Bomba nuclear británica WE.177A, exhibida en el National Museum of Nuclear Science & History de Estados Unidos. Crédito: Kelly Michals. |
A mediados de mayo de 1982, 18 armas nucleares eran transportadas en el portaviones Hermes, 12 en el portaviones Invencible, y 1 en el buque auxiliar Regent.
por Cristian Basualdo
Un expediente liberado a los Archivos Nacionales del Reino Unido, calificado como “Top Secret Atomic”, precisa que la flota inglesa desplegó 31 armas nucleares durante la guerra de Malvinas. La revelación fue realizada este lunes por el periodista Richard Norton-Taylor en el sitio Declassified UK.
En 1982, la presencia de las armas nucleares en la flota provocó una acalorada disputa dentro del Gobierno británico, entre el Ministerio de Asuntos Exteriores, que pidió al Ministerio de Defensa que se “retiraran” dichas armas. La Royal Navy se negó a hacerlo. A mediados de mayo de 1982, 18 armas nucleares eran transportadas en el portaviones Hermes, 12 en el portaviones Invencible, y 1 en el buque auxiliar Regent.
El tipo de armamento nuclear que mencionan los documentos son cargas nucleares de profundidad, diseñadas para atacar a los submarinos sumergidos. Si bien no había riesgo de una “explosión de tipo bomba atómica”, existía la amenaza de “liberación de material fisible” si alguna de las armas en cuestión resultaba dañada, lo que podría provocar hasta 50 “muertes adicionales” por cáncer.
Un acta del Ministerio de Defensa británico, fechada el 6 de abril de 1982, hace referencia a la “enorme preocupación” de que algunas de las “bombas nucleares de profundidad” pudieran “perderse o dañarse y que el hecho se hiciera público”, porque “las repercusiones internacionales de un incidente así podrían ser muy perjudiciales”. El funcionario no identificado que redactó la minuta dejó asentado que “el secretario de Estado deseará continuar con la práctica establecida desde hace tiempo de negarse a comentar la presencia o ausencia de armas nucleares del Reino Unido en un lugar determinado en un momento concreto”.
La Royal Navy rechazó un plan para descargar las armas nucleares en la base británica de la isla de Ascensión, en el Atlántico Sur, porque hubiera retrasado el traslado de la fuerza de tareas a las Malvinas y la operación no se hubiera mantenido en secreto. Sin embargo, el principal argumento a favor de mantener las armas nucleares a bordo fue señalado por el Ministerio de Defensa británico: “En caso de tensión u hostilidades entre nosotros y la Unión Soviética al mismo tiempo que la Operación Corporate la capacidad militar de nuestros buques de guerra se vería gravemente reducida”. Operación Corporate fue el nombre en clave dado por el Gobierno británico a las operaciones en Malvinas.
Así las cosas, las armas se trasladaron de las fragatas y destructores a los portaaviones más grandes, donde podían estar mejor protegidas. Los barcos estaban dentro de la “zona de exclusión total” impuesta por Gran Bretaña alrededor de las Islas Malvinas.
Los documentos no aclaran si las cargas nucleares eran “inertes”, de vigilancia y de entrenamiento, idénticas a las armas reales, salvo que el material fisible se sustituía por uranio empobrecido y sustancias inertes. Pero incluso la presencia de cargas inertes causó alarma en el Ministerio de Asuntos Exteriores; su máximo responsable, Sir Antony Ackland, escribió a Sir Frank Cooper, su homólogo en el Ministerio de Defensa: “Me alegró mucho recibir su confirmación de que el HMS Sheffield no llevaba ninguna ronda inerte cuando fue alcanzado”.
Hasta aquí lo informado por Declassified UK. Cabe agregar que el 4 de mayo de 1982, la Aviación Naval argentina atacó al Sheffield, el cual fue remolcado por la Royal Navy durante 6 días antes de hundirse, lo que alimentó las especulaciones relativas a un posible uso de ese lapso para retirar las armas nucleares que habría tenido a bordo, o que se lo había hundido en forma deliberada para evitar la contaminación radiactiva. El Invencible, que ahora sabemos transportaba 12 armas nucleares a bordo, fue atacado el 30 de mayo de 1982. El ataque al Invencible es negado por Londres.
La primera reacción del Gobierno argentino al conocerse la novedad, provino de Guillermo Carmona, secretario de Malvinas, Antártida y Atlántico Sur, que dijo: “Es muy grave, viola la normativa internacional. Va a requerir un pedido de explicaciones”, en declaraciones a La Patriada.
Desde el comienzo de las hostilidades la prensa internacional mencionó repetidas veces la posibilidad de que la fuerza de tareas británica portara armas nucleares, porque varios barcos estaban participando en el ejercicio “Spring Train” de la OTAN cuando fueron despachados con premura al Atlántico Sur, sin tiempo de descargar las armas nucleares con que contaban. Esa posibilidad nunca fue aceptada por las autoridades británicas hasta 2013, cuando el Ministerio de Defensa admitió que la fuerza de tareas portaba armas nucleares, cuyo número no fue revelado hasta este lunes.
La presencia de artefactos nucleares en un conflicto bélico constituye por si mismo una amenaza, no solamente de su eventual utilización como acto de guerra, sino también de un acontecimiento imprevisto o accidental.
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