Del quillay chileno se obtiene un producto químico fundamental para la fabricación una de las vacunas experimentales.
por Rocío Montes
Hermoso y siempre verde, de hasta 15 metros de altura y con un tronco que puede sobrepasar el metro de diámetro, el quillay es un árbol endémico de Chile que el pueblo mapuche usa ampliamente desde tiempos ancestrales como limpiador y medicina, para curar enfermedades respiratorias, estomacales, de la piel o reumatismos. En medio de la pandemia de la covid-19, el quillay -de denominación mapuche- aparece como un elemento fundamental para la fabricación de una de las vacunas experimentales que ha iniciado en el Reino Unido su fase final de ensayo clínico, la de la compañía biotecnológica estadounidense Novavax.
“Las flores son aromáticas, de un color agradable, y se las prepara bajo forma de baños para los reumatismos crónicos; como infusión en vino o en tintura alcohólica sirve para frotar las extremidades enfermas”, señala el libro Plantas medicinales de uso común en Chile, de la bióloga Adriana Hoffman y otros autores, que menciona estudios del siglo XVII en adelante sobre las utilizaciones populares del quillay, “de amplio uso en el pueblo mapuche”. “Es una planta muy usada en los campos para tratar distintos problemas de salud; se utiliza también en cosmética”, indica la investigación de la botánica chilena. A finales del siglo XIX, indica el libro, la gente lo usaba para lavarse el cabello.
Aunque puede encontrarse en algunas zonas de Perú y Argentina, “el quillay forma parte del bosque esclerófilo chileno, junto con especies como el litre, el boldo o el peumo”, señala René Carmona, académico de la Facultad de Ciencias Forestales y de la Conservación de la Naturaleza de la Universidad de Chile. “Tiene una distribución amplia, desde el norte de Valparaíso hasta la región del Biobío. Está presente en la precordillera de Los Andes, el valle central y la cordillera de la costa”, explica Carmona. Árbol melífero -“las abejas producen miel sobre su abundante floración”, indica-, los incendios, la intensa sequía que sufre el país y el cambio climático afectan a esta especie. “Pero, aunque está desaparecido en lugares cercanos a las ciudades y pueblos, no está amenazado”, asegura el académico.
Sus propiedades medicinales derivan de las saponinas, de acuerdo a Plantas medicinales de uso común en Chile. Carmona indica que “estos componentes de la corteza de árbol fueron descubiertos en 1936” y que actualmente tiene numerosas aplicaciones para la industria y los usos cosméticos. Con cualidades espumantes y como emulsificante natural, se utiliza en bebidas y cervezas, dentífricos, champú o jabón líquido. También en la medicina contemporánea. “Se ha usado en la vacuna contra la fiebre aftosa animal y en vacunas humanas, incluidas algunas pruebas para el sida y otras que se encuentran en fase clínica 3, como las que combaten algunas formas de herpes y la malaria”, ejemplifica el académico de la Universidad de Chile.
Las saponinas se encuentran tanto en la corteza gris oscura del quillay como en el resto de la madera del árbol. Desert King Chile, una empresa creada por científicos chilenos con capitales estadounidenses, se dedica a investigar las propiedades de las plantas y hace años trabaja con el quillay. “Se han descrito cerca de 50 tipos de saponinas en el árbol”, explica Andrés González, gerente general la firma. “Cuando describimos las propiedades de cada una de estas saponinas, descubrimos hace más de 20 años que tienen capacidades de ser adyuvantes, es decir, una especie de tren que permite que un componente activo entre a la célula”, explica González sobre estos elementos autorizados.
Trabajan con 2 de los 50 tipos de saponinas: la SQ7 y la SQ21, que desde Chile se envían a los laboratorios de Novavax para su vacuna experimental contra la covid-19. “Anteriormente habíamos desarrollado adyuvantes para otras vacunas de Novavax -como la viruela- y estábamos trabajando para la del dengue y la pandemic flu, que es la gripe estacional”, explica González.
El gerente general de Desert king Chile indica que la vacuna experimental de Novavax contra la covid-19 genera una buena respuesta inmune cuando se prueba sin el adyuvante: “Pero si se disminuye un 25 % el antígeno y se le agrega el adyuvante de quillay, la respuesta inmune se multiplica de forma exponencial. Por lo tanto, el adyuvante de quillay -la saponina-, sirve para escalar rapidísimamente a niveles industriales, porque no necesitas producir grandes cantidades de antígeno para obtener la misma cantidad de vacuna”.
La saponina de quillay pura y concentrada viaja en formato de polvo en frascos pequeños por vía aérea. El proceso de extracción consiste en sucesivos y distintos filtros sin químicos especiales para separar la saponina de otros elementos sólidos: “Es un mecanismo lento”, indica González, que detalla un manejo responsable del recurso que contempla podas de los quillayes para no talarlos, plantaciones forestales y la reproducción de clones genéticos de las especies seleccionadas del árbol.
El ensayo clínico de fase 3 del Reino Unido es un estudio aleatorio para evaluar la eficacia y seguridad de la vacuna de Novavax en hasta 10.000 personas entre 18 y 84 años. Es la undécima del mundo que alcanza este nivel de desarrollo.
Fuente:
Rocío Montes, Un árbol medicinal mapuche en el combate contra la covid-19, 1 octubre 2020, El País. Consultado 3 octubre 2020.
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