lunes, 2 de septiembre de 2024

La contaminación nuclear heredada por Los Álamos | 2.° parte

En nota anterior decíamos que la historia nuclear del Estado Nuevo México EE. UU. es profundamente significativa, especialmente en el contexto del desarrollo de armas nucleares y la investigación nuclear.

Por Juan Vernieri

Nuevo México, durante la Segunda Guerra Mundial, fue el sitio principal del Proyecto Manhattan, allí se probó la primera bomba atómica del mundo, en 1943 su laboratorio fue el principal centro de investigación y desarrollo de armas nucleares. Allí trabajó J. Robert Oppenheimer. El primero y único Almacén Geológico Profundo para residuos de armas nucleares funciona allí. Este Estado fue un importante productor de uranio.

Toda esta actividad dejó un legado que llevó al profesor Michael Ketterer, de la Universidad del Norte de Arizona, a realizar un estudio sobre la contaminación, que en estas notas nos proponemos divulgar sus resultados.

El profesor Ketterer después de 80 años de iniciada las actividades nucleares. Descubrió que plutonio “de grado superarmamentístico” persiste en el suelo, el agua y la vida vegetal en Los Álamos y sus alrededores.

El Departamento de Energía (DOE) dijo que monitorea regularmente el área para detectar contaminación.

El plutonio que Ketterer encontró en el suelo, a pesar de las limpiezas, supera una de las pocas medidas comparables para los niveles de plutonio que quedan después de la remediación.

Hace casi cuatro décadas, el FBI cerró la fábrica de plutonio de la era de la Guerra Fría por delitos ambientales, entre ellos la liberación de contaminantes radiactivos en vías fluviales cercanas. Hoy, es un sitio cercado para el público y protegido por un refugio de vida silvestre.

Sin embargo, las normas vigentes no están exentas de críticas. La cantidad de plutonio por gramo de suelo aceptada por las normas es algo que, Ketterer y otros científicos, consideran que no es un nivel seguro en términos de salud pública.

La muestra de suelo más contaminada de Ketterer tenía 50 % más que el límite establecido como aceptable.

El tipo de radiación que emite el plutonio no viaja lejos ni penetra la piel, pero si se inhala o se ingiere, “emitirá radiación a las células circundantes” en el cuerpo humano, lo que podría “dar lugar a la iniciación y el crecimiento del cáncer”, cuyos efectos “pueden no ser evidentes hasta años o décadas después de la exposición” dijo Deborah Segaloff, profesora emérita de fisiología molecular y biofísica en la Universidad de Iowa.

Sin embargo, al menos dos estudios del gobierno federal han concluido que existe poco riesgo para las personas que visitan Acid Canyon.

En 2000, cuando el Laboratorio nacional de Los Álamos (LANL) estimó los riesgos potenciales para la salud de la exposición al plutonio en el área, determinó que, tal como están las cosas —sin ninguna limpieza— los radionucleidos en los sedimentos del cañón no representaban “ninguna dosis de radiación inaceptable para los usuarios recreativos de los senderos de Acid Canyon”.

El laboratorio estimó además en un informe de 2018 que un “recreacionista” en Acid Canyon recibiría una fracción minúscula de lo permitido.

El suelo, el agua y la vida vegetal forman parte de un mismo ecosistema interconectado. En otras palabras, la contaminación encontrada en el agua podría indicar la necesidad de una mayor remediación del suelo.

De hecho, el Instituto de Investigación Energética y Ambiental, una organización sin fines de lucro dedicada a poner información científica a disposición del público, hizo esa recomendación al DOE en 2005.

Una vez que el DOE evaluó el impacto del plutonio en las aguas superficiales, el informe del IEER decía: “Probablemente se requerirá una remediación adicional significativa de la bifurcación sur de Acid Canyon”.

Los riesgos son múltiples, según Ketterer y otros defensores: si se produce un incendio forestal en el cañón, el plutonio contenido en las raíces de las plantas contaminadas podría pasar al aire; el agua superficial contaminada, en las condiciones adecuadas, podría contaminar el acuífero; y las personas que hagan senderismo en el cañón podrían estar expuestas a sedimentos contaminados con plutonio, según informó Segaloff. Añadió que incluso un día ventoso podría hacer que se levantaran diminutas partículas radiactivas en el suelo.

Está ahí desde hace 80 años”, dijo Ketterer. “No está señalizado, es accesible al público, está cerca de las casas de la gente y hay niveles de sedimentos en el cañón que deberían haberse remediado”.

En próxima nota continuaremos

(Fuente: Alicia Inez Guzmán / Searchlight)


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