Una catástrofe no solo afectaría a Europa, sino a todo el globo. Recientemente, un bombardeo ruso dejó sin electricidad a la planta nuclear de Zaporiyia: “Su situación es extremadamente vulnerable”. El ataque cortó el enlace de la última línea de alta tensión. Rafael Grossi, jefe de la agencia atómica de la ONU, advirtió que es urgente proteger la seguridad de la mayor central de Europa: “Esta situación no puede continuar”.
Por Juan Vernieri
La central nuclear de Zaporiyia, ocupada por Rusia en el sur de Ucrania, volvió a quedar desconectada de la red eléctrica. La conexión fue restablecida horas después del bombardeo, en la séptima vez que la planta sufre un “apagón” desde el inicio de la invasión rusa.
El corte de suministro eléctrico a una central nuclear produce un grave riesgo. Normalmente, disponen de grupos electrógenos para emergencias, pero en situación de guerra pueden disponer poco combustible. La central no puede quedar sin la energía eléctrica indispensable para los sistemas de refrigeración.
“Debido al corte de la línea de alta tensión Dniprovska la central nuclear perdió el suministro eléctrico externo”, dijo la administración rusa en Telegram. Posteriormente, se encendieron los generadores diésel de emergencia que disponen normalmente de combustible para funcionar unos 10 días. “Si no es posible restablecer la alimentación externa durante este periodo, podría tener lugar un accidente con consecuencias radiactivas para todo el planeta”, advirtió la misma fuente.
El operador ucraniano Energoatom afirmó que el apagón se debió a un “ataque” nocturno de las fuerzas rusas que cortaron el enlace de la última línea de alta tensión que conectaba la central con la red ucraniana.
Según el ejército ucraniano, la ciudad de Dnipró (centro-este) fue objeto de un ataque con 16 misiles y 20 drones explosivos rusos. Durante este “ataque nocturno”, cuatro misiles y todos los drones rusos fueron derribados y al menos ocho civiles resultaron heridos.
De su lado, el director del Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA), el argentino Rafael Grossi, afirmó que la seguridad nuclear de la central es “extremadamente vulnerable”. “Debemos ponernos de acuerdo ahora para proteger la central. Esta situación no puede continuar”.
El anterior apagón, a principios de marzo, fue causado por una oleada de ataques con misiles rusos, según el operador estatal ucraniano Energoatom. La energía externa se restableció al cabo de unas horas.
La central, que producía el 20 % de la electricidad de Ucrania, siguió funcionando en los primeros meses de la ofensiva rusa, a pesar de los periodos de bombardeos, antes de ser cerrada en septiembre.
Desde entonces, ninguno de sus seis reactores VVER-1000 de la era soviética ha generado energía.
La central sigue conectada al sistema energético ucraniano y consume la electricidad para sus propias necesidades, en especial la refrigeración de los reactores.
En total, Ucrania tiene cuatro centrales nucleares y 15 reactores: cuatro en Rivne, dos en Jmeltniski (otros dos estaban en construcción), tres en Sur de Ucrania y seis en Zaporiyia.
Los cuatro reactores de Chernóbil están desactivados desde el incidente de 1986 que causó la liberación de radiactividad por buena parte de Europa y que dejó decenas de miles de víctimas.
En 2014, grupos separatistas respaldados por Rusia tomaron el control de la gran región productora de carbón de Donbás en el sur. Hasta entonces, el carbón generaba el 41% de la energía del país.
Es por ello que el país recurrió a la energía nuclear, así como otras fuentes renovables, para compensar el déficit. Actualmente, la energía nuclear genera casi la mitad de la electricidad que utiliza Ucrania.
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