lunes, 30 de septiembre de 2024

Impulsar buques comerciales con energía nuclear es mala idea | 2.° parte

En nota anterior dimos algunas razones por las que es mala idea impulsar buques comerciales con energía nuclear. En esta abundamos argumentos que así lo aseguran.

Por Juan Vernieri

El renovado interés por los buques comerciales de propulsión nuclear ha sido impulsado por al menos dos argumentos: el primero es el deseo de reducir las emisiones de combustibles fósiles para proteger el medio ambiente. El segundo se centra en la creencia de que los nuevos reactores modulares pequeños (SMR) pueden proporcionar alternativas más seguras y económicas a los pequeños reactores de agua a presión que impulsaban generaciones anteriores de buques nucleares comerciales.

Dos argumentos bastante dudosos: Hasta ahora el combustible nuclear se produce utilizando combustibles fósiles y aún no se ha podido demostrar que los SMR producen energía más barata y segura.

El mundo posterior al 11 de septiembre, al desastre de Three Mile Island, a Chernóbil y a Fukushima es muy diferente del entorno político y social del siglo XX, en el que se desarrolló la primera generación de buques nucleares.

Incluso si los problemas económicos se pueden superar con tecnologías más nuevas y baratas y con una mayor capacidad de transporte de carga (como China aparentemente cree que hará su megabuque portacontenedores) o de pasajeros (como han sugerido algunos comentaristas), lo que hace que los buques de propulsión nuclear sean económicos, las preocupaciones de seguridad, reales e imaginarias, superarían con creces los beneficios de la energía nuclear.

Existen riesgos reales de seguridad nuclear y preocupaciones de seguridad asociadas con estos buques comerciales. Difícilmente los turistas elegirán estos barcos para sus vacaciones.

E incluso si esas preocupaciones parecen razonables para quienes tienen la formación técnica suficiente para evaluar esos riesgos, la percepción pública de esos riesgos probablemente plantearía una barrera infranqueable.

No hace falta imaginarse a los piratas somalíes capturando un buque de propulsión nuclear para darse cuenta de que estos barcos podrían ser un objetivo terrorista importante, tanto en el puerto como en el mar.

A diferencia de los buques militares de propulsión nuclear, que mantienen, sin duda, importantes medidas de seguridad, los buques comerciales y las instalaciones de transporte marítimo gozan de relativamente poca protección en materia de seguridad.

Incluso si se aceptara el uso de buques de propulsión nuclear en los puertos, con toda probabilidad se necesitarían costosas medidas de seguridad para que las operaciones se consideraran razonablemente seguras frente a ataques terroristas.

Superar estas preocupaciones supondría importantes costos para el operador del buque y la instalación portuaria y limitaría el número de puertos en los que podrían atracar.

En segundo lugar, hay que tener en cuenta el riesgo de accidente en el reactor, aunque sea bajo.

Los defensores de esta idea sostienen que el uso de nuevos combustibles, que el Departamento de Energía afirma que son los combustibles nucleares más robustos jamás creados, y, conceptos como los reactores de sales fundidas a baja presión, hacen que la propagación de la contaminación a raíz de un accidente sea mucho menos probable que con los reactores de alta presión refrigerados por agua que se utilizan en los buques de guerra.


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