Por Mario Mazzitelli
La pesca en el Mar Argentino
¿Vivimos de espaldas al Atlántico Sur? ¿Tenemos conciencia que somos un país marítimo? ¿Tomamos debida nota que nuestra llanura se prolonga bajo las aguas del mar? ¿Sabemos que se trata de una verdadera pampa sumergida en la que se desarrolla la flora y la fauna como en uno de los ambientes más propicios del planeta? ¿Que existe una biodiversidad que debemos proteger?
¿Somos conscientes que mejoraríamos la alimentación de nuestra población (sobre todo los niños) si incorporáramos el pescado a nuestra dieta? ¿Que nuestro consumo (de menos de 8 Kg al año por persona) es uno de los más bajos del mundo? ¿Que en muchos hogares pobres brilla por su ausencia? ¿Que no tenemos una política pública para incorporarlo a la dieta?
¿Estamos al tanto que saquean nuestra riqueza ictícola? ¿Qué la pesca ilegal causa daños ambientales, depredación y saqueo? ¿Que no es sostenible la pesca cuando la explotación es realizada por buques “factorías piratas”? ¿Que en estos buques puede existir trabajo esclavo violando la legalidad internacional? ¿Que pueden transportar carga ilegal, como drogas o artículos de contrabando? ¿Que el Reino Unido es quién (a través de las autoridades de Malvinas) extienden permisos de pesca en una enorme zona de nuestro mar?
¿Que perdemos posibilidades de generar muchas fuentes de trabajo en el sur? ¿Que renunciamos a la industrialización y a elevar nuestras exportaciones? ¿Que podemos mejorar la alimentación de otros pueblos, al tiempo que conseguir recursos económicos que ayuden a nuestro desarrollo?
¿Percibimos que la mayoría de nuestros funcionarios y dirigentes políticos muestran poca voluntad para recuperar el dominio soberano sobre un espacio que por derecho nos pertenece? ¿Nos damos cuenta que nuestros organismos de control sobre ese espacio marítimo (Armada y Prefectura) fueron debilitados al extremo después de la guerra de Malvinas? ¿Que toda la zona patagónica tiene baja protección?
¿Nuestro sistema educativo explica bien (a nuestros estudiantes y a la población en general) los estudios en torno al límite externo de la plataforma continental y las consecuencias positivas para nuestros derechos sobre el mar? ¿Nuestra cancillería explica quiénes son nuestros aliados, quienes se manejan en una zona gris y quienes son nuestros enemigos; cuando hablamos de los derechos argentinos sobre la integridad de nuestro territorio?
Como diría Mario Benedetti “cada pregunta tiene su respuesta”. Cada uno podrá estudiar o intuir cual es la más adecuada a cada interrogante.
Lo cierto es que, para esta serie de notas dedicadas al saqueo, debemos decir que estamos hablando de riquezas enormes. De miles de millones de dólares.
Para el caso voy a extraer apenas unos párrafos de un escrito del experto en Atlántico Sur y Pesca, ex Secretario de Estado y Presidente del Centro de Estudios para la Pesca Latinoamericana, Dr. César Augusto Lerena:
“La Argentina es un Estado Marítimo. No parecen entenderlo las Autoridades de los gobiernos argentinos, incluso aquellos que son responsables del mar argentino, sus archipiélagos y la explotación de los recursos y, son varias las razones por las cuales entendemos que el Estado Nacional no ejerce soberanía política y el debido control y administración del Atlántico Suroccidental.”
“Los recursos naturales argentinos son expoliados por el Reino Unido, China, España, Taiwán y Corea del Sur, quien junto a Japón capturan el 85% de la pesca a distancia en forma subsidiada, sin control de los Estados de pabellón, sin acuerdo con Argentina (el Estado ribereño) y, del total mundial de 37 millones de horas de pesca ocupan unas 25 millones de horas” (César Lerena “La responsabilidad del gobierno sobre la pesca ilegal de los recursos migratorios argentinos en Malvinas y alta mar” 15/4/2022).
“En los espacios ocupados, el Reino Unido explota los recursos petroleros y captura un promedio de 325.000 toneladas anuales de recursos pesqueros, por valor de unos 1.500 millones de dólares FOB que, en el comercio final, se transforman en unos 6.000 millones por año (Mercado Central de Valencia, 10/2022).”
“Por otra parte, entre 350 y 500 buques pesqueros chinos, españoles, británicos, coreanos, taiwaneses, etc. anualmente extraen 1.080.000 toneladas de recursos pesqueros migratorios originarios de la Zona Económica Exclusiva.”
Como vemos, desde la pesca (extracción) hasta la puesta en el mercado, el producto va adquiriendo un valor mayor. Hacer cuentas rápidas y llegar a una cifra equivalente a los 20.000 millones de dólares, puede no ser correcto. Pero nos da una idea de la magnitud del saqueo, dado que estos recursos, por el derecho internacional, pertenecen al Estado ribereño, es decir al Estado Nacional. O, más precisamente, al pueblo argentino.
Para cerrar la nota digamos que: “la Argentina tiene habilitados unos 520 buques pesqueros de distinto porte que desembarcan unas 800 mil toneladas de pescados, crustáceos y moluscos por año”. Es decir seguimos siendo partícipes menores del negocio. El asunto es que la pesca en el mar argentino no es (ni puede ser) solo un negocio. Por eso nos recuerda César Lerena que: la Secretaría de Agricultura, Ganadería y Pesca…tiene las facultades de promover «la protección efectiva de los intereses nacionales relacionados con la pesca», fomentar «la conservación a largo plazo de los recursos»; «Conducir y ejecutar la política pesquera nacional (…) los objetivos y requerimientos relativos a las investigaciones científicas y técnicas de los recursos pesqueros»; establecer «las restricciones en cuanto a áreas o épocas de veda (…) las condiciones que deben cumplir los buques (…) los métodos de captura…»
En fin, se trata de un tema de soberanía e integridad territorial. Hoy, amenazada por la potencia del Reino Unido (ocupando por la fuerza e ilegalmente 1.639.000 km2 de nuestro territorio), de empresas privadas (pesca ilegal) y la vista gorda de otras potencias (beneficiarias directa o indirectamente con este latrocinio)
Es requisito del pueblo argentino estar unido para defender lo que le pertenece. Sabemos que terminar con esta acción colonialista de piratería, cuyo centro neurálgico es la posesión de los ingleses sobre Malvinas, no será fácil. Pero tener una política clara, suscrita por las fuerzas políticas, sociales, económicas y culturales, es la condición para un triunfo que tiene dos objetivos: uno, terminar con esta fuente de saqueo y dos, recuperar el honor de ser un país inteligente, justo, libre y soberano.
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