Incendios - Gustavo Nicola, jefe de Bomberos Voluntarios de Villa María, habló sobre los desastres.
Después del incendio de la semana pasada en Punilla, cuyo control demandó varios días, preocupa la posibilidad de que surjan nuevos focos en el territorio provincial. En la temporada invernal, estas situaciones suelen ser más frecuentes
Se necesitaron 100 brigadistas, entre bomberos voluntarios, policías, personal técnico experto en control de fuego y catástrofes, apoyados por aviones y helicópteros hidrantes, para controlar el fuego en el cerro Uritorco, en Capilla del Monte, Departamento Punilla. De todas maneras, las autoridades informaron que la zona “es aún inestable”, por lo que los servidores montan guardia en caso de que se reavive.
“Ahora, en agosto, comienza a subir la temperatura y los vientos llegan hasta 40 kilómetros por hora. Por lo que nosotros ya estamos en alerta amarilla en toda la provincia”.
Gustavo Nicola, jefe del Cuerpo de Bomberos Voluntarios de Villa María, quien además se desempeña como director nacional de Operaciones del Consejo Nacional de Bomberos Voluntarios, fue consultado por El Diario sobre este tema, porque también en nuestra región hay posibilidad de que se produzcan incendios, debido a que esta es una de las épocas de sequías y, además, los vientos comienzan a soplar más fuertes.
Incendios de sexta generación
“La situación en el Uritorico también es parte del cambio climático. Tenemos sectores en el mundo con mucha agua, como en Asia y, al mismo tiempo, una sequía devastadora como en la zona nuestra y todo el Hemisferio Sur. Esta situación provoca que vivamos incendios más virulentos, que se llaman de sexta generación. No solo acá en Argentina, porque hay que ver los incendios que hay en Grecia, Portugal, Canadá, y en tantos otros lados”, explicó.
Los incendios de sexta generación, detalló, que afectan a los bosques de todo el planeta, son más destructivos y pueden formar además sus propias nubes, los llamados “pirocúmulos”, tan temidos, que provocan tormentas eléctricas, las cuales descargan rayos que, a su vez, generan nuevos focos de incendio, haciendo todavía más difícil contener las llamas.
“No fue el caso de lo de Capilla del Monte. Ahí ocurrió por la sequía y la imprudencia del hombre. Hoy los incendios son más dantescos y se necesitan más recursos humanos y de elementos (herramientas) para la extinción. En el caso del Uritorco, lo que hizo más difícil controlarlo, fue la topografía. Gran porcentaje del fuego en el cerro no puede ser extinguido con gente caminando, en ataque directo, por las grandes laderas que tiene, con una inclinación casi del 90%. Solo pueden ser apagados con los medios aéreos, pero también hay una quebrada donde no pueden entrar aviones ni helicópteros, y hay que dejar que el fuego corra solo”, expresó.
Respecto a si el Cuerpo de Bomberos Voluntarios de la ciudad se está preparando de manera especial para esta nueva clase de incendios, dijo: “sí, estamos preparados, con el equipamiento adecuado y el personal capacitado específicamente”.
“Cuando nos convocan a sofocar incendios en zonas serranas, montes y áreas rurales, ya sabemos cómo debemos trabajar, qué tipo de equipo llevar y la cantidad de gente que se debe llevar”, agregó el jefe del Cuerpo de Bomberos local y director de Operaciones del Consejo Nacional de Bomberos.
La región de Villa María
“En nuestra zona, la posibilidad de incendios se intensifica en invierno, aunque ahora ha cambiado mucho y tenemos prácticamente incendios todo el año. Sin embargo, se hacen más intensos en la temporada invernal, porque las grandes heladas te secan los pastos y luego vienen días de sol intenso que hacen que baje la humedad. Y esto hace un cóctel perfecto que puede provocar que se inicien y propaguen los fuegos, y más con el viento, que en general predomina del sector norte”, detalló.
Expresó también que en la zona no han tenido hasta ahora graves incendios. “¿Qué ha pasado? Ha llovido mucho, gracias al cambio del fenómeno de ‘La Niña’ a ‘El Niño’, y se ha mantenido bastante húmedad de la tierra. Pero ahora que ha habido días de intenso calor en pleno invierno, y mucho viento, hace que todo se seque más, así que en cualquier momento vamos a empezar a tener los incendios rurales normales de la zona, Ahora, en agosto, comienza a subir la temperatura y los vientos llegan hasta 40 kilómetros por hora. Por lo que nosotros ya estamos en alerta amarilla en toda la provincia”, explicó el servidor público.
Medidas de prevención
Teniendo en cuenta que, según los expertos, se espera que durante la primavera y el verano próximos haya más lluvia que el año anterior, por lo que será más húmedo, las expectativas son con menos incendios.
“Pero pasa lo siguiente: vamos a tener quizá problema con las inundaciones. Y también para esto estamos preparados. Igualmente, no hay que bajar la guardia. Por eso, pedimos a la gente no quemar basura los días de viento ni cuando hace mucho calor, y mantener los campos desmalezados en los ingresos, así como tener limpios los caminos. El 98 % de los incendios son provocados por el hombre, lo cual no significa que ese porcentaje sea intencional, puede ser un accidente u otros factores los que den inicio. Siempre hay que tener recaudos” concluyó.
Fuente:
“Vivimos fuegos de sexta generación”, 30 julio 2023, El Diario del Centro del País.
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