SAINT DAVID’S, Reino Unido - Las imágenes documentadas de polluelos de albatros y de crías de tortugas marinas muriendo lentamente tras comer trozos de bolsas de plástico y otros residuos han conmovido a mucha gente. Pero la masiva contaminación de los mares y océanos, alimentada por los plásticos de un solo uso y el consumismo de usar y tirar, sigue empeorando.
Se calcula que los desechos plásticos matan cada año a más de un millón de aves marinas, 100 000 mamíferos marinos e innumerables tortugas marinas. Los plásticos, con todos sus beneficios y promesas, han revolucionado las sociedades y las economías desde su desarrollo en la década de los años 50 del siglo pasado, pero ahora unos ocho millones de toneladas acaban en los océanos cada año.
La basura plástica, que constituye 80 % de todos los desechos marinos, desde las aguas superficiales hasta los sedimentos de las grandes profundidades, se descomponen en microplásticos que entran en los sistemas digestivos de los animales marinos y terrestres y de los seres humanos.
El plástico invisible está en el agua que bebemos, la sal que comemos y el aire que respiramos. Los expertos aún investigan los impactos a largo plazo, como el cáncer y la alteración de los sistemas reproductivos.
La industria pesquera, las actividades náuticas y la acuicultura también dejan un enorme legado en términos de residuos oceánicos, envenenando y atrapando la vida marina.
Pequeñas y grandes respuestas
Hasna Moudud dirige una pequeña organización no gubernamental (ONG) en Bangladesh que trabaja para proteger las zonas costeras en las que desembocan vastos ríos en el océano Índico, que proporcionan medios de vida y alimentos a millones de personas.
Su organización, la Asociación de Desarrollo y Gestión de Recursos de la Zona Costera (Cardma), planta árboles costeros, protege a las tortugas oliváceas en un criadero de conservación en el golfo de Bengala y ayuda a las mujeres en los emprendimientos artesanales, para que sustituyan el plástico por hierba de caña para hacer esteras y otros productos.
“Es la cultura de usar y tirar la que crea problemas, ya sea de plástico o no… Lavar nuestras conciencias sustituyendo simplemente los plásticos de un solo uso por otros artículos de un solo uso, como bolsas y cubiertos supuestamente biodegradables, no es la respuesta”: Eleonora de Sabata.
“Los océanos siempre se descuidan”, dijo Moudud a IPS. “Las pequeñas oenegés como la mía nos arriesgamos para salvar lo que podamos del frágil ecosistema que van a heredar nuestras futuras generaciones”, explicó.
Para poder combinar los esfuerzos de su ONG con los de otras y generar un efecto multiplicador, Moudud se siente esperanzada con su participación en el Congreso Mundial de Conservación, que se celebrará en la ciudad francesa de Marsella entre el 3 y el 11 de septiembre, en forma híbrida, con participantes presenciales y virtuales.
El encuentro es organizado por la Unión Internacional para la Conservación para la Naturaleza (UICN) y en él representantes de gobiernos, sociedad civil y agrupaciones indígenas de todo el mundo debatirán las prioridades y los mecanismos para impulsar la acción de conservación y desarrollo sostenible.
Las organizaciones integrantes UICN se reúnen cada cuatro años aunque esta edición debió celebrarse en 2020 pero tuvo que aplazarse un año por la pandemia. En estas citas se delibera sobre las principales cuestiones y se adoptan respuestas para resolver o mitigar las crisis de conservación del planeta.
La ONG de Moudud es una de las muchas copatrocinadoras de la Moción 022 del próximo Congreso: “Detener la crisis mundial de la contaminación por plásticos en el medio marino para 2030”.
El borrador de la resolución va al corazón del problema de los residuos plásticos.
Señala que la producción mundial aumentará 40 % en los próximos 15 años desde los niveles actuales de alrededor de 300 millones de toneladas y que el “modelo predominante de usar y tirar” significa que más de 75 % de los plásticos producidos hasta la fecha son residuos, “especialmente porque el precio del plástico en el mercado no representa todos los costes de su ciclo de vida para la naturaleza o la sociedad”.
Recordando los anteriores esfuerzos internacionales por establecer objetivos para acabar con los desechos plásticos marinos, la moción insta a la comunidad internacional a alcanzar un acuerdo global de gran alcance para combatir la contaminación por plásticos marinos.
Esto implicaría, entre otras medidas, la eliminación de la producción innecesaria de plástico, en particular de los residuos de plástico de un solo uso; el reciclaje y la prevención adecuada de las fugas a los ecosistemas, así como campañas de sensibilización pública.
Los activistas afirman que los anteriores esfuerzos internacionales para frenar la contaminación por plásticos han sido inútiles.
Moudud es una de los muchos conservacionistas que demandan medidas obligatorias y ejecutables, y acusa a las grandes empresas de lo que ella denomina “prácticas manipuladoras a través del patrocinio y la mala praxis sin ayudar a construir el mundo natural”.
