La muestra extraída pesa menos de 3 gramos. En el interior de los tres reactores accidentados quedan unas 880 toneladas de combustible nuclear fundido.
Por Cristian Basualdo
La empresa operadora de la central nuclear de Fukushima, Japón, anunció que recuperó un fragmento de combustible nuclear fundido de uno de los reactores accidentados en 2011.
Los niveles extremadamente altos de radiación impiden el acceso humano y dañan los equipos electrónicos, por lo que se desconoce la composición detallada de los escombros.
Es la primera vez que se recupera combustible nuclear fundido de un recipiente de contención.
En agosto, un robot similar a una caña de pescar telescópica, apodado Telesco, comenzó una misión experimental con un plan de dos semanas para un viaje de ida y vuelta. Pero el procedimiento se suspendió dos veces debido a contratiempos.
El primero fue un error de ensamblaje, que retrasó el trabajo durante casi tres semanas, luego fallaron las dos cámaras del robot diseñadas para transmitir vistas de las áreas objetivo para sus operadores en la sala de control remoto.
El 30 de octubre, el robot cortó una muestra de menos de 5 milímetros, que pesa menos de 3 gramos, de la superficie de un montículo de restos de combustible fundido que se encontraba en el fondo del recipiente de contención de la unidad 2.
El 2 de noviembre, el robot completó la operación al retirar la muestra, que se asemeja a un pequeño trozo de granola, dijo la empresa operadora, Tokyo Electric Power Company Holdings (TEPCO).
La muestra era significativamente menos radiactiva de lo esperado. Esto llevó a algunos a preguntarse si el robot extrajo el combustible nuclear en un área donde las sondas anteriores habían detectado niveles mucho más altos de radiactividad. Los funcionarios de TEPCO insisten en que creen que se trata de combustible fundido.
La muestra será analizada en un instituto de investigación de la prefectura de Ibaraki.
Serán necesarias más misiones de muestreo a pequeña escala para obtener más datos, dijo el portavoz de TEPCO, Kenichi Takahara. “Puede que lleve tiempo, pero abordaremos el desmantelamiento de forma constante”, afirmó Takahara.
El presidente de la Autoridad de Regulación Nuclear, Shinsuke Yamanaka, dijo que: “solo después de que terminemos de analizar la muestra podremos decir que hemos dado un pequeño, pero importante paso adelante”. Los técnicos están sujetos a estrictas restricciones operativas para minimizar la exposición. Yamanaka advirtió sobre los posibles riesgos que esto implica: “incluso los pequeños errores podrían potencialmente conducir a importantes riesgos de seguridad”.
Aunque el análisis de la muestra recuperada proporcionará cierta información, no revelará el panorama general de los escombros.
Se estima que quedan unas 880 toneladas de combustible nuclear fundido en el interior de las unidades 1, 2 y 3.
En diciembre de 2011, el gobierno de Japón y TEPCO trazaron un plan para retirar todos los escombros en un plazo aproximado de 10 a 15 años y completar el desmantelamiento en 2051. La viabilidad de este plan es cuestionable.
Shunji Matsuoka, profesor de economía ambiental en la Universidad de Waseda en Tokio, calculó cuánto tiempo tomaría basándose en datos relativos al accidente nuclear de Three Mile Island en Estados Unidos en 1979.
En declaraciones a The Asahi Shimbun predijo que la remoción podría tomar entre 70 y 170 años, lo que todavía considera una “cifra optimista”.
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