que no se les ocurrió tocar
los ahorros de la población, todavía.
Pero
hay muchos parámetros similares a 2001. Salió un informe hace
poquito, la baja en la venta de medicamentos, la relación dólar con
el sueldo mínimo, estamos en 2001.
El
95 % de la población retrocedió 18 años.
-
¿Cómo marcha el Observatorio climático?
-
Excelente. El Observatorio surge de la inquietud, hace un año, entre
un extesista de grado mío, cuando abordamos la temática climática
de la zona y una inquietud personal, ya que me preocupaba la
geopolítica climática.
Se
nos ocurrió la idea del Observatorio, con el hoy en día ingeniero
agrónomo y profesor de la universidad, con una dinámica distinta de
investigación y extensión a la que veníamos habituados.
Se
aprueba en marzo y en seis meses hemos avanzado a niveles que no
pensaba.
-
¿Se han ido consolidando?
-
Tenemos un grupo consolidado de profesores de matemática y
estadísticas que van a empezar a trabajar el año que viene en los
análisis de datos climáticos duros junto con Fernando Forgioni, que
somos los dos coordinadores.
El
observatorio está integrado por personas de los tres institutos de
la universidad, hemos consolidado un grupo de educación ambiental y
un grupo de estadística.
Estamos
empezando a hablar de la biodiversidad, posiblemente trabajando con
el profesorado de Biología del Instituto Rivadavia.
Por
el momento, estamos relevando los datos y estimamos que en dos años
podemos tener una base de datos climáticos de la ciudad históricos,
y otra regional.
Una
cosa importante es trabajar regionalmente, porque los estudios a
nivel regional son muy escasos.
-
¿La juventud está enganchada con el tema ambiental?
-
Sí, en el programa Nexos que es de charlas de la Universidad hacia
los colegios, la charla de cambio climático fue la más pedida. Y
siguen entrando pedidos, hay un interés por parte de los educadores
de Nivel Medio de pensar esto.
Espero
que alguno llegue a un poder político cierto con esa visión. Pero
sí, hemos tenido una muy buena recepción por parte de la comunidad
educativa.
- ¿Alguna
vez militaste partidariamente?
-
No. No participo de militancia partidaria, tengo mis ideales por
supuesto.
-
¿Cuál es tu sueño?
-
Mi sueño es poder llegar a viejo con mi familia feliz, sintiendo que
di todo lo que podía para cambiar algún aspecto de la realidad.
Creo que hay que dar lo máximo que uno tenga y si el resultado llega
bienvenido. Pero lo peor que podemos hacer es quedarnos en medias
tintas.
Creo
que hay que dejar todo en la cancha y si el resultado se da, se da.
Opiniones
Mauricio
Macri
Un
mal presidente que jugó a la bicicleta financiera y se olvidó de
gran parte de la población argentina.
Juan
Schiaretti
Un
gran aliado de Macri, buen gestor dentro de lo que es la isla de
Córdoba. Mal administrador ambiental, solamente ha sido una oficina
de avales que si no fuera por algunas acciones de la población sería
peor la situación ambiental.
Y
con vistas a la retirada, para mí.
Martín
Gill
Una
persona muy inteligente. Lo considero capaz de convencer a
cualquiera, lo que entre comillas es muy peligroso, cariñosamente lo
digo (se ríe). Excelente político para establecer alianzas y
ambientalmente esperaba algo más, porque lo conozco y creí que en
la cuestión ambiental iba a producir algún tipo de innovación.
Me
gusta: Practicar deportes, mirar películas.
Me
encanta: Intentar cambiar una parte de la realidad.
Me
divierte: Salir a compartir con familia y amigos momentos de
esparcimiento. Ir a recitales, ver a Capusotto.
Me
entristece: La realidad.
Me
enoja: La realidad.
Fuente:
Nancy Musa, Luis Enrique Tuninetti: “En los niveles de decisión no se interesan por la cuestión ambiental”, 23 septiembre 2019, El Diario del Centro del País. Consultado 24 septiembre 2019.
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