“Nadie mira ni responsabiliza a los contaminadores”, aseguró, y pide que se endurezca la moción en este punto. “Estoy profundamente involucrada en todo lo que hace la UICN para ayudar a salvar el mundo natural y la vida sostenible”, dijo.
Steve Trott, director de proyectos de la Asociación Marina de Watamu, integrante de la UICN y que lucha contra la contaminación por plásticos en su área marina protegida en Kenia, afirma que la Moción 022 expone claramente las amenazas que suponen los residuos plásticos para los entornos marinos y costeros, las economías y la salud y el bienestar humanos.
En ese sentido, Trott explicó a IPS que tanto su organización como otras involucradas en la conservación de las costas de Kenia han decidido sumarse al llamado a la acción de la UICN.
Impulsando iniciativas de economía circular, su ONG ha creado dinámicas cadenas de valor de plástico mediante asociaciones entre la industria hotelera y las comunidades locales, patrocinando limpiezas de playas y recogiendo residuos de plástico para su reciclaje. Esto proporciona una segunda fuente de ingresos para los recolectores de desechos de la comunidad, mientras que los artistas locales también están reciclando los residuos plásticos.
Siguiendo una de las fórmulas principales que orientan a los miembros de la UICN, Trott dice que Watamu está siguiendo un “modelo de beneficio mutuo que puede ser reproducido y ampliado, enviando un mensaje de ‘actuar localmente, pensar globalmente’ para inspirar a otros”. También él espera asistir al Congreso de Marsella.
El índice de Mercado de Residuos Plásticos, un estudio de la Fundación Minderoo de Australia, identifica 20 empresas que producen más de la mitad de los residuos de plástico de un solo uso en el mundo. Algunas son empresas estatales y otras transnacionales, cuya producción de plástico está financiada por grandes bancos.
El informe señala que casi 98 % del plástico de un solo uso se fabrica a partir de lo que se denomina combustibles fósiles vírgenes, es decir, plástico creado sin ningún material reciclado.
Plásticos de un solo uso sostén de combustibles fósiles
Los plásticos de un solo uso explican la paradoja de por qué las empresas de combustibles fósiles aumentan su producción cuando sus dos principales mercados, el transporte y la generación de electricidad están descarbonizando sus fuentes.
Se prevé que en 2050 el plástico represente entre 5 % y 10 % de las emisiones mundiales de gases de efecto invernadero.
La humanidad posee niveles de conocimiento sin precedentes, pero también la responsabilidad que los acompaña, al saber que los océanos se encuentran en el peor estado de salud desde que el ser humano comenzó a explotarlos.
Los plásticos de un solo uso y los 130 millones de toneladas que se calcula que se vierten cada año a las aguas de todo el mundo han dominado los estudios y debates sobre los residuos. Las botellas de plástico, los envases y envoltorios de alimentos y las bolsas de un solo uso son los cuatro elementos más extendidos que contaminan los mares.
A la hora de debatir cómo abordar los problemas medioambientales más candentes del mundo, como las emisiones de carbono, la pérdida de especies y los mismos residuos plásticos, la tecnología aparece como una posible solución.
En ese sentido, la Moción 022 hace referencia a la necesidad de invertir más en sistemas de recogida, reciclaje y eliminación de residuos plásticos respetuosos con el ambiente, así como en formas de recuperación.
Un estudio dirigido por la bióloga Nikoleta Bellou, del centro alemán Helmholtz-Zentrum Hereon, se enfoca en las soluciones inventivas de limpieza del mar disponibles hasta ahora, entre ellas los drones flotantes.
Sin embargo, su documento sugiere que se necesitaría un siglo para eliminar solo 5 % de los plásticos que se encuentran actualmente en los océanos mediante dispositivos de limpieza, ya que la producción y los residuos de plástico se acumulan muy rápidamente.
El solo un uso es el malo
Los activistas advierten que no se debe adoptar un enfoque demasiado limitado para abordar la contaminación marina en el Congreso de la UINC.
Eleonora de Sabata, portavoz del proyecto Clean Sea Life (Vida Marina Limpia), cofinanciado por el programa LIFE de la Unión Europea, dijo a IPS que es necesario cambiar el foco sobre el plástico de un solo para ampliarlo a todos los productos de ese tipo. La tecnología, ejemplificó, creo los llamados “bioplásticos” para sustituir algunos plásticos, pero eso solo creó nuevos y específicos problemas.
“Es la cultura de usar y tirar la que crea problemas, ya sea de plástico o no. El lavado de lo verde y el liderazgo descuidado están llenando nuestro mundo de un solo uso”, afirmó. “Lavar nuestras conciencias sustituyendo simplemente los plásticos de un solo uso por otros artículos de un solo uso, como bolsas y cubiertos supuestamente biodegradables, no es la respuesta”, aseguró.
T: MF / ED: EG
Fuente:
Parar la contaminación de plásticos marinos es tarea de ahora, 1 julio 2021, Inter Press Service.
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