por Mario Hernandez
Mario Hernandez: Fue el Día mundial del agua, declarado por la ONU y este año dedicado al valor del agua, “agua y saneamiento son derechos humanos para la ONU desde el año 2010” ¿Qué nos puede comentar al respecto?
Antonio Brailovsky: Creo que cada vez que ONU no sabe qué hacer ante un problema, hace una declaración simbólica y “el día de equis cosa” significa que una cantidad de funcionarios de distintos países se van a sacar fotos y van a juntarse a hacer una promesa que no van a cumplir. El agua y el saneamiento fueron declarados Derechos Humanos, en la asamblea general de Naciones Unidas pero nunca se instrumentó una convención internacional que fuera de cumplimiento obligatorio, un tratado internacional que los países establecieran y se obligaran a cumplir. Lo único que hay es una declaración de la Asamblea general que lo establece. Cuando uno habla de convenciones internacionales, los países las aprueban y ya tienen fuerza de ley en los respectivos países, eso nunca se implementó porque llegan hasta la declaratoria abstracta. De modo que no es una gran esperanza, sino simplemente es su manera de zafar ante los problemas.
M.H.: Dos grandes amenazas al agua: cambio climático y ofensiva privatizadora.
A.B.: El cambio climático no ha sido tomado en serio por los sectores de poder, simplemente han hecho lo mismo que decíamos con el agua, han prometido dedicarse al tema, pero hay una ONG la Fundación de Ambiente y Recursos Naturales que analizó el presupuesto argentino para el año 2021 y encontró que el dinero puesto para evitar el cambio climático es muchas veces menor que el dinero puesto para agravar el cambio climático. De modo que mientras toda la economía gire en torno al petróleo, mientras ambos sectores de la grieta digan que el país se salva haciendo fracking en Vaca Muerta, no se puede esperar una mejoría significativa.
M.H.: ¿Y la ofensiva privatizadora?
A.B.: Eso va y viene y depende de cada contexto político. Pero a mí me preocupa que los temas más delicados, en términos ambientales, como son el fracking, el petróleo y la gran minería se basen en entregar territorios a las empresas y que hagan más o menos lo que quieran. Porque cuando hablamos de YPF en Vaca Muerta, en realidad estamos hablando de los contratistas privados que YPF contrata. Y que después hacen lo que quieren porque el problema del fracking es que desarrollaron primero la tecnología para producir y todavía no desarrollaron la tecnología para controlarlo. Entonces el impacto ambiental de esa tecnología puede ser altísimo y no lo saben.
M.H.: Un tema que conoce de cerca, el Riachuelo
A.B.: El Riachuelo está igual que siempre, no se ha hecho absolutamente nada, y las ONG que forman el cuerpo colegiado creado por la Corte Suprema para controlar el cumplimiento de la sentencia que la Corte Suprema ordenó hace 12 años limpiarlo, seguimos diciendo que las normas de volcado de fluentes industriales al Riachuelo son las mismas que las de antes de la sentencia de la Corte. Si se permite contaminar igual que antes, el resultado va a ser el mismo. No hay ningún milagro en esto.
M.H.: Incendios en el Sur.
A.B.: Y otra vez estamos en el tema de la protección ambiental, si estamos o no dedicando las inversiones que merece. Lo que se ve es la precariedad con la que están trabajando los bomberos y voluntarios, mientras que invirtiendo una pequeña fracción de lo que se va a perder esto se hubiera evitado. Entonces si no estamos dispuestos a invertir en prevención estas cosas van a seguir pasando. Más allá de que estoy de acuerdo con el ministro Cabandié, de que tiene que haber Ley de delito ecológico y cuando encuentren a alguien haciendo una quema intencional hay que tratarlo como un delincuente.
Fuentes:
Mario Hernandez, «El problema del fracking es que desarrollaron la tecnología para producir pero no la tecnología para controlarlo», 1 abril 2021, Rebelión. Consultado 1 abril 2021.
Dibujo Chelo Candia.
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