Piedra Blanca, el predio que concentra los residuos del área metropolitana, recibe 70 mil toneladas mensuales. El volumen ya alcanza los niveles previos de la pandemia.
por Juan Pablo Carranza
Cada cordobés genera 1,2 kilos de basura por día. Esa es la tasa de generación total de residuos que se obtiene de tomar las 65.270,25 toneladas de basura promedio que recibe mensualmente el predio de Piedra Blanca y dividirlo por la cantidad estimada de habitantes del área metropolitana, con la Capital y 28 localidades que utilizan ese sitio de enterramiento.
Son 1.778.700 habitantes, sobre los 3,7 millones que tendría toda la provincia, según calculan desde la Corporación Intercomunal para la Gestión Sustentable de los Residuos del Área Metropolitana Córdoba (Cormecor), que gestiona Piedra Blanca.
Si se observan exclusivamente la recolección domiciliaria de la ciudad de Córdoba y los envíos de los 28 municipios del Gran Córdoba, y se dejan de lado otro tipo de desechos como los restos de poda, escombros y el scrap que generan las industrias y el comercio, en cada bolsita de basura un cordobés deposita 710 gramos diarios de residuos. Es decir, 259 kilos al año.
En junio pasado, el predio alcanzó una marca récord. Perforó el techo de las 70 mil toneladas mensuales por todo concepto. Ese mes Piedra Blanca recibió 71.777 toneladas de basura. En julio fueron 70.634 y durante agosto pasado bajó a 69.418.
En este sentido se podría decir que los cordobeses ya generamos más basura que antes de la pandemia por todo concepto. Atrás quedaron los meses de alivio para el predio cuando producto de la cuarentena el volumen de generación cayó a las 52 mil toneladas promedio mensuales en marzo, abril y mayo del 2020.
“La proyección es que los volúmenes actuales continuarán en aumento por lo menos hasta enero y ahí esperamos que se normalice. Todavía arrastramos una distorsión de lo que fueron estos meses de pandemia”, apunta Hugo Pesci, director de Cormecor.
Para la directora del Instituto Superior de Estudios Ambientales (ISEA) de la Universidad Nacional de Córdoba (UNC), Inés Asís, ambas tasas de generación se ubican dentro de los guarismos que se manejan en América latina para la generación de residuos sólidos urbanos.
“Estamos dentro de los índices que se manejan en la región. Las principales ciudades muestran cifras similares. Inclusive Córdoba estaría dentro de los más bajos, no obstante hay que decir que son series que están sesgadas por la caída de la actividad durante la pandemia”, apunta la especialista.
Pero para comprender acabadamente la composición de los desechos de los cordobeses hace falta poner una lupa sobre diferentes aspectos de los registros.
Residuos domiciliarios
Una primera muestra se puede hacer tomando los residuos domiciliarios. Aquí se puede observar un dato curioso. Los niveles de esta categoría aún no recuperaron los previos a la pandemia.
En agosto pasado, por ejemplo, Piedra Blanca recibió 36.394 toneladas por este concepto. Es casi la misma cifra que hace dos años atrás cuando la báscula municipal acusó un registro mensual de 36.858 toneladas.
“Por ahora la recolección domiciliaria se mantiene en valores estables. Mientras oscile en un rango de entre 35 y 40 mil toneladas mensuales la situación es manejable, pero si sale de manera sostenida de esos márgenes es una señal de alarma. También si crece el volumen de lo que envían los otros municipios”, apunta Hugo Pesci, director de Cormecor.
El último pico de residuos domiciliarios fue hace casi dos años. En octubre de 2019 los camiones recolectaron casi 40 mil toneladas mensuales (39.961 para ser precisos). Desde Cormecor señalan que posiblemente las iniciativas de Ecoaliados, en la Capital, y el trabajo con los centros verdes y el nuevo Centro de Transferencia en avenida Rancagua hayan contribuido a reducir este volumen. Pero se necesita una serie más larga para ver el impacto real.
La basura suele ser una forma de medir de manera indirecta la situación económica.
“En 2020 la caída del PBI fue del 9,5 por ciento y no hemos recuperado su valor. El crecimiento de este año alcanzó a compensar esta baja. En el momento que la actividad económica suba y también lo hará el volumen de los residuos. Lo importante es aprovechar este momento para incorporar metodologías que permitan reducir los niveles de enterramiento” señala Asís.
Dos factores
¿Por qué si este índice basura refleja una contracción en la generación, los volúmenes de ingreso se mantienen en aumento? Desde Cormecor y el municipio de Córdoba ensayan dos respuestas. Por una lado, el ordenamiento de los grandes generadores. Y por otro, la limpieza de los basurales a cielo abierto de la Capital.
El ordenamiento de los grandes, medianos y pequeños generadores -que producen más de 200 kilos diarios de residuos- que anteriormente utilizaban contenedores o sumaban sus residuos a la recolección domiciliaria produjo un incremento de esta categoría.
De 2019 a esta parte prácticamente se duplicaron los volúmenes de este rubro. Dos años atrás generaban 7.548 toneladas en promedio mensual, en lo que va de 2021 produjeron 13.194 toneladas.
“Se empezó un trabajo para ver cómo recuperaban ese residuos que antes traían aquí de manera gratuita, ahora se les empezó a cobrar y se los organizó para que busquen alternativas que incorporen ese desecho a la economía circular”, señala Jorge De Napoli, director de Cormecor.
“Hasta el año 2019 eran siete los operadores registrados para este servicio, ahora son 250 de un universo que calculamos tiene un total de entre 800 y 1.200 comercios e industrias”, agrega.
