lunes, 7 de diciembre de 2020

El problema con el agua radioactiva de Fukushima I

El gobierno japonés amenaza con lanzar al Pacífico agua contaminada proveniente de Fukushima. Se trata de 1,2 millones de metros cúbicos de agua radioactiva, una medida a la que se oponen grupos ecologistas, antinucleares y uniones de pescadores.

por Linda Pentz Gunter

Artículo publicado originalmente en Beyond Nuclear International.

El ministro de medioambiente japonés, Yoshiaki Harada, llevaba meses avisando de que la zona de Fukushima Daiichi está alcanzando el máximo de almacenamiento para el agua radioactiva. Para 2022 no tendrían más espacio. Japón plantea lanzarla al Océano Pacífico.

Quizás debido a esto, quizás no, al poco el Primer Ministro Shinzo Abe anunció una reforma de su equipo ministerial que dejaba fuera a Harada. A este le sucedía el joven Shinjiro Koizumi, hijo del ex-Primer Ministro Junichiro Koizumi. Tanto el padre como el hijo se oponen a la energía nuclear y, en su primer día en el cargo, el joven declaró ante prensa que creía en el fin de la nuclear en Japón y el pronto cierre de todas sus centrales.

Me gustaría estudiar cómo desmontarlas, no cómo retenerlas”, afirmó según Reuters. Esta es una posición sorprendente para alguien que pertenece al gobierno pronuclear de Abe, y queda pendiente si podrá traducirla a medidas políticas.

Tepco, la compañía propietaria de Fukushima Daiichi, ha propuesto y defendido durante años la idea de verter el agua radioactiva al océano. Los pescadores de la zona, científicos y muchas ONGs en todo el globo se oponen.

Fukushima necesita agua para la refrigeración porque, cuando las Unidades 1, 2 y 4 perdieron poder, también se quedaron sin flujo refrigerante, recalentándose los reactores. Las barras de combustible se derritieron y el combustible fundido se hizo paso a través de la vasija de presión, desembocando en los recipientes de contención primarios. Las Unidades 1, 3 y 4 sufrieron explosiones de hidrógeno. Cada día, se usan alrededor de 200 toneladas métricas de agua de refrigeración para enfriar los núcleos fundidos y así evitar que se recalienten. Siempre llega el momento en que el agua se vuelve demasiado radioactiva y caliente como para volver a usarla, se descarta y almacena en depósitos de agua.

Como ha explicado Greenpeace Internacional (GPI) con sus declaraciones y preguntas presentadas durante una reunión de consulta de la Organización Marítima Internacional en agosto de 2019:

"Desde 2011, para enfriar los núcleos fundidos en las Unidades del reactor 1-3 de la central nuclear de Fukushima Daiichi, propiedad de la Tokyo Electric Power Company, se bombea agua a través de las vasijas de presión del reactor, que se circula por los edificios del reactor, de la turbina, el edificio principal, el del incinerador de altas temperaturas y los sistemas de tratamiento del agua.

Como resultado, durante los últimos casi diez años, se ha aumentado sin cesar el volumen de agua contaminada radioactivamente que se almacena en la zona. El 4 de julio de 2019, la cantidad total de agua contaminada en los 939 tanques de almacenamiento (Unidades 1-4) era de 1,145.694 metros cúbicos (toneladas). La mayor parte, 1,041.710 m3, es agua procesada contaminada. En los 12 meses hasta abril de 2019, se circulaba cerca de 180 m3 diarios por las vasijas de presión del reactor de las Unidades 1-3".

Además del agua de refrigeración, los tanques almacenan agua procedente de las montañas cercanas, aproximadamente 100 toneladas diarias. Este agua fluye hasta la central y se filtra por los edificios del reactor. Allí, se contamina por la radioactividad y debe ser recogida y almacenada para evitar que fluya hasta el mar.

Esta crisis con los tanques de agua es uno de los muchos y muy complejos problemas de Fukushima Daiichi, incluyendo la necesidad eventual de extraer los desechos de combustible derretido del interior de los reactores. La decomisión no puede comenzar hasta que se retiren los tanques de agua.

Traducción de Raúl Sánchez Saura.


Fuente:

Linda Pentz Gunter, El problema con el agua radioactiva de Fukushima I, 7 diciembre 2020, El Salto Diario.

La obra de arte que ilustra esta entrada es "Meltdown in Fukushima", del artista Christian Seebauer.

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