Central Nuclear de Fukushima Daiichi. Instalaciones del Sistema Avanzado de Procesamiento de Líquidos (ALPS). Crédito: Takeshi Iwashita / The Asahi Shimbun. |
Por Cristian Basualdo
Este miércoles 28 de febrero comenzará la cuarta ronda de descarga al mar del agua radiactiva proveniente de la accidentada central nuclear de Fukushima Daiichi. Al igual que las tres rondas anteriores, la empresa operadora, Tokyo Electric Power Company (TEPCO), tiene previsto descargar 7.800 toneladas de agua en el Océano Pacífico durante un período de 17 días.
El agua es tratada con el denominado Sistema Avanzado de Procesamiento de Líquidos (ALPS) para disminuir la concentración de radionucleidos antes del vertido. El ALPS no puede filtrar el tritio, el isótopo radiactivo del hidrógeno. Para cumplir con el límite de vertido de tritio, el agua tratada con ALPS se diluye en gran medida con agua de mar, antes de ser liberada a través de un túnel submarino de 1 kilómetro de longitud. Se espera que las descargas de agua radiactiva al Océano Pacífico se prolonguen a lo largo de tres décadas.
Durante el denominado año fiscal 2023, está previsto descargar un total de 31.200 toneladas de agua radiactiva, lo que resultará en la liberación de 5 billones de bequerelios de tritio.
Según TEPCO, tras los tres vertidos anteriores no se han detectado niveles anormales de tritio en aguas cercanas del Océano. China suspendió la importación de productos acuáticos procedentes de Japón.
A partir del cuarto lote, la empresa planea saltarse un procedimiento: después de diluirla con agua de mar, dentro de un contenedor grande confirma el nivel de tritio como control de último momento antes de su liberación. En cambio, tomará una muestra del agua diluida mientras se descarga, y se medirá la concentración de tritio una vez al día.
El 25 de octubre de 2023, dos trabajadores fueron hospitalizados luego de sufrir un accidente con un líquido radiactivo mientras efectuaban tareas de limpieza en las tuberías del ALPS.
El 7 de febrero de 2024, se descubrió una fuga de agua a través de un orificio de ventilación en la pared exterior de uno de los edificios. TEPCO estimó que se vertieron unas 5,5 toneladas de agua radiactiva, y anunció que excavará el suelo en el que pudo haberse filtrado el agua.
El agua se contamina constantemente en Fukushima desde el accidente nuclear del 11 de marzo de 2011. El agua subterránea entra en los edificios de los reactores en ruinas y toma contacto con restos radiactivos. También se utiliza para enfriar los restos de combustible con el fin de mantener los reactores en condiciones estables.
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