En cuanto a la categoría correspondiente a la limpieza de los basurales de la ciudad de Córdoba, el promedio de ingresos al predio creció un 45 por ciento. En 2019 se reportaron 6.887 toneladas mensuales, en 2020 8.731 y en lo que va este año 10.030 toneladas.
El pico se registró en abril de 2020, apenas comenzada la pandemia, cuando el municipio retiró 13.505 toneladas de residuos en un mes de micro y macro basurales y de la limpieza de canales, de la que también participa la Provincia.
“El 80 por ciento de lo que sacamos de estos lugares son restos de poda o escombros. También hay neumáticos o chatarra. Es muy poco el material orgánico que retiramos de estos lugares”; señala Cristian Roldán, director de Higiene Urbana del municipio.
Un predio al límite
La cantidad mensual de residuos que llegan a Piedra Blanca aumentó este año. Sin embargo desde Cormecor aseguran que el volumen de enterramiento disminuyó a partir de un nuevo esquema de separación de residuos.
Esto les permitió extender la vida útil del predio por unos meses más- hasta marzo del año próximo- hasta tanto se resuelva el estudio de impacto ambiental para incorporar dos nuevas fosas en la parte sur del complejo.
Esa es la principal alternativa a la que apuesta ente intercomunal para solucionar la disposición final de residuos por los próximos siete años.
La otra, la instalación del complejo en las cercanías de Villa Parque Santa Anta, espera de hace más de un año una definición del Tribunal Superior de Justicia (TSJ) tras un fallo adverso de la Cámara Contencioso Administrativa de Primera Nominación.
Una vez que tenga esa autorización el municipio de Córdoba podrá avanzar con la expropiación de 42 hectáreas para anexar al predio. Mientras tanto buscan sacarle el mayor provecho posible a la última fosa que queda abierta.
“Hemos trabajado en optimizar el proceso de enterramiento. Nos concentramos en que todo lo que pasa por esa fase sean restos domiciliarios, mientras que a los restos de poda, los utilizamos para la cobertura de la superficie del terraplén y para hacer chip”, apuntó De Napoli
Hace unos meses Piedra Blanca sumó nuevas maquinarias. Primero una chipeadora que le permitió reducir el material orgánico y luego una trituradora que le permite separar el material inorgánico del residuo orgánico que usa para compost para remediar el mismo predio.
Por esta trituradora pasan los residuos que recogen los camiones en el área central y Nueva Córdoba. Se recuperan 150 toneladas de material orgánico y 150 se convierten en combustible derivado de residuos (CDR), que luego son utilizados por la empresa Geocycle junto con los neumáticos para alimentar los hornos de la cementera Holcim. La incorporación de esta máquina le permite evitar que 9 mil toneladas mensuales vayan al predio. Cerca del 13 por ciento de lo que recibe Piedra Blanca.
Municipios del Gran Córdoba
El mayor volumen que recibe Piedra Blanca viene de la ciudad de Córdoba. No obstante, otros 28 municipios y comunas depositan también allí sus desechos, principalmente de los departamentos Colón y Santa María. El más grande de ese grupo es Alta Gracia.
En los últimos dos años el volumen de este segmento pasó de representar el 7,25 por ciento de los ingresos al 7,9. Y en lo que va de este año los aportes de las ciudades y comunas del área metropolitana ya representan el 8,9 por ciento del total. En 2014 esa representación no llegaba al 5 por ciento.
Para De Napoli una explicación a este aumento es consecuencia del efecto migratorio hacia el Gran Córdoba.
Actualmente Cormecor se encuentra en tratativas para sumar a localidades del corredor de la ruta E-53. en Sierras Chicas.
Más del 25 % de la bolsa domiciliaria
El último relevamiento realizado por Cormecor en rutas de camiones recolectores de cinco barrios de la ciudad de Córdoba (Los Naranjos, Comercial, Alta Córdoba, Rosedal y General Paz) durante abril pasado arroja una radiografía precisa sobre el contenido de la bolsita diaria de basura que se deja en la vereda, sea cesto o contenedor.
Menos de la mitad de los desechos diarios corresponden a restos de comida. En promedio, el 45,5 por ciento de los residuos domiciliarios corresponden a ese ítem. Se trata del principal componente de la basura domiciliaria.
El segundo lugar lo ocupan otros elementos orgánicos.
Restos de poda y jardinería, pañales descartables, textiles y otros elementos como el carbón representan el 22,6 por ciento de la composición de la basura que se genera en el hogar.
El 31,9 por ciento restante está compuesto en gran mayoría por materiales reciclables, como envases plásticos, papel, vidrio o cartón; y residuos como escombros de todo tipo.
También hay desechos especiales, de mayor impacto, como medicamentos, pilas, insecticidas, pinturas, entre otros, cuya representación no supera el 5 por ciento.
Del total, buena parte podría ser recuperado e incorporado a la cadena de valor de la economía circular. No obstante, al no haber una separación de origen efectiva todo termina en la misma bolsa que pasa al enterramiento sin filtro.
De acuerdo con este relevamiento, el 12,5 por ciento de una bolsa domiciliaria de residuos está compuesta por restos de papel y cartón. Le siguen los plásticos: son un 6,7 por ciento los envases de diferentes tipos.
Los residuos domiciliarios también contienen 4,5 por ciento de escombros; 2,8 por ciento de restos de madera; 2,3 por ciento de vidrio; 2,1 de metales y 1,1 por ciento de residuos especiales.
Fuente:
Juan Pablo Carranza, Residuos: cada cordobés genera 1,2 kilos de basura por día, 28 septiembre 2021, La Voz del Interior.